La letra Y tiene el mismo origen que las letras F, U, V y W. Todas empezaron de Vav (uña).
La letra Y (ypsilon griega) tiene distingo origen que la I (iod ) cuyo sonido era distinto de la I (equivale a la actual U francesa). La Y fue adoptada en el alfabeto romano, pero ha pasado al nuestro como una mera reliquia, pues se limita a repetir el símbolo de la I.
- Gracias: Stacy Roulet
La letra Y es conocida como "I-griega", puesto que los romanos (creadores de nuestro abecedario) sólo usaban la Y para transcribir palabras griegas. Pero en España la empezaron a usar como si fuera una I, aunque los griegos la pronunciaban iu. Así vemos en viejos documentos palabras como Ysabel, Yglesia e Ybarra. Esto fue hasta el año 1726, cuando la Real Academia Española dictó que la Y solo se podía usar como consonante. Es interesante, pues unos catedráticos lo tomaron muy en serio y usaron la letra I como conjunción en vez de la letra Y. Por ejemplo, el Prólogo del Diccionario de Chilenismos de Zorobabel Rodriguez de 1875, dice:
Dos jeneraciones han pasado ya por las aulas desde que los señores don Andres Bello i don José Joaquin de Mora echaron en nuestro pais los fundamentos de los estudios gramaticales.
Nótese también que usa J en vez de G en jeneración y no pone tildes en las palabras: Andres, Joaquin, y pais.
En la Edad Media la producción de documentos escritos, como ya sabemos, era manual y para agilizar los procesos de copia y transcripción se empleaban abreviaturas.
Para representar la conjunción coordinante copulativa procedente del latín "ĕt" los amanuenses emplearon varias alternativas gráficas en castellano: la forma latina "et", la arcaica "e" (desde el s. X, según Corominas), la forma innovadora "i", pero principalmente abreviaturas parecidas al signo "&" (conocido como "ampersand", aunque su nombre en español es "et") con algunas variantes en que se dejaba entrever con mayor o menor claridad la e y la te. La simplificación llevó a que ese signo se llegase a convertir en un trazo similar a una erre minúscula o una i sin punto o bien a un 7 con el borde superior izquierdo curvado hacia arriba, por otro lado muy semejante a una "y" más o menos a mediados del s. XII.
Cuando la imprenta llegó a España, en 1472, ya se había generalizado el empleo tanto de la i latina como de la griega porque la pronunciación general ya debía de ser /i/ entonces. Los impresores seguían empleando abreviaturas consagradas por el uso y, a efectos tipográficos, aquel signo parecido al 7 ya se había convertido precisamente en una "y", porque además de economizar tipos se pronunciaba igual.
Ello no implica que aún triunfara la propuesta. Seguir imprimiendo abreviaturas llegó a no tener demasiado sentido, sobre todo si conllevaba tener que escoger entre demasiados tipos de tipos (valga la redundancia) y ya era preferible escribir las palabras enteras. Hasta 1726 fueron alternándose los usos de "i" e "y" según el impresor o el autor. La RAE zanjó el problema escogiendo la forma actual.
Lo mismo hizo con el uso a final de palabra, cuando aparece la semivocal en diptongo decreciente (hoy, hay, voy…) quizás por influjo estético del griego, que conservaba algo de aquel antiguo prestigio. Por eso parece extraño cuando en palabras de nueva incorporación no aparece (como 'samurái').
- Gracias: Wignasi
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