Etimología de CIRCADIANO

CIRCADIANO

La palabra circadiano se refiere a lo que pertenece a un periodo de 24 horas, es decir, el tiempo que tarda la tierra en dar un giro o vuelta alrededor de su eje de rotación. En biología se aplica especialmente a la repetición rítmica de ciertos fenómenos que se dan en los organismos vivos, más o menos a la misma hora de cada día. Estos ritmos pueden persistir aun cuando al organismo se le aísle de la exposición de los ciclos de luz y obscuridad diarios.

El vocablo circadiano está compuesto de dos términos latinos: circa (alrededor, hacia, acerca de, aproximadamente), proveniente de circum (alrededor de, hacia), de circus (anillo) y su diminutivo circulum (anillo pequeño, círculo). Más dies (día, tanto en el sentido de periodo de 24 horas, como aplicado al periodo de claridad, que transcurre desde el alba hasta el anochecer), y por último, el sufijo también latino -anus, -inus (-ano, -ino, ya castellanizado), que indica 'pertenencia, relación o relacionado a'. Así que se puede interpretar textualmente como "lo perteneciente o relacionado (-ano) a lo que sucede aproximadamente o alrededor de (circa) un intervalo o periodo de 24 horas o un día (dies).

La raíz indoeuropea *sker-2 (doblar) se asocia al vocablo puramente latino circus (que no es préstamo del griego), de donde también se derivan palabras como circunvalar, circunspecto, circunstancia y circa, que se utiliza sobre todo para mencionar fechas aproximadas, como cuando decimos que algún suceso aconteció en determinada época o tiempo, por ejemplo, 'circa el siglo V a.C.', como queriendo decir, "hacia o allá por el siglo V a.C.", pero sin ser precisos en el tiempo exacto. Además, en latín clásico, circa denotaba a veces proximidad en el espacio, es decir, 'alrededor de', 'al lado de', 'próximo a', con la idea de vecindad; pero también significaba tiempo (y este es el caso para el término circadiano), para designar la proximidad a un momento dado (hacia, sobre, alrededor de), como en una cita del escritor romano Suetonio (ss. I-II d.C.), cuando escribió: "circa undecĭmam horam", que se traduce como "alrededor de la hora undécima".

Por su parte, a la raíz indoeuropea *dyeu- (luz diurna), variante de *dew- (brillo, luz), se le vincula con el vocablo latino dies, que, como ya dijimos, significa, entre otras cosas, día, estado del tiempo, amanecer, luz, claridad, etc.

Históricamente, la primera referencia acerca de lo que ahora llamamos ritmo circadiano, tal vez la tenemos en el navegante griego Andróstenes de Tasos (circa del siglo IV a.C.), quien estaba al servicio de Alejandro Magno. Dicho navegante describió los movimientos diarios de las hojas del tamarindo (Tamarindus indica), en la isla de Tylos (ahora Barhein) del Golfo Pérsico. Y a través de los siglos, existen innumerables referencias sobre estos ciclos, tanto en plantas como en animales, que ahora, en tiempos modernos, se sabe que en prácticamente todos los seres vivos, desde las bacterias hasta el hombre, sucede este interesante fenómeno.

El científico de origen rumano Franz Halberg (1919-2013), radicado en Estados Unidos, dedicó gran parte de su vida a la investigación de este tema y no sólo detectó ciclos circadianos, sino semanales, mensuales, anuales (ciclos circanuales, del latín annus, 'año', como los que se dan en las plantas, durante los ciclos de floración o caída de las hojas que suceden todos los años más o menos en las mismas fechas), fue quien acuñó en 1959 el término en inglés (circadian). A Halber se lo considera como el fundador de la cronobiología (véase en este diccionario), debido a los profundos trabajos de investigación que realizó en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.

Existen numerosos ejemplos de estos ciclos circadianos. Por citar solamente algunos en la especie humana, citamos los siguientes:

6:45 horas, aumenta algo la presión arterial; 7:30, se suspende la secreción de melatonina; 8:30, tiende a incrementarse la motilidad intestinal; 9:00, máximo nivel de testosterona; 14:30, se optimiza la coordinación; 18:30, se alcanzan los niveles máximos de la presión arterial, etc. Naturalmente que estas son la tendencias circadianas normales, pero sabemos que ahora, con tantas y diferentes actividades, cambios en el horario de trabajo, viajes transcontinentales y compromisos diversos, estos ciclos están a menudo profundamente trastocados, no obstante, tienden a presentarse en esta secuencia, que quizás podamos ver en personas que todavía viven en el medio rural, alejadas del citadino.

Lecturas sugeridas:

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.

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