El término euglena proviene del latín moderno Euglena, formado a la vez de los siguientes elementos griegos: el prefijo eu-, que denota 'bien, bueno u óptimo' y glēnē, con el significado de 'globo ocular, pupila o punto de unión, articulación'. Literalmente puede interpretarse como "organismo que posee un ojo o mancha ocular (glēnē), bien (eu-) visible o definida".
El prefijo eu- es un componente de palabras de origen griego, por ejemplo: eutocia, parto normal, bueno o sin complicaciones; eutanasia, muerte buena o fácil, sin sufrimientos prolongados; eupnea, respiración normal; eupepsia, buena digestión; eucromatina, eufemismo, eubiótico, etc.
De acuerdo con las reconstrucciones que hacen los indoeuropeístas, glēnē, se relaciona con la raíz indoeuropea *gel-3, que significa 'brillante', de donde proceden: en el inglés antiguo, clǣne, 'puro', que dio lugar a clean, 'limpiar'; clǣnse, 'purificar', de donde cleanse, con igual significado; gel, 'brillante', en antiguo irlandés, etc. Un ejemplo excelente del caso cuando glēnē significa 'sitio de articulación', es la fosa glenoidea (que se encuentra en la parte lateral superior externa de la escápula, o hueso triangular y plano que forma la parte posterior del hombro), donde se inserta la cabeza del húmero, para formar la articulación glenohumeral.
Probablementa la primera persona que obsevó las euglenas (y otros organismos microscópicos acuáticos) fue el naturalista danés, fundador de la microscopía Antoni van Leeuwenhoeck (1632-1723), quien en 1674 notificó haber visto animálculos (animalculum, en latín, de animal más el sufijo diminutivo -culum) o animales diminutos, con la ayuda de un microscopio que él mismo construyó. Se especula que se estaba refiriendo al organismo Euglena viridis (viridis en latín significa verdoso, de color verde), ya que mencionaba que tenían una coloración verde.
A finales del siglo XVIII, otro biólogo danés, Otto Frederik Muller (1730-1784), llamó entonces a este organismo acuático Cercaria viridis; el nombre del género proviene del griego kērkos, 'cola', probablemente porque además de su color 'verde' (viridis), quizás logró ver el flagelo, que a lo mejor percibió como 'cola' (Cercaria).
En 1830, el naturalista alemán Christian Gottfried Ehrenberg (1795-1876), logró ver la mancha ocular, diciendo que era como un "ojo rudimentario", hecho que lo motivó a la acuñación del término Euglena (con el significado arriba descrito). A partir de entonces se han identificado muchas especies; algunas son exclusivamente heterotróficas, pues nunca sintetizan clorofila.
La euglena es un organismo microscópico, unicelular, protista, mixotrófico (puede alimentarse de materia orgánica o ser fotosintético), de forma algo alargada, abundante en agua dulce estancada o en agua salobre. Posee dos flagelos, uno pequeño y otro largo que utiliza para impulsarse o nadar; y un organelo pigmentado en la base del flagelo, muy característico llamado mancha ocular o estigma, que no tiene funciones fotosintéticas, sino fotoprotectoras y de orientación para que el organismo encuentre una fuente de luz de intensidad apropiada. Pertenece al Phylum Euglenozoa, que algunos taxónomos tienden a considerarlo reino; con unos 44 géneros, siendo Euglena el representativo.
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez
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