Etimología de PRÉSTAMO

PRÉSTAMO

El origen de la palabra préstamo es muy similar a la de prostituta. Viene del latín praestarium formado del prefijo prae- (delante, antes, como en preámbulo y precoz), el verbo stare (estar parado, como en estación y magisterio) y el sufijo -arium indica pertenencia como en (abecedario y armario). Obviamente la palabra prestar viene de praestare (sin el sufijo -arium).

La palabra praestarium apareció en el lenguaje de los financieros de Europa, junto a palabras como banco y bancarrota. En términos comerciales, préstamo es un contrato donde primero (prae, antes) una parte deja una cantidad de dinero parada (stare) y la parte que recibe este dinero tiene la obligación de devolverlo después, con cierto interés.

En términos de etimología, un préstamo metaforiza la transferencia de una riqueza de una parte a otra, pero no de dinero, sino de elementos léxicos. Tampoco de persona a persona, sino de un idioma a otro. Claro que esta transferencia no lleva el contrato de devolución, jejeje.

Hay diferentes clases de préstamos:

Bueno, a veces si hay devolución de préstamos lingüísticos y con interés. Por ejemplo, la palabra griega ποινή significaba castigo. De ahí se fue al latín como poena (castigo, dolor, pena), el cual formó la palabra poenalitas con el sufijo -tas (correspondiente a -dad en castellano) para referirse a la cualidad de castigo, dolor y pecado. Hasta hay una frase famosa que dice "poenalitas sed non poena", o sea "penalidad es no pena", queriendo decir "no hay castigo sin pecado". El inglés tomó la palabra poenalitas y la transformó a penalty. De ahí uso está palabra en términos futbolísticos, para referirse a los penales. Cuando llegó el futból a Grecia, los griegos tomaron la palabra inglesa, la escriben πέναλτι y la usan sólo como un término futbolístico. En griego, cuando una palabra de origen griego es reintroducida en la lengua griega con otra forma a través de una lengua extranjera (en este caso el inglés) se llama ἀντιδἀνειο (ἀντι [anti, como en antipatía] y δάνειο [daneio= préstamo]) o sea lo podemos llamar contra préstamo. Otro ejemplo donde palabras antiguas griegas regresan al griego moderno, con intereses, son los neologismos, o sea, los tecnicismos.

Otra fuente1 nos dice que ''el calco de formación ...se distingue del préstamo propiamente dicho (o préstamo léxico) en que en este caso la influencia extranjera no es perceptible a simple vista, sino que está por así decir latente en la construcción del nuevo término. De ahí que el calco de formación se haya practicado sobre todo en aquellas lenguas que, por razones diversas (sobre todo políticas, en sentido amplio), han mantenido posturas defensivas (por purismo, por nacionalismo) frente a los préstamos''.

Fuente:

  1. Los Helenismos del Español. Jorge Bergua Cavero. Gredos.2004.

- Gracias: PAGOT


Es interesante notar que una de las lenguas que más ha mantenido posturas defensivas es el griego. Mientras que el latín dominó toda Europa occidental, el griego siguió siendo el idioma oficial en el lado oriental del imperio romano. Así el griego se mantuvo en Grecia, mientras en lo que hoy es Italia, Francia y España se hablaba latín y después sus variantes romances (italiano, francés y castellano).

Mientras que el castellano tiene una larga historia de aceptar lexemas de otros idiomas (ver Lenguas), el griego siguió su forma original. Incluso hay muy pocos lexemas que se han pasado del latín al griego, cuando las lenguas germánicas como el inglés y el alemán están plagados de términos latinos y griegos. Por ejemplo, un 50% del inglés actual viene del latín.

En Chile, existe lo que se puede llamar un esnobismo lingüístico, donde, innecesariamente, tomamos muchas palabras inglesas como: barbecue, siútico, gay, yonki, guáter, cool, rock, etc.

Aunque el griego trata de mantener su lengua pura, por nacionalismo, eso no quiere decir que no se han infiltrado préstamos ingleses, por ejemplo: χίπης (hippie), ροκ εν ρολ (rock and roll), σαμπουάν (shampoo), γκολ (goal), etc.


Yo personalmente, como filóloga, veo la clasificación inicial inadecuada, y he de expresar lo que al respecto creo que usamos los lingüistas y los términos que se emplean en los medios docentes, en las facultades universitarias, etc.

Los lingüistas nunca consideramos que el calco sea un préstamo, pues no hay material lingüístico prestado en absoluto. Un calco es un calco y punto, y así lo llamamos, y es un hecho de la semántica que puede afectar a la morfología, pero no más. El calco es un fenómeno propio del problema que siempre supone traducir de una lengua a otra, y se da en el contexto de las traducciones, especialmente cuando éstas tienen que ser muy exactas. A veces la gente exagera viendo calcos por todas partes. Por ejemplo yo no puedo llegar a decir que si traduzco siempre del español manzana al francés con la forma pomme ésta sea un calco semántico de manzana, sería una estupidez: son dos palabras que significan lo mismo. Tampoco es calco si traduzco del catalán poma (manzana) al francés pomme, por mucho que las palabras sean casi idénticas: eso se explica porque ambas vienen del plural latino poma del vocablo pomum (fruto). Así algunos han pretendido que ars, artis en latín es un calco de techne en griego, cuando sólo sucede que si se pretende traducir al latín el vocablo techne, la palabra más ajustada es ars, que no sólo existía antes de la pretendida traducción, sino que además tenía ya todos sus matices semánticos fijados. Algunos llegan al delirio a la hora de detectar supuestos calcos.

Un calco se produce cuando una palabra que no significa eso, adquiere en la lengua un nuevo significado al reacuñarla para traducir un término poco traducible (por ejemplo ratón, referido al del ordenador, o perrito caliente, o el griego "sebastos", acuñado a partir de sébas, para referirse al "augusto" latino, al emperador). Muchas veces se calca una estructura morfológica, como por ejemplo en latín subordinatio (sub-ordinatio) para traducir el tecnicismo gramatical griego "hypotaxis" (hypo-taxis). Por supuesto que en latín existía sub- y ordinare, y también el prefijado subordinare, pero nunca se había utilizado para expresar el procedimiento sintáctico por el cual una oración queda incluida dentro de otra y con el papel subsidiario de la otra: por eso subordinatio es un calco gramatical (pero sólo lo es cuando se utiliza el vocablo como tecnicismo gramatical, en los otros usos, ni siquiera es un calco). Pero sobre todo, nunca llamaremos préstamo al puro calco.

El alemán por ejemplo es una de esas lenguas que calca mucho por posturas puristas o defensivas de lo propio, como aporta Pagot.

En general consideramos excesivo y con falta de sentido hilar tan fino como para distinguir entre préstamo morfémico, integral o adaptado, está fuera de lugar. Un préstamo es un préstamo y su mayor o menor adaptación suele ser un proceso: ningún lingüista emplea tales distinciones, creo.

Y ahora vamos con el concepto barbarismo. En principio barbarismo en lingüística no es más que un extranjerismo, así que todo préstamo procedente de una lengua ajena a la que constituye la patrimonial (que en nuestro caso sería el latín y toda su descendencia vulgar o culta), es un barbarismo. Lo que sucede es que en la práctica nunca los llamamos barbarismos, sino que especificamos su origen, por ejemplo, helenismos si vienen del griego, arabismos si vienen del árabe, germanismos si vienen del germánico, galicismos…etc. Nótese que nosotros nunca decimos latinismo para referirnos a palabras que vienen del latín pues entonces la consideramos de nuestro propio fondo léxico originario, un alemán en cambio sí diría que Emissär en su lengua es un latinismo, pues el alemán se genera del tronco germánico, otro tronco indoeuropeo no latino, y así un latinismo es en esa lengua un extranjerismo por origen. Cuando nosotros decimos "latinismos" nos referimos sólo a palabras o expresiones que hoy en día se siguen diciendo en puro latín, como "in memoriam", "a priori" o "requiescat in pace".

Es por eso que casi en la práctica hemos arrinconado el término barbarismo para extranjerismos, no rechazados como ahí se dice, sino aún no adaptados a la lengua y su estructura, y que suenan a nuestros oídos como un vocablo claramente extranjero. Por ejemplo, ya no suena a extranjero decir "fútbol" y menos todavía "perejil" (una viejísima palabra en nuestra lengua que viene del griego), aunque lo sean, pues las sentimos como palabras corrientes, pero sí suena a extranjero por ejemplo cuando el otro día una compañera me dijo que iba a un gimnasio a hacer "spinning" (al parecer un ejercicio dirigido de pedaleo intenso en grupo sobre bicicletas fijas).

- Gracias: Helena

Avísanos si tienes más datos o si encuentras algún error.


Miembros Autorizados solamente:

 

 


↑↑↑ Grupos Anteriores

↓↓↓ Grupos Siguientes

Los iconos de la parte superior e inferior de la página te llevarán a otras secciones útiles e interesantes. Puedes encontrar la etimología de una palabra usando el motor de búsqueda en la parte superior a mano derecha de la pantalla. Escribe el término que buscas en la casilla que dice “Busca aquí” y luego presiona la tecla "Entrar", "↲" o "⚲" dependiendo de tu teclado. El motor de búsqueda de Google abajo es para buscar contenido dentro de las páginas.