La palabra morrocotudo da a entender algo que es de naturaleza extraordinaria y de poca verosimilitud. El DRAE consigna que se forma de dos partes: morrocota=nombre indígena de un pez de gran tamaño en Venezuela (quedando pendiente determinar si la lengua indígena es taíno, caribe u otra), y udo= terminación. El Profr. Morfema, personificado por Andrés Bustamante (cómico mexicano), la descompone en morro=adolescente, menor de 21 años; cot=abreviatura de cotorreo, diversión, desmán, relajo; y "udo" que conjunta todo, significando "los desmanes que hacen los jóvenes". Es decir que pasarlo morrocotudo es pasar en la diversión desenfrenada. ¡Claro: es una definición muy "sui generis", porque morrocotudo quiere decir para los mexicanos grandioso y divertido! NOTA: Cada intervención del Profr. Morfema era terminada con jitomatazos y otros géneros de proyectiles, siempre salía huyendo del supuesto salón de clases.
- Gracias: Maximiliano Mena Pérez
El DRAE hace venir morrocotudo de morrocota a la que se le ha añadido el sufijo -udo, pero a esta moneda de oro antigua no acierta a darle una etimología segura y supone: "Quizá de morocoto o morrocoto, nombre indígena, en Venezuela, de un pez de gran tamaño y colores brillantes". Otra variante de la misma palabra es morocota.
Se suele suponer que la palabra morocota es derivada del pez morocoto, es decir, se supone que primero hay un pez grande casi redondo que se llama morocoto y después se denomina morocota a una moneda grande de oro por parecerse a dicho pez. En Venezuela se llamaba así en el siglo XIX a la moneda de oro de 20 dólares estadounidenses, pero cuando se acuñaron monedas de oro venezolanas de 100 bolívares (1886), pese a que se le dio el nombre popular de pachanos por el general Jacinto Pachano, la gente también las llamaba morocotas. En Colombia además de morocotas es usual decir también morrocotas a las monedas de oro. No es extraño, además, encontrar morrocota en Venezuela y Colombia para monedas grandes de plata. Pero la palabra parece que se usa por todo el Caribe, Centroamérica, Ecuador y Perú. En Cuba se decía en jerga "tiene un morrocote de billetes", por una enorme cantidad, pero la morrocota propiamente era la moneda de un peso.
En el Mar Menor de Murcia (una albufera llena de casas de recreo) había un pez, tipo de lisa o albur, de tamaño intermedio que dicen que se llamaba de una manera parecida, morricote, hoy desaparecido al bajar la salinidad del agua y antropizarse en exceso.
Pero otros piensan que morrocota viene de morrocoy, o morrocoyo una palabra que el DRAE dice que es cumanagota y que denomina a una tortuga.
Bueno, pues ya que la Academia no tiene ninguna seguridad en esta etimología que va del pez a la moneda, me siento con las manos libres para proponer otra, justo al contrario, de la moneda al pez. Me da la impresión de que estamos ante un arabismo de transmisión popular, que no ha sido puesto por escrito más que en una época tan tardía que no se le reconoce. La posibilidad que propongo es un término مرقّطة muraqqaṭa que significa "moteado, puntuado, lleno de manchas, abigarrado" y está comprobado que se usó en el árabe andalusí, porque lo registra Corriente: "muraqqaṭ spotted, speckled"[1], y también se encuentra en los libros de botánica el adjetivo de la misma raíz أرقط arqaṭ "manchado, rayado" que hoy en Oriente denomina al leopardo, pero que en al-Andalus se usaba para describir las hojas con manchas blancas de los cardos que en español actual se siguen llamando arrecate todavía en varias zonas[2]. Las monedas de al-Andalus no tenían dibujos, símbolos, caras de reyes, cruces, castillos o leones, tenían frases escritas que los analfabetos no entendían, por eso verían las monedas con inscripciones árabes como نقود مرقطة nuqūd muraqqaṭa "monedas rayadas, con garabatos", es decir como unas monedas llenas de signos incomprensibles parecidas a éstas, almohades del siglo XIII.
Que de una pronunciación muraqqaṭa saliera morocota no tiene ninguna objeción desde el punto de vista fonético, habida cuenta de que, en el entorno velarizado de las consonantes {r-q-ṭ}, tanto el timbre de /u/ como el de /a/ se aproximan en una zona difusa que sonaría como /o/. La palabra morocota para llamar a las monedas debió de llevarse a América en la jerga de moriscos de la marinería y allí se habría naturalizado para llamar a las monedas de mucho valor, y, de manera secundaria, a un pez de hechura orbicular, como una monedota y se le dijo morocote. ¿Por qué no? Tantas razones hay para suponer que el nombre del pez se le dio a la moneda como para que el nombre de la moneda se le diera al pez.
Además, en Brasil el pez, Piaractus brachypomus Cuvier, no se llama morocote sino pacú pero en portugués sí que hay un nombre de moneda que puede señalar el mismo origen, maracuta, "antiga moeda de Angola, equivalente a um centavo". Como puede verse, es también una moneda antigua, probablemente llevada también por las marinerías, aunque en la tradición portuguesa sea de menor valor que las morocotas de oro de los miles de tesoros escondidos por la América legendaria.
Fuentes:[1] F. Corriente (1997). A dictionary of Andalusi Arabic. Leiden: Brill, pág. 215.
[2] Onopordum illyricum L. "cardo borriquero".
- Gracias: Joaqu1n
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