Etimología de CASITÉRIDES

CASITÉRIDES

El nombre Casitérides es un vago nombre geográfico de la antigüedad que los griegos dieron a los remotos y poco conocidos centros de extracción del estaño que se situaban en los confines de Occidente y que ellos concebían como unas islas. Probablemente se refirió en origen al área de Galicia (importantes yacimientos antiguos de estaño en Orense), costas atlánticas de la actual Francia y mucho más tardíamente a las islas Británicas, donde los importantes yacimientos de casiterita de Cornualles se explotaron desde la antigüedad. Por eso muchos identifican las Casitérides con las Islas Británicas.

El estaño era un metal muy valioso en la antigüedad, pues era el mejor para alear en pequeña proporción con el cobre y obtener así las mejores variedades de bronce en la metalurgia. En el área de los etruscos existía estaño, y los griegos comerciaron mucho con ellos para obtenerlo. Pero las mejores y más abundantes fuentes procedían de mucho más al Occidente y era un comercio que explotaron sobre todo los fenicios y que se centraba mucho en su colonia de Gadir o Gades (actual Cádiz, en la costa suratlántica de España), al otro lado del estrecho de Gibraltar. No tenemos la total garantía de si esos colonos fenicios de Cádiz circunnavegaban por las costas atlánticas la península Ibérica hasta los centros de intercambio del estaño, o eso fue mucho más tarde y en principio establecían rutas terrestres a Galicia y desde allí accedieron a un posible intercambio con zonas más lejanas. Pero los griegos de los tiempos más antiguos imaginaban que ese estaño procedente de los extremos occidentales era producido en unas desconocidas islas productoras y las llamaron Κασσιτερίδες, voz que pasaría también al latín como Cassiterĭdes, en este caso referida ya a toda tierra o isla que se hallara al oeste de Bretaña, que es como lo emplea Pomponio Mela.

El nombre griego Κασσιτερίδες se forma con un sufijo -ides (filiación, naturaleza, materia de) sobre la palabra κασσίτερος ("kassíteros", estaño). Esta voz también pasa en préstamo en latín como cassitĕrum para designar al estaño y la encontramos por ejemplo en Plinio y en Avieno, si bien los romanos poseían también la voz stannum o stagnum, de probable origen celta, para designar al estaño.

El origen del vocablo griego κασσίτερος es bastante oscuro. Se admite bastante que es préstamo técnico muy antiguo y que seguramente la voz procede de los elamitas, un pueblo que se situaba al sureste de la Mesopotamia y que hablaba una lengua muy antigua, sin parentesco con el sumerio, ni con las lenguas semíticas, ni con las indoeuropeas, y quizá con cierta relación con las lenguas dravídicas del sur de India. Pero los elamitas habrían dado este nombre aproximado al metal porque era el metal que procedía de los Cassitas, voz que procede del acadio kaššu, y que designa a esta tribu de habla acadia que llegó a Mesopotamia atravesando los montes Zagros y se hizo con el poder estableciendo allí una dinastía que lo ejerció en la segunda mitad del segundo milenio antes de Cristo. Y siendo esto lo más factible, podemos suponer también que el nombre sería adaptado al griego por etimología popular, pues se reconoce en él bastante claramente un elemento -teros comparativo o contrastivo muy frecuente en griego (del indoeuropeo *-ter) que significa "el más x de dos", lo que nos indica sin duda que los griegos dieron alguna forma de significado a ese primer elemento kassi- que puede ser de origen acadio y por tanto una raíz semítica (tenemos un elemento aparentemente idéntico en el nombre de la cassia o falsa canela, que es un claro préstamo semítico en el griego). Pudieron sin duda vincularlo a una raíz kas- o kass- que puede ser indoeuropea, pero seguramente no griega en origen, a la vista de su repartición en nombres propios. Este elemento que también asume la forma kad- aparece en nombres, bien de procedencia miroasiática o bien macedonios en contacto con los epirotas, como Κάσσανδροϛ ("Kássandros), Κασσάνδρα ("Kassandra"), Κάστωρ ("Kástōr"), Κάδμος ("Kadmos") o incluso Κασσιέπεια ("Kassiépeia", este caso, particular y complejo), o en el nombre Κασσωπία ("Kassōpía") que es como se llama al territorio de los molosos, un pueblo del Epiro que hablaba un dialecto muy particular del dorio. Esta raíz, que ya hallamos en formas micénicas probablemente afines a vocablos asiáticos, puede relacionarse con el griego κέκασμαι (sobrepasar, pero en origen quizá brillar), hipotéticamente puede vincularse con una raíz indoeuropea *kad-2 (brillar, resplandecer) que da Pokorny en la página 516. Probablemente esta raíz sería más fecunda en las hablas indoeuropeas minorasiáticas, macedonias o epirotas que en el griego mismo (hay quien ha visto sus versiones en hitita), donde una raíz kass-/kassy- se vinculaba más bien a un verbo coser o remendar, y en sentido figurado tramar o intrigar (κασσύω= "kassýo").

Es así como quizá el nombre κασσίτερος es un préstamo prácticamente seguro, sea del elamita o de alguna lengua asiática, pero que podría haber alterado su forma originaria para pasar a evocar, en boca de los griegos, algo así como "el más brillante de los dos" (de los dos metales que intervenían en la aleación del bronce), o "el bastante brillante", lo que cuadra al brillo plateado del estaño.

- Gracias: Helena

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