La palabra crustáceo viene del latín crustācĕa, ōrum, plural neutro del adjetivo crustāceus (literalmente, "que tiene o se caracteriza por tener su cuerpo cubierto por un caparazón, como un cangrejo o un camarón"), del latín clásico crusta, con el significado de 'caparazón de los crustáceos o de cualquier otra cosa, cubierta dura, algo que envuelve o recubre, escama de pez, incrustación superficial' y el sufijo también latino -acea, plural neutro de -aceus,"perteneciente a, naturaleza de algo", que precisamente se utiliza en botánica para nombrar familias, por ejemplo: Amaryllidaceae (amarilidáceas), Begoniaceae (begoniáceas), Cycadaceae (cicadáceas), Fagaceae (fagáceas), Liliaceae (liliáceas), etc.
Crusta es un vocablo ampliamente documentado desde la antigüedad en numerosos escritores romanos de los siglos I a.C y I d.C., entre otros, Lucrecio, Virgilio, Cornelio Celso, Plinio el Viejo (quien también lo utilizó para referirse a la enyesadura o enjalbegadura de paredes, 'Crusta parietis'), Juvenal, etc.
Sin embargo, esta explicación resultaría incompleta si no mencionamos que crustācĕa se documenta desde 1542, pero como una traducción (del mismo modo a como podemos traducir ahora la palabra inglesa 'guest' al español, como 'invitado o huésped') del término μαλακόστρακα ζῷα = malakóstraka zôa, algo así como 'animales de concha blanda' de Aristóteles (s. IV a.C.) la manera como él llamaba a lo que ahora conocemos como crustáceos, hace unos 2380 años, pues ahora estamos en el año 2016 (siglo XXI d.C.).
Malakóstraka, en griego, se traduce como 'animales de concha blanda', plural neutro de malakostrakos y se compone las palabras malakós (blando, de donde malacología) y ostrakos (concha, como en el término ostrácodo, referido a cierto subgrupo de crustáceos).
Es así como Crustaceo, se intodujo al latín científico (documentado en 1542) como una traducción del griego malakóstraka, como podemos apreciarlo en una obra posterior, de 1656 llamada Musaeum Tradescantianum, que fue publicada por el biólogo británico Johon Tradescant el Joven (1608-1662), con el propósito de mostrar los trabajos de su progenitor, J. Tradescant el Viejo (1570-1638), en la que en uno de sus pasajes se lee: "Shell-creatures, where of some are called Mollia, some Crustacea, others Testacea" (TRADUCCIÓN: "Criaturas con concha, las cuales algunas son denominadas Mollia, algunas Crustáceos y otras Testáceos"). De manera que el vocablo latino Crustaceo fue preferido al aristotélico malakóstraka para denominar taxonómicamente a este importante grupo de artrópodos, debido a que en esa época, el latín era la lengua preferida por los autores para escribir. Sin embargo, el término usado por Aristóteles se retomó para dar el nombre a la clase de crustáceos con mayor número de especies en el grupo, que ya latinizada es Malacostraca, donde se incluye a los isópodos o cochinillas de la humedad, así como a los decápodos (diez patas), como los camarones, cangrejos, langostas de mar y miles de especies más.
Según los indoeuropeístas, crusta podría estar vinculado a la hipotética raíz indoeuropea *kreus-, con el significado de 'formar costras o empezar a congelarse', que también dio en latín cristallus y cristallum, que son el origen del vocablo cristal; asimismo, la palabra griega krustallus, parece tener origen en *kreus-.
Los crustáceos, pertenecen al filo (phylum) Arthropoda, subphilum Crustacea, en algunas clasificaciones considerada como clase y son un importante grupo de animales invertebrados, de los que se han identificado unas 67 000 especies, mayoritariamente acuáticas, marinas, dulceacuícolas o de esteros, como los camarones, cangrejos, langostinos, jaibas, etc.; y unas pocas terrestres como la cochinilla de la humedad. Se caracterizan por poseer un exoesqueleto quitinoso, a menudo calcificado, que le da el aspecto de un caparazón, lo que refleja fielmente la etimología del término. Como todos los artrópodos, poseen apéndices articulados (cuatro antenas y varios pares de patas).
En la taxonomía moderna, el término crustáceos (Crustacea) fue introducido en 1771 por Morten Thrane Brunnich (1737-1827), un zoólogo danés, en una obra llamada Zoologiae Fundamenta, en cuya página 184, sección VIII, dice en latín: "Crustacea. Corpus polypodum...Metamorphosis nulla, nonullis calcarea..." (que se traduce como "Crustáceos. Cuerpo con diez patas... sin metamorfosis, siempre calcáreos..."). Brunnich incluye dentro de los crustáceos prácticamente a todos los artrópodos excepto a los insectos o hexápodos, mencionando grupos como Acarus, Scorpio, Cancer, Aranea, Scolopendra, etc., la mayoría pertenecientes ahora a los ácaros, alacranes o escorpiones, arañas y miriápodos, ya no considerados crustáceos, excepto Cancer (los cangrejos y animales afines). Y se le da el crédito a Brunnich, pues Linneo, en su edición 10 de 1758 de su Sistema Natural no nombra a los crustáceos (Crustacea), sino que los ubica en el orden Aptera, (efectivamente, ningún crustáceo tiene alas) clase Insecta, es decir, para Linneo los crustáceos eran 'insectos ápteros' o sin alas, concepto ahora completamente superado y en absoluto desuso.
También Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829), naturalista francés, utiliza hacia los años 1820's el nombre Crustacea para referirse a lo que su contemporáneo, colega y paisano George Cuvier (1769-1832) llamó insectes crustacés.
Fuentes consultadas:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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