La palabra mórula es un neologismo biológico acuñado en latín científico como morula, en 1874 por el biólogo y filósofo alemán Ernst Heinrich Haeckel (1834-1919), para referirse a la etapa más temprana del desarrollo embrionario de los mamíferos, consistente en una masa compacta de células que resultan del clivaje (ver en este diccionario) del cigoto, antes de iniciarse la etapa de blastulación (formación de la blástula).
El término procede del latín clásico mōrum (mora o fruto del árbol del moral), y en varios diccionarios se dice que deriva del griego μόρον = moron, aunque no está claro si fue así, ya que muchos especialistas en lingüística, más bien creen que mōrum en realidad procede del antiquísimo fondo léxico mediterráneo y que de allí pasó al latín y al griego. Mōrum, como término del latín clásico es citado por numerosos autores romanos, entre otros, Plinio, Horacio, Virgilio y Ovidio, pero es importante no confundir esta palabra con mōrus, que se refiere más bien 'al árbol del moral' y no al fruto, documentado en la obra de Plauto, quien también emplea mōrus con el significado de 'tonto, bobo, loco'. Para formar el vocablo morula, se le agregó a mōrum el sufijo latino diminutivo -ula(m), por lo tanto, mórula se traduce como una 'mora pequeña', debido al aspecto lobulado que presenta el embrión en ese estado inicial de desarrollo, lo que recuerda a la superficie de este fruto.
Siendo algo más concretos, podemos decir que en latín arcaico (Plauto, de los s. III y II a.C.) y clásico, ya existe el adjetivo morulus-a-um (negro como una mora), pero en latín tardío (ss. III - IV d.C.), encontramos morula con el significado de 'morita, mora pequeña' en glosarios tardíos anteriores al s. VII d.C., según menciones del Thesaurus Linguae Latinae. De cualquier manera, cuando se introdujo el término mórula con aplicaciones en la biología, lo que se hizo fue tomar un término latino con muchos siglos de antigüedad.
Si bien es cierto que Haeckel propone el término morula en su acepción embriológica, debe decirse que 18 años antes ya aparece la palabra, pero con aplicaciones en el campo de la patología, como podemos leer en la siguiente cita.
Es interesante señalar que en latín clásico existía el término mŏrŭla (detención por breve tiempo, pausa corta), de mora (tardanza, retraso), que originó el adjetivo mŏrosus (lento, de donde proviene moroso) pero naturalmente que no tiene relación con la mórula de la que ahora estamos tratando. Simplemente se trata de término homónimos.
Por último, señalemos que la palabra morula (mórula, ya en español), se aplica también para nombrar a una masa esférica de gametos masculinos de ciertos anélidos, así como a una inclusión o cuerpo encontrado en leucocitos de enfermos (humanos y animales) infectados por ciertas especies de bacterias del género Ehrlichia, trasmitidas por garrapatas.
Fuentes consultadas:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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