Etimología de CAFRE

CAFRE

El DRAE indica que la palabra cafre deriva del árabe Kafir = pagano. Esta palabra se refiere a los habitantes de raza negra de la parte oriental del Sur de África.

La palabra cafre se utiliza en México para designar a una persona detrás del volante de cualquier vehículo automotor que infringe constantemente las ordenanzas y reglamentos de tránsito urbano y de carreteras. Usualmente se trata de personas despóticas y engreídas que, al provocar un accidente, tienden a apabullar o intimidar al otro involucrado, nunca son culpables de nada.

-Gracias: Maximiliano Mena Pérez


En Cuba usan la palabra cafre para referirse a una persona mala, delincuente, de mal quedar, etc. Ej. "Ese tipo es tremendo cafre!" (Ese hombre es tremenda mala persona/No debes andar con él), "Es tremendo cafre". (No debes estar en su compañía, es muy mala persona).

-Gracias: Daniel Reyes Miranda


En realidad, la palabra cafre en Cuba hace referencia a una persona de baja capacidad intelectual, a la cual le es difícil aprender nuevos conocimientos o entender cualquier materia, etc. Es decir es sinónimo de bruto y burro.

- Gracias: Alexis Pacheco Mora


La palabra cafre se refiere al habitante de Cafreria, que para los antiguos moros del Imperio, eran salvajes e idólatras.

- Gracias: Teodoro


Me parece haber leído en alguna revista o haber visto en un programa de televisión que la palabra cafre proviene de una lengua africana occidental que significa "guerrero violento" o "guerrero temible", traída a américa por esclavos africanos cuyos desendientes hoy en día tienen una manera de hablar y vocabulario distintos a los de las demás personas que habitan las costas de Veracruz y Guerrero en México.

De ser así, ésto explicaría muy bien sus significados tanto en México como en Cuba.

Cabe destacar que esta palabra era usada de forma despectiva en Sudáfrica para referirse a las personas de raza negra como "incivilizadas, ingobernables y violentas" (debido a una palabra de orígen indígena), lo cual refuerza lo anteriormente dicho.

- Gracias: ferocrom


En Puerto Rico, la palabra cafre, se usa como adjetivo, mayormente en un tono denigrante. Mayormente se usa contra personas de caseríos, o personas que actúan escandalosamente. Por ejemplo:

"Oye, éste Tito es un cafre! Siempre armando un escándalo, por esa mujer!

"Mira las dos tipas éstas... tanto que se las echan de súper educadas, y Magna Cum Laude del colegio, y actúan, como cafres!

"Las cafrerías, para la calle!

- Gracias: RafaV70


Cafre viene, efectivamente, del árabe كافر kāfir "infiel, ateo, que no cree en Dios", pero parece ser que no viene directamente del árabe que se hablaba en la Península Ibérica en la época de al-Andalus, sino que ha recorrido un periplo larguísimo. Del Índico al Atlántico rodeando África por el Sur.

Antes de la irrupción de los europeos en el siglo XV, los comerciantes del Índico, árabes, persas e indios, desde la Antigüedad, o de tiempo inmemorial, habían trabajado las costas del África Oriental desde la Península Arábiga y el mar de Omán. Y cuando apareció el islam se difundió pronto por las costas africanas, desde Somalia hacia el sur, pasando por Kenya y Tanzania, y llegando hasta Mozambique. El contacto de las poblaciones costeras con los mercaderes de oro, marfil, esclavos y perfumes había provocado que surgiera una lengua de intercambio, mezcla de árabe y bantú, que se llamó suajili (del árabe سواحلي sawāḥilī "costera, (lengua) de las costas"). Esta lengua, sobre una base gramatical bantú, había recibido una gran cantidad de léxico árabe, aunque con las colonizaciones europeas últimas ha recibido también aportes del ingés y, en menor medida, del portugués. Con el tiempo, desde las costas de Kenya, Tanzania y Mozambique se ha ido extendiendo el suajili como lengua internacional de comercio y cultura hacia los países del interior (Zambia, Malawi, Congo, Ruanda, Burundi, Uganda) y a las islas Comores. Hoy por hoy la hablan unos 80 millones de personas en África Central y Oriental. Es en esta lengua en la que los africanos musulmanes que comerciaban con Oriente llamaban a los otros africanos (no musulmanes ni hablantes de suajili) kafiri, mkafiri, "no creyentes", adaptando la palabra árabe كافر kāfir. Cuando los portugueses se asentaron en Mozambique tomaron contacto con estos grupos de africanos a los que sus vecinos costeños llamaban "los infieles" y acabaron usando la palabra cafre como si del nombre de un grupo humano se tratase.

Al principio, decía João de Barros en el siglo XVI, hablando del asentamiento de la isla de Zanzíbar: «Somente os Arábios e Pérsios como gente que têm polícia de letras e são vizinhos dela em suas escrituras lhe chama[m] Zanguebar, e aos moradores dela Zanguij: e per outro nome comum também chamam Cafres, que quer dizer gente sem lei, nome que eles dão a todo gentio idólatra, o qual nome de Cafres é já acerca de nós mui recebido pelos muitos escravos que temos desta gente.» (Solamente los árabes y persas, como gente que tiene cultura de letras y son vecinos de ella, en sus escritos le llaman Zanguebar [persa زنگبار zang-bār "costa de los negros", ár. Zanǧibar / esp. Zanzíbar], y a sus habitantes Zanguij [ár. zanǧī / esp. zanzibarí]; y por otro nombre común también dicen Cafres, que quiere decir gente sin ley, nombre que ellos dan a todo pagano idólatra, el cual nombre de Cafres está ya entre nosotros muy aceptado por los muchos esclavos que tenemos de esta gente).

Y en otro lugar redunda en lo mismo, pero ya con cierto matiz etnicista: « os Cafres, que acerca dos que habitam as cidades e povoações são havidos por bárbaros » (los Cafres, que entre los que habitan las ciudades y las poblaciones son tenidos por bárbaros).

Pero es mucho más adelante, en 1834, cuando Sebastião Xavier Botelho, hablando de las colonias del África Oriental Portuguesa, se refiere a ellos en otros términos. Usa el término cafre como nombre de una etnia de la provincia mozambiqueña de Sofala: « Los cafres de Sofala son dados al trabajo y muy industriosos; nadie mejor que ellos sabe zambullirse para coger las perlas y los aljófares en el fondo del placer; son ellos quienes mejor lavan el oro y manipulan con más destreza su recogida; son buenos fundidores de cobre y de hierro, con los que fabrican argollas y herramientas de labranza, de otra hechura y acabado que las nuestras, e hijas de su invención. Hacen diversas labores de marfil, tanto para uso doméstico como puntas de flechas que manejan en la guerra, trabajando el marfil de una manera desconocida en Europa ». Ya no los consideran tan bárbaros.

Pero cafre no es el etnónimo asumido de ningún grupo humano. Son otros los que los han llamado así. Cuando las antiguas colonias portuguesas sudafricanas del Cabo de Buena Esparenza y Natal, que habían pasado a manos de los holandeses en el siglo XVII, acabaron en manos británicas en el siglo XIX, denominaron British Kaffraria a la colonia de Natal y a sus habitantes xhosa los llamaron cafres. También se llamó cafres a los zulúes, pero con el tiempo estos pueblos han ido recuperando sus autoetnónimos, como también los de Mozambique y otros, de modo que se puede decir que cafre como nombre externo de una etnia ha caído en la obsolescencia.

De la época en la que se identificaba cafre con "bárbaro" es de cuando data la acepción del español. Así entró en el Diccionario en su primera edición de 1729 con la siguiente definición «Cafre. s.m. Llaman assi a los naturales de la costa del África hacia el Cabo de Buena Esperanza. Y à semejanza se llama cafre al hombre bárbaro y cruel, y en Murcia al rústico y zafio»

Esto de que en Murcia se usase con ese sentido, aunque no parece haber otro testimonio, sí que podría indicar un arabismo rural autóctono, sin periplo por Sudáfrica. Porque el salto semántico que da paso, desde la idea de "que no tiene las mismas creencias que yo" a la de "inculto e ignorante", es general en todas las confesiones religiosas.

Sea como fuere, la palabra cafre no está asociada a ninguna etnia concreta. No hay un "pueblo cafre" al que se pudiera ofender en esta época usando el término con las acepciones con que lo hacemos hoy los hispanohablantes en España y América (bárbaro y cruel, rústico y zafio), tal como algunos, llevados de la llamada corrección política, han creído ver. 

En todo caso insultante sería como denominaban los hablantes de suajili a sus compatriotas "no civilizados".

- Gracias: Joaqu1n

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