CALIMA
La palabra calima (bruma de vapor de agua), es variante de calina, influenciada por bruma, y calina procede del latín caligo, caligĭnis (bruma, neblina húmeda, oscuridad). A partir del acusativo caligĭnem, con pérdida de la g intervocálica, se generaría una forma *caline, que, siendo femenina, por analogía asumió la -a.
La palabra latina parece que en origen significó humareda negra, y para Ernout y Meillet es muy posible la generación con un sufijo gutural -igi(n), presente en muchas formaciones latinas, a partir de un arcaico adjetivo *calus (oscuro). De Vaan nos muestra que algunos han vinculado esta forma con un radical indoeuropeo *kāl- que significaría oscuro. No falta quien considera que en el origen de la palabra estaría la noción de evaporación espesa producida por el calor y lo relacionan hipotéticamente con el verbo calēre (estar caliente), que se vincula a una raíz indoeuropea *kelƏ-1 (caliente). De hecho la palabra calina, existente también en catalán y gestada a partir de caligo, caligĭnis igualmente, en esta lengua se emplea mucho más con la acepción de calor bochornoso, aunque puede ser una significación adquirida por etimología popular.
- Gracias: Helena