Origen de la letra H
La letra H deriva del hebreo heth, que en las lenguas semíticas significa "cerrado" por eso tiene la barra de en medio.
El protosinaítico usó un nudo y el fenicio utilizó una cerca para representar el concepto "cerrado".
Es interesante notar que los primeros alfabetos fueron de origen protosinaítico1 semítico (ver: semita). Una cultura anterior (proto) a los antiguos hebreos, fenicios2, etc. los cuales tuvieron mucho contacto con culturas como la griega y la egipcia, de las cuales nace toda nuestra cultura.-Gracias: Stacy Roulet
Notas:
La letra H no representa una consonante, sino sólo una aspiración. A veces la encontramos muda, en primera fila, ocupando el lugar donde había una F en latín, ver: hambre, hecho, y hembra. También la encontramos junto a la C, para representar el sonido CH. Antiguamente la encontrábamos junto a la P, para describir el sonido de F (Φ) en palabras latinas tomadas del griego (e.g. philosofía de φιλοσοφία) o junto una T para describir el sonido de la letra Θ (e.g. theología de θεολογία). La aspiración es un aumento de fuerza que da el aliento a una letra. Es como cuando comiste ajo, y quieres chequear tu aliento y dices Ahh.
Hay un dicho en inglés que dice "dot the i's and cross the t's" , es decir "poner punto a las ies y cruzar las tes" y se refiere a los últimos arreglos que se hacen a los manuscritos antes de enviarlos. En cursiva, casi todas las letras se pueden escribir sin levantar la pluma del papel. Pero los firuletes requieren levantar la pluma y retrocederla, para decorar las letras (poner los puntos a las i y cruzar las t). El griego tenía tres clases de acentos: espíritu suave o dulce ( ` ), espíritu fuerte o áspero ( ' ) y los circunflejos o dobles ( ^ ). Los griegos los usaron para ayudar a los extranjeros a pronunciar las palabras correctamente. Los romanos no usaron acentos. Usaron la letra h para marcar una aspiración en sus manuscritos, sin tener que levantar la pluma del papel.
Su nombre castellano procede del francés hache, y este del latín tardío haca, proveniente a su vez de su nombre en latín clásico /ha:/ pero con un aumento, pues el sonido /h/ se había dejado de pronunciar y sonaba entonces exactamente igual el nombre de la A y la H: /a/.
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