COLUMBRAR
La palabra columbrar que significa divisar algo globalmente y sin detalles, viene del latín colluminare (iluminar o aclarar vivamente algo en su conjunto), verbo compuesto de con- (conjuntamente) y el verbo luminare (aplicar una fuente de luz), que se forma a partir del vocablo latino lumen, luminis. Este vocablo latino se forma con la raíz de lux (luz) y el sufijo instrumental -men (medio, instrumento, resultado), y designa en origen a una lumbrera, a cualquier fuente natural de luz, desde un astro a una antorcha o una centella, y poco a poco pasa a ser sinónimo de luz y claridad intensas. Del latín lumen proceden también las palabras luminoso, iluminar, lumbre, alumbrar, relumbrar y lumbrera.
En el caso de colluminare, se produjo en el habla vulgar una síncopa que generó la forma columnare, y el contacto de la m con la n produjo una disimilación de n en r. Inmediatamente, como es habitual en el grupo -mr- generado, aparece una b epentética que facilita la pronunciación. Es el mismo proceso fonético que ha dado lugar a lumbre a partir de lumine(m) (lumine(m) > lumne > lumre > lumbre).
La raíz indoeuropea de lumen es *leuk- (luz, brillo, esplendor), que también dio lugar en latín a las palabras:
- lux, lucis (luz), de donde vienen luz, lucir, lucero, relucir, lúcido y deslucido.
- luna ("la luminosa", epíteto de la luna), de la que proceden luna, lunación, luneto, lunes, plenilunio y novilunio.
- lustrare (dar luz y brillo, diferente del lustrare que significa purificar), de donde proceden lustre, lustrar, ilustrar e ilustre.
- lucubrare (trabajar con luz en la noche), de la que se derivan lucubrar y elucubrar.
En griego la raíz indoeuropea *leuk- dio lugar al adjetivo λευκός (blanco brillante) cuya raíz conservamos en algunas palabras técnicas como leucocito o leucemia
- Gracias: Helena