Etimología de CUERNO

CUERNO

La voz latina 'cornu' (cuerno) ha engendrado una familia numerosa con instrumentos músicos de viento (cornamusa, corneta), animales (corneja, cornudilla), minerales (cornalina), características anatómicas (cornero, córnea) y un buen número de expresiones irónicas relacionadas con la infelidad matrimonial que califican al hombre engañado cuyos atributos simbólicos son los 'cuernos': 'llevar los cuernos', 'sufrir el cuerno', 'poner los cuernos'. ¡Ay de los cornudos!.

Dichos cuernos de infamia salieron en el siglo XV por analogía con los gallos capones a los cuales se les solía implantar los garrones en la cresta. Recordemos que un 'gallo' puede ser un 'hombre que trata de imponerse a los demás por su agresividad o jactancia' o 'el que en una casa, pueblo o comunidad todo lo manda o lo quiere mandar y disponer a su voluntad (DRAE).

- Gracias: Philippe Vicente


Cornu en latín, como κέρας (keras) en griego, es una palabra de raigambre indoeuropea muy bien estudiada. Depende de una raíz indoeuropea *ker-/kor- (en grado o), vinculada a las ideas de cuerno, cabeza y materia córnea u ósea en general. Tiene paralelos en casi todas las lenguas indoeuropeas

Hay que decir que hasta el surgimiento de esos cuernos de infamia, los cuernos en los varones significaron todo lo contrario. Desde el mundo antiguo representan la fertilidad masculina y la virilidad. En culturas muy antiguas se asociaban a la luna, siempre tomada como rectora de la fecundidad terrestre, y en buena medida al toro, animal paradigmático de fecundidad. En el mundo clásico grecorromano eran representados con cuernos los sátiros (llamados faunos por los romanos), démones o numina, es decir, divinidades menores, que regulaban los aspectos masculinos de la fecundidad de la naturaleza (mientras las ninfas representaban los aspectos femeninos de esta fertilidad). Cuando el cristianismo condenó el culto a estas divinidades menores, los "demonizó" en el mal sentido, y de ellos sacó la representación de sus demonios entendidos como agentes malignos. Es por eso que los demonios cristianos tienen cuernos, patas de cabra y rabo, porque su iconografía se sacó de la representación de los sátiros grecorromanos.

Pero en el mundo grecorromano, muy especialmente en el romano, llevan cuernecitos también las esculturas y representaciones de dioses fluviales. Cada río se identificaba con un dios fluvial protector, un dios de fertilidad puesto que con sus aguas fecundaba las tierras. Como a todas las divinidades acuáticas se los representaba tumbados o recostados (por la horizontalidad del agua) y además con largos cabellos ondulados. Si se representaba a un dios-torrente o río menor, era un joven de largos cabellos. Si se trataba de un gran río era un personaje maduro que además ostentaba unas luengas barbas onduladas. Todos estos cabellos ondulados representan también al agua, que es de por sí un símbolo de fertilidad. Pero además, en todos los casos, unos cuernecillos asomaban de su mata de pelo en la parte superior de su frente, como símbolo de su vigor viril, fecundo y reproductivo.

El modelo iconográfico clásico de los ríos, "padres de sus tierras y sus comarcas", fue el que eligió el genial artista del Renacimiento Miguel Ángel Buonarroti para representar a su Moisés, que hoy podemos ver en la iglesia de San Pietro in Vincoli de Roma, mezclando, como hace en todas sus obras, la temática cristiana con la más pura tradición grecorromana. Y es por eso que el famoso Moisés de Miguel Ángel, concebido como patriarca y padre espiritual del pueblo hebreo, tiene sus cuernos bien puestos.

Moisés de Miguel Ángel Buonarroti en la iglesia de San Pietro in Vincoli de Roma

- Gracias: Helena


Según Norman Berdivhevsky, en un artículo titulado "La madre de las lenguas - La influencia del Hebreo sobre otros idiomas":

"También se registran casos de curiosos errores en la traducción. El más famoso es quizás el hebreo kéren, "rayo", que fue traducido al latín como "cuerno". Como resultado, generaciones de artistas representaron equivocadamente a un Moisés con cuernos... ¡cuando el texto bíblico lo describe irradiando luz! "

Esta historia se parece también a lo que dicen sobre pasar el camello por el ojo de una aguja, pero en ese otro caso fue la traducción del griego al latín.

Según el Strong Concordance, la palabra hebrea קרן (kéren) aparece 76 veces en la Biblia: 24 veces en sentido de cuerno, 46 veces en sentido de cuernos y sólo una vez en sentido de rayos. La de rayos es Habacuc 3:4

ונגה כאור תהיה קרנים מידו לו ושם חביון עזה

que Reina Valera (1909) traduce a:

Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano; Y allí estaba escondida su fortaleza.


Sí, barbaridades debidas a malas traducciones hay muchas. De todos modos no es cierto que generaciones de artistas representaran a Moisés con cuernos, y los que son famosos, que son los cuernos de Moisés en Miguel Ángel por ejemplo, se explican por los críticos de arte porque la iconografía que emplea Miguel Ángel para el Moisés es la de una divinidad fluvial fertilizante clásica en todos sus aspectos.

Miguel Ángel generalmente prescinde completamente de los rasgos bíblicos de sus personajes y los heroiza o los humaniza según los patrones del arte clásico grecorromano. En esto consiste además el más puro Renacimiento y su síntesis neoplatónica. La Biblia dice que David cuando mató a Goliat era prácticamente un niño, un pastorcillo además apenas púber. ¿Qué hace Miguel Ángel con su David?. Cargarse todo rasgo bíblico de la historia. Por lo pronto nos presenta a un joven en la plenitud física de los 25 años al menos y con una musculatura potente. Se carga toda vestimenta de pastor y nos lo presenta en desnudo integral que es el procedimiento del arte grecorromano para divinizar o heroizar a un personaje masculino (cuando vemos una estatua griega o romana masculina en desnudo integral, daremos por cierto que se trata de un dios, de un héroe o semidiós, o de un personaje al que se quiere exaltar para elevarlo a la esfera divina de lo heroico). Sólo queda la cinta de cuero de su honda colgando sobre un hombro, por detrás y apenas visible.

David de Miguel Ángel

Y el contraposto es copia directa de los modelos de Praxíteles. Y es que sencillamente está "versionando" con su peculiar estilo, su tensión muscular y su terribilità, el Apolo de Belvedere descubierto unos pocos años antes de su obra y que supuso un impacto para todo el arte de su época.

Apolo de Belvedere

Para Moisés, como fértil patriarca padre de un pueblo y de toda una reforma religiosa, elige las representaciones clásicas e icónicas de los grandes ríos, con sus luengas barbas y cabellos que simbolizan el agua y esos característicos cuernecitos cortos y cónicos de todos los dioses fluviales, con la única diferencia de estar sentado en lugar de tumbado o recostado, como las representaciones fluviales clásicas que quieren trasmitir la horizontalidad del agua. Y eso es un hecho obvio y evidente. El Renacimiento introduce el mundo clásico en el mundo religioso cristiano en virtud además de la teoría neoplatónica que reinterpreta la religión y abre la idea, frente al sentimiento medieval de que la naturaleza y el cuerpo humano es fuente de pecado y corrupción y sólo tiene valor el alma, de que la naturaleza y el cuerpo humano es una obra perfecta de Dios y por tanto digno de ser exaltado. Es así como logran la aceptación del desnudo por buena parte de las jerarquías eclesiásticas, antes símbolo del mal y no aceptable, salvo en ingenuas, asexuadas y esquemáticas representaciones de Adán y Eva en el Paraíso o en Cristos crucificados, porque no se podía contradecir a las Escrituras que en ambos casos expresan claramente que estaban desnudos. Es así como Botticelli logra la aceptación de una obra como el Nacimiento de Venus, porque el neoplatonismo había distinguido entre las dos Afroditas del mito, la carnal o vulgar hija de Zeus, y la Afrodita Urania nacida de los testículos del cielo, mensajera del amor divino, nacida en las aguas y llevada a la playa en una concha, y para sancionar esta síntesis, al púdico desnudo de esta Venus Urania, Botticelli le coloca un amoroso rostro angelical idealizado, en absoluto lascivo, sino angélico y maternal, que él ya había estereotipado en sus madonnas previamente, sugiriendo la síntesis Venus-Virgen María. En esto consiste el Renacimiento y por eso estas obras son emblema, símbolo y bandera de tal movimiento intelectual y artístico, caracterizado por lograr la síntesis entre el humanismo clásico y el cristianismo.

Nacimiento De Venus

- Gracias: Helena

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