Etimología de SEMÁNTICA

SEMÁNTICA

La palabra semántica proviene del griego σημαντικός (semantikos), que entre los griegos quería decir: "significado relevante". A su vez, el prefijo sema (σῆμα) hace referencia a signo o señal, de lo cual resulta, significado relevante de los signos o de las señales.

La semántica es un subcampo de la gramática y en consecuencia, también lo es de la lingüística y se encarga de la interpretación de los signos (figuras, símbolos, códigos alfabéticos, numéricos, alfanuméricos, colores, etc.) La raíz sema aparece también en los términos semáforo y semiología.

- Gracias: Héctor Julio Mora Cuartas


He encontrado una coincidencia en esta etimología. En hebreo señal o signo se escribe "simán" (סימן).

- Gracias: embelek


He de advertirles que es altamente peligroso comparar formas antiguas griegas o latinas con el hebreo moderno o neohebreo. Todos los lingüistas sabemos que el hebreo moderno es una reconstrucción artificial contemporánea, resultado de una esforzada normalización lingüística muy meritoria para revivir una lengua que ya estaba extinguida en el siglo III a. C. Además, sin que esta afirmación suponga desdoro o menoscabo de ningún tipo, el hebreo primitivo es una lengua bastante limitada, cuyas únicas fuentes son los libros bíblicos y algunas escasas inscripciones y manuscritos que son hallazgos arqueológicos, una lengua que no presentaba o de la que no se conserva al menos el importante desarrollo léxico y estructural de muchas lenguas antiguas que por razones históricas desarrollaron una copiosísima producción literaria, científica, jurídica y de todos los campos del conocimiento. Este hebreo actual reconstruido y normalizado sobre el antiguo, por motivos obvios, está plagado de términos que no son propios, sino tomados del yiddish, del ladino, de las diferentes hablas de las comunidades judías dispersas por el mundo, y de multitud de lenguas europeas y también algunas semíticas. Si quieren ustedes comparar con raíces semíticas, empleen una lengua semítica que haya tenido una vida ininterrumpida y natural, y un fondo léxico semítico abrumador, ampliamente desarrollado y constantemente vivo, no el hebreo actual.

Miren, en griego clásico hay algunos préstamos semíticos sin duda (más semíticos o fenicios que específicamente hebreos), pero suelen ser nombres de algunos productos, exóticos para ellos, que les llegaron a los griegos del mundo semítico, no palabras corrientes del tipo de "signo".

De entrada había algo muy sospechoso. El vocablo griego σῆμα (signo, señal), dotado de un sufijo resultativo -ma de origen indoeuropeo inequívoco, tiene un radical bastante oscuro. A lo sumo algunos etimologistas lo han relacionado con el sánscrito dhyā-man (pensamiento). Pero ni Chantraine ni otros etimologistas consideran para este antiquísimo término griego, que sea un préstamo semítico, no hay paralelos semíticos, lo cual da bastante que pensar. Además en el vocablo hebreo "simán" (סימן) vemos las claras huellas del itacismo o iotacismo, fenómeno que afecta al griego tardío de la koiné y medieval. El vocablo hebreo simán" (סימן) es un préstamo del griego en el hebreo, tomado además cuando el itacismo estaba en pleno vigor. Es decir, eso es neo-hebreo. Es vocablo griego procedente, si no exactamente de σῆμα -ατος "signo, señal, marca", como dicen, quizá por la presencia de la n, más bien de su sinónimo neutro σημεῖον -ου , o si no, del propio verbo σημαίνειν "señalar, indicar, significar". Pueden verlo en diversas fuentes documentadas, como por ejemplo en balashom.com.

Efectivamente, es del griego, "simán"es un helenismo en el hebreo y se habría tomado cuando el itacismo ya estaba en pleno vigor. Y es préstamo griego, aunque no tan moderno como sus palabras emparentadas סמפור [semafor] y סמנטי [semanti] "semántica", que por supuesto, también existen en hebreo y no son hebreo, en absoluto, sino vocablos de origen griego.

- Gracias: Helena


Según Pokorny, Watkins y Robert-Pastor, la palabra griega σῆμα (sema = signo, marca) viene de una raíz indoeuropea *dhei̯ǝ- (ver) y un sufijo -mn̥.

La palabra σημαντικός (semantikos = significante), lleva el sufijo -tikos (-tikos = relación), que encontramos en palabras como aritmética, matemática y práctica.


Según la Enciclopedia Judaica (Masora), el texto de las escrituras vetero-testamentario, la versión hebraica de los libros canónicos que componen el antiguo testamento de la biblia, datan, plus-minus del "siglo 200 a.C. y, probablemente, de un siglo antes". Esto significa que el texto conocido como Interlinear Hebrew Bible (que podemos obtener gratuitamente online) nada tiene que ver con el hebreo moderno salvo por las características que configuran el aspecto puramente literal que comparten en la forma del alefato hebreo antiguo con el moderno. Y hago la salvedad por haber encontrado en las Escrituras Hebreas del Antiguo Testamento un centenar de voces que han dado origen a igual número de vocablos clasificados por muy respetados estudiosos de nuestra lengua hispana bajo el marbete de: origen griego, latino, sánscrito, etc. Y he aquí algunos ejemplos paradigmáticos de los tales vocablos:

En efecto, al consultar la primera edición (1996) del Léxico Griego-Español del Nuevo Testamento de Alfred E. Tuggy he tropezado con la palabra griega ἀγαπάω - agapao, con la siguiente definición, "Amar, sentir un afecto muy fuerte por". Lleva el acusativo del objeto del amor. A.T. En la LXX traduce אָהַ֙בְ muchas veces. O sea que ἀγαπάω - agapao de donde nace ágape no es de origen griego como nos dicen los diccionarios corrientes sino hebraico אָהַ֙בְ (vid., MEAGAPAY - מְאַהֲבָי MIS AMANTES: ZACARÍAS 13:6; OSEAS 2:5: MIS AMIGOS (REF., AGAPAY, AGAPES), es decir, Ahav (ajab) o agav (agab) de la voz hebrea אָהַב ahev (ajeb), sin los grafemas vocálicos que se añadieron después. Recordemos que la ה (hei) quinta letra del alefato hebreo equivalente de nuestra h se pronuncia como j, consonante velar fuerte ajav (agab) o puede convertirse en g consonante velar suave agav (agab) y la v (b), consonante bilabial oclusiva suave en p consonante bilabial oclusiva fuerte; agap. אָהַ֙בְ ajav (ajab) nos viene de אָהַב ahev (ajeb) -qal perfecto: Tercera persona singular, del pretérito perfecto simple, masculino, activo: Amó, equivalente de nuestro infinitivo: Amar; ajev (ajeb) se pronuncia con c fuerte o cc (gcr) de donde ajev se transforma en accep y este en acep de donde nace nuestro aceptar: AHEB-ACCEP - ACEPTAR - GÉNESIS 22:2 - Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas (AHAPTA - אָהַ֙בְתָּ֙), literalmente, que tú aceptas (ahapta de Aheb - אָהַב).

- Gracias: leumaszitro

Si uno pone atención, puede ver similitudes fonéticas y semántica de algunas palabras entre dos idiomas de diferentes ramas lingüísticas, pero eso no quiere decir que esas palabras sean préstamos de un idioma al otro.

Esta clase de coincidencias las podemos ver entre el griego y el quechua, como nos cuenta Pagot en las entradas de aura, calibre, gigante, pira, kurós y poro. También hay unos que lo han hecho con el vasco y hebreo (ver: zamarra). También lo han con el ruso y español (ver: panza).

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