Etimología de PUTA

PUTA

Hay muchas interesantes historias sobre el origen de la palabra "puta", por eso, según la Real Academia Española, es de origen incierto. Primero explicaremos las dos posibilidades más aceptadas y luego más abajo damos otras sugestivas posibilidades que se han inventado por ahí.

  1. Según Corominas1 es probable que venga de putta (muchacha). Según Diez2, la versión masculina de "putta" es "puttus" (chiquillo). De ahí la expresión de Virgilio "me perdiit iste putus" (me ha perdido este puto). La palabra latina puttus se relaciona a una raíz indoeuropea (*pou-) que nos dio: pobre, purrete y parvulario.
  2. La segunda posibilidad fue predicada por Covarrubias3. Este dice que viene del latín putida (podrida) pues una ramera o mujer ruin siempre es caliente y de mal olor. También nos regala la siguiente cita de Catulo "moecha putida, redde codicillos" (puta hedionda, devuélvenos los libros). El CNRTL también apoya esta versión, cuando explica la etimología de pute. Añade que putidus proviene del verbo putere (estar podrido, corrompido, apestoso). Es el mismo verbo que nos dio pudrir y se asocia a la raíz indoeuropea *pu-2 (podrir).
Fuentes:
  1. Breve Diccionario Etimológico de la lengua Castellana - Joan Corominas - Tercera edición - 1973.
  2. An Etymological Dictionary of the Romance Languages; Chiefly from the German - Friedrich Diez - tr. T.C. Donkin, B. A. - 1864.
  3. Tesoro de la Lengua Castellana o Española - Sebastián Covarrubias Orozco - Edición de Luis Sanchez - 1611.

Los filólogos clásicos (latinistas y helenistas) siempre asocian la palabra puta con el latín "putta" (muchacha, chicuela, especialmente "chica de la calle"), que ya en latín se usó con el valor de prostituta.

En principio puttus (chiquillo), que también puede ser putus (igual que putta tiene la variante puta), era también chicuelo, chaval. Se emplea en latín como tecnicismo del arte: los "putti" es otra forma de designar a los "erotes" o especie de angelillos que son un icono clásico, con que se adornan cuadros, relieves...etc., que representan una escena, bien con trasfondo erótico, o bien incluso religiosa, en que se quiere manifestar de algún modo el amor divino. Pero ya en latín clásico tenemos un testimonio literario de su valor con el sentido de chico que se prostituye, en un epigrama falsamente atribuido a Virgilio (Catalepton, VII, de Appendix Vergiliana), que es anónimo y de fines del s. I a.C. dice así:

Scilicet (Si licet en algunas lecturas) hoc sine fraude, Vari dulcissime,
dicam "dispeream, nisi me perdidit iste putus".
Sin autem praecepta vetant me dicere sane
non dicam, sed "me perdidit iste puer".

Traducción:

Evidentemente sin tapujos, dulcísimo Vario,
yo diría: "que me muera si no me ha perdido ya ese puto".
Pero si las buenas formas me prohiben realmente decirlo,
no diré sino "me ha perdido ese muchacho".

La conclusión obvia es que si puttus/putus tiene ya ese sentido de "prostituto" (es evidente por el contexto que es palabra soez, y ya no sólo significa muchacho o chico) a fines del s. I a.C., aunque putta/puta que también es chicuela no esté atestiguada literariamente con el valor de prostituta hasta el latín del s. VI d.C., sin duda en el habla ya debía tener ese valor en el s. I a.C., época a la que pertenece este epigrama. Es normal que ambos vocablos una vez vinculados a la prostitución aparezcan realmente poco en la literatura por su vulgaridad precisamente. Putta, igual que puttus, y probablemente vinculados a otra forma putulus, son variantes familiares de puer (niño, chico) y puella (chica, muchacha, niña), y lo más verosímil pues es su relación con la raíz indoeuropea *pou- (pequeño), que está en la base de estas formas. Las variantes latinas con consonante geminada (doble) son siempre del habla y siempre fueron las más populares.

La forma castellana puta corresponde al registro patrimonial de la lengua, afectado de lleno por el cambio fonético según unas leyes fijas:

El vocablo anda por casi todas las lenguas romances. En latín vulgar generó una variante con sufijo puttana, de donde el francés putain y el italiano puttana. El antiguo provenzal putan o putana conservaba los dos significados: el de prostituta y sencillamente el de chica. No sabemos si el hecho de que la palabra latina no tuviera en los orígenes un sentido negativo especialmente, puede tener relación con determinadas expresiones, seguramente no porque le quedan muy lejanas. Si bien en castellano se emplean expresiones vulgares y procaces como "me cago en la puta" para expresar el colmo de la contrariedad, o "una puta vida" para expresar como un adjetivo algo malo o aperreado, pensemos en la habitualísima expresión "de puta madre", empleada con el valor de inmejorable, estupendísimo, lo mejor de lo mejor.

La línea desfasada de Covarrubias que hace referencia a putida (podrida) es una etimología basada en la moral religiosa dominante que considera la puta una "mujer podrida", etimología popular basada en la moral dominante cristiana del XVII, pero que aun así se repite por diferentes lugares. Fonéticamente no se puede explicar a partir de putida el conjunto de todas las variantes de las lenguas romances, y además es absurdo considerar otro origen que no sea putta, si putta ya significó en latín meretriz (ver Ernout y Meillet, Dictionnaire étymologique de la langue latine, entrada puttus, variante femenina putta= meretrix). Esto de putida sí que es de todas todas una "etimología popular" fomentada por teóricos bajo el prejuicio de la ideología dominante. En el latín del s. VI putidus y putida se mantienen igual y siguen significando podrido/a, pero sólo para las cosas (para las personas tiene otro significado), mientras la forma putta se atestigua con el valor de puta (Gregorio deTours, Vita Patrum, 19,3). La moecha putida de Catulo que se alude arriba está muy mal traducida y no es fundamento de nada. Moecha es en efecto un término insultante y despectivo que se refiere más que a una prostituta profesional que cobra por sus servicios, a la mujer adúltera o a aquella que se acuesta sin más con todo dios y se presta a todo tipo de prácticas sexuales. Sólo "relativamente" la podemos traducir por "puta" (digamos que entre comillas). Pero desde luego putida no es hedionda, lo cual es un absurdo invento de la época como que las putas olían peor que otras mujeres, es absolutamente risible. El adjetivo putidus con el valor de podrido, pasado, y alguna vez maloliente, jamás se aplicó en latín a las personas, sino a los alimentos en mal estado. Aplicado a las personas tiene dos sentidos, uno físico y otro caracterial. En el sentido físico significa gastado, consumido, decrépito y envejecido. En el sentido moral o caracterial nunca es corrupto: significa muy afectado y cursi, que muestra remilgos o ascos hacia las cosas. La expresión moecha putida, sacada del poema 42 de Catulo (verso 11) es uno de los relativamente abundantes insultos de Catulo a algunas mujeres: en cierto modo la llama puta vieja, aunque no profesional, viene a querer decir "mujerzuela gastada y envejecida por el uso" (lo de puta hedionda es una pésima traducción), lo cual es bastante fuerte y muy de su gusto: a veces emplea expresiones como "moza requetefollada" (puella defututa, XLI, 1) y otras similares, para las mujeres fáciles. En definitiva, la trasnochada hipótesis a partir de putida ningún filólogo latino la va aceptar, aunque figure en algunos lugares por ahí.

- Gracias: Helena


Otras versiones y comentarios sobre ellas

Una versión dice que puta procede del latín, Puta, puesto que éste era el nombre de una diosa menor de la agricultura. Significa, literalmente, "poda", ya que las fiestas de la diosa celebraban la poda de los árboles. En estos días de fiesta, las sacerdotisas ejercían una bacanal sagrada, en honor a la diosa.

- Gracias: Adriano de Santiago, España.


La palabra puta puede también derivarse del latín "putta" (muchacha, chavala). El latín "putare" significaría: escamondar, podar o ramonear. Con lo que algún sentido figurativo del verbo podría haber tenido alguna influencia.

- Gracias: Francesc Pont


También no falta quien dice que es una abreviación de la palabra tan larga prostituta.

- Gracias: niaroel


Otra versión dice que viene del otro significado del verbo "putare", o sea pensar. Parónimos de putare incluyen: disputar, imputar y reputar. Así también, "putativo", que significa que aunque unos "piensan" que es padre o hermano, en verdad no lo es. Ver Pepe.

Cuando los romanos vencieron a los griegos los tomaron como esclavos. Aunque los romanos eran militarmente superiores, no eran tan civilizados como los griegos. Por eso usaban a algunos esclavos cultos griegos como pedagogos domésticos para sus hijos (ver magisterio). A las esclavas las usaban para otras cosas. Al pasar tiempo con ellas, los amos se dieron cuenta que además de conocer el arte del amor estaban versadas en las ciencias del día (filosofía, astronomía, política, etc.). Por eso las clasificaron como pensadoras, o sea putas. Es interesante que en catalán todavía se conserva esa doble definición de la palabra y que un hombre catalán no se ofende si lo llamas puta, pues lo estás llamando inteligente, pero una catalana te da una tremenda cachetada.


En catalán 'puta' significa inteligente para el hombre es verdad a medias. Cuando en catalán se dice: 'És un puta, aquest!' (¡Es un puta, éste!), se quiere decir que es un vivales, que siempre se sale con la suya. No que tenga una gran cultura, por lo que no cuadra con la idea de maestro o "pensador".

Gracias: Jordi Pérez Noguer

Lo que dice Jordi, me hace pensar sobre el amor y las personas vivales, sobre todo porque acabo de ver la película "Crueldad intolerable" (Intolerable cruelty). Me pongo a pensar en la dimensión de inteligencia relacionada con el astuto "avispado" o el "pillo". Es decir de alguien que la piensa no en términos académicos, sino que tiene una cierta maña para sobrevivir. Es otra manera de "pensar", ... pero es pensar, no?


Otra versión dice que la palabra "puta" viene de la palabra puteos o sea pozo en latín. A los esclavos los metían en pozos (sin agua claro) y quien quisiera tenia que pagar para entrar en el pozo y hacer sexualmente lo que quería con esa persona. Los dueños entraban gratis, claro esta.

- Gracias: Miguel.


Esta es una palabra curiosísima que sin duda procede de la raíz put-, que en latín da palabras tan diferentes en apariencia como el verbo putare (podar, pero también ordenar y pensar, de donde imputar, reputar, computar, disputar, etcétera), el sustantivo puteus (pozo), los adjetivos putidus y putida (maloliente) o el sustantivo puteal (fuente). Al parecer, puta podría venir de la expresión "mulier putida" con el significado de mujer maloliente. Sin embargo, si la raíz put- podría tener algún sentido de profundidad, de hondura (de donde pensar y también pozo).

Sea como sea, no deja de ser interesante ver que al hablar de la "reputación de las putas" estamos utilizando un viejo étimo en dos palabras con sentidos completamente opuestos. También podría venir del adjetivo femenino puta con el significado de limpia y brillante. En cuanto a puto, el sentido primero en español (véase, por ejemplo, cuando Celestina llama a sus compinches Pármeno y Sempronio "putillos") es de muchacho, joven, adolescente (putus en latín). El sentido que hoy ha cobrado en algunos países es reciente.

A propósito, como recordó alguna vez Cela, existe en el santoral romano el nombre de san Puto. Así que a alguien no bien advertido pueden encajarle este nombre de por vida al bautizarlo. He aquí los peligros de la religión.

- Gracias: Félix Álvarez


Ninguna de las explicaciones dadas en esta segunda sección se considera científicamente válida o satisfactoria por motivos fonéticos. La raíz del verbo latino putare no tiene nada que ver con nuestra palabra puta, ni tampoco la del adjetivo putida. La palabra latina "puta" (de putare), que significa poda, únicamente se puede trasformar en castellano en "poda". Si puta mantiene esta forma, es porque la u es larga ante doble consonante y esa t era doble, por lo cual no sonorizó; sólo se simplificó, como dijimos al principio. El cumplimiento de las leyes fonéticas es la mejor prueba científica de la correcta etimología de una palabra. Extraña que la RAE no se decante por esta etimología que es la habitualmente asumida por diccionarios italianos y algunos franceses para su vocablo del mismo origen. Ernout y Meillet (Dictionaire étymologique de la langue latine), testimonian claramente que putta ya en latín se usó con el significado de meretrix, atestiguado con este sentido en Gregorio de Tours (s. VI d.C.). Y es desde luego esta etimología la que nos enseñan en las facultades de filología latina habitualmente.

En cuanto a la diosa "Puta" es todo un puro invento. Jamás hubo sacerdotisas en Roma de la diosa Puta, ni se celebraron bacanales ni se le dio especial culto a tal diosa, jamás. Es un puro invento sacado de unas cuantas webs difundidoras de patrañas y falsedades que podrán ustedes encontrar tecleando en Google "diosa Puta". La diosa Puta no es nombrada jamás por ningún autor clásico, ni figura en los calendarios festivos romanos, ni tiene importancia alguna ni culto. Los romanos creían en miles de divinidades menores (numina) que no eran exactamente dioses, sino espíritus protectores que presidían cada pequeña acción de la vida y que jamás recibían culto oficial. Como por ejemplo Denticina (que favorecía la salida de los dientes en los bebés). Había miles y ni siquiera sabemos todos sus nombres. Gracias a un autor cristiano del s. V d.C., Arnobius Maior, sabemos que existe Puta (la Poda). Este autor anda burlándose de la religión romana y refutándola, y del hecho de que pongan un diosecillo para cada cosita. Y en una de esas, en dos ocasiones (Adversus nationes CI 0093, L. IV, 7 y L. IV, 8) afirma como cosa ridícula que hay un numen Puta (la poda) que protege las podas de los árboles. ¡Y no dice absolutamente nada más! ¡Y ningún otro autor más que él nombra a Puta! ¿Cómo es posible que la gente se dedique a inventar semejantes patrañas de una diosa Puta con sacerdotisas y bacanales?. ¿Cómo es posible tanta patraña, invento e intoxicación?. Seguramente alguien lo inventó en una novela fantástica de romanos.

En cuanto a la conquista de los griegos por parte de los romanos, los decretos conservados demuestran que no esclavizaron a las poblaciones. Las pruebas documentales comprueban que los romanos tuvieron un respeto exquisito con Achaia y Macedonia (las dos provincias griegas). Eso sí, se quedaron con los esclavos de los griegos (éstos tenían muchísimos). Es cierto que entre los esclavos griegos había algunos personajes cultos, antes no esclavos, usados como pedagogos de los hijos por las clases pudientes romanas: luego los manumitían y solían poner una escuela, por lo cual tenemos incluso algún testimonio de hombres libres que se hacían vender como esclavos para este fin, pues era una salida económica para ellos, contando además con que este tipo de esclavitud recibía un trato excelente. En cuanto a las esclavas griegas, ni las llamaron putas (ni puta significa pensadora en latín, sino poda) ni eran cultas: en general las griegas eran analfabetas, ya que a diferencia de las romanas, no recibían allá educación que era solo para hombres. Las heteras, escasas prostitutas de altura y con cultura del mundo griego que solían ser extranjeras de las colonias asiáticas (diferentes de las pornai o prostitutas "de calle"), cobraban altísimos emolumentos y nunca fueron esclavizadas.

Una de las ideas más erróneas que a veces circulan por ahí es que entre los romanos las prostitutas eran esclavas griegas. Pues miren, no, ni necesariamente esclavas, ni necesariamente griegas. Es cierto que había prostitutas esclavas, propiedad de los lenones (o lenas) o proxetenas, que las mantenían en una forzosa prostitución en sus casas de lenocinio o burdeles. Pero también muchas mujeres libres, bien independientes o bien acogidas a la protección de proxenetas, practicaban la prostitución. En cuanto a la leyenda de "esclavas griegas" sólo se debe a lo siguiente. La prostitución tuvo un amplísimo desarrollo en Grecia, en especial en Atenas y todas sus colonias (Esparta en cambio parece que no tenía ni admitía prostitutas), con una extensa variedad de tipos de prostitutas (y prostitutos jóvenes), desde las más bajas y esclavas a las escasas y refinadas heteras (mujeres libres no ciudadanas o extranjeras, refinadas y cultas, entretenedoras y prostitutas que cobraban altos emolumentos). En Roma tradicionalmente, aunque existiera la prostitución, no había semejante abundancia y variedad. Siendo así las cosas, en el mundo antiguo pues se consideraba que la mejor, la más experta y variada prostitución era la griega, y esa fama había. Cuando los romanos incorporan Grecia a su imperio, a las zonas romanas acuden proxenetas y prostitutas griegas. Y entonces ocurre un fenómeno característico bien estudiado por los trabajos al respecto: si la prostituta griega tiene la fama de ser la mejor y más experta, casi todas las prostitutas se van a poner "nombres de guerra" griegos, especialmente esos diminutivos a la griega acabados en -ion y otras variantes incluso picantes que hacen referencia a diminutivos griegos vulgarmente aplicados al sexo de la mujer, para hacer creer al cliente que, o son griegas, o tienen una experiencia griega. Y se esforzarán en soltar frases en griego o usar vocablos griegos de tipo erótico-sexual. Es así como los romanos acabarán considerando que el griego (aparte de importante lengua de cultura) es la lengua del amor, especialmente del amor comprado o del burdel. Es un fenómeno semejante al que ocurrió en Europa desde el s. XIX con el francés: la fama popular de que eran las francesas las más expertas y refinadas en el sexo, produjo que ya ninguna prostituta se llamara Petra o Mariana. Todas se hacían llamar Ivonne, Paulette, Ivette o hipocorísticos franceses del tipo Mimi y cosas así y la que podía se esforzaba en soltarle al cliente al oído mientras le daba servicio frases como "mon petit chou" o cosas similares. Y el francés se consideró la lengua del erotismo.

Y para finalizar, hay que tener especial cuidado en no confundir las formas del verbo latino putare (podar selectivamente, también considerar, pensar, reflexionar) con las palabras latinas puttus y putta, o putus y puta, de muy distinto origen. Por ejemplo hay una famosa frase de Terencio (s. II a.C.) que se considera la máxima y divisa del humanismo y dice: Homo sum, humani nihil a me alienum puto. Su traducción literal es: "Soy un ser humano, nada de lo humano considero ajeno a mí". Ahí nos aparece el verbo putare en primera persona del singular del presente puto (yo considero), junto al adjetivo alienum (ajeno, separado, diferente). Evidentemente ese puto, que es un verbo, nada tiene que ver con las putas y los putos, sino con computar, imputar y los padres putativos, que no son los padres de las putas, sino los "considerados padres" en sociedad o por la ley, aunque no lo sean biológicamente.

- Gracias: Helena


En 1958 tuve en la Escuela Superior de Comercio "Carlos Pellegrini", dependiente de la Universidad de Buenos Aires, un profesor de historia (Dr. Hilmar Didier Di Giorgio) -a la sazón rector de la Escuela- que nos enseñó una acepción de la palabra que me quedó grabada: "mujer conocida". Busqué en el origen bíblico del término "puta" pero no pude encontrar lo que pesquisaba. Decía Di Giorgio que en la antigüedad la mujer no era conocida y vivía -recoleta, recogidamente- en su casa; y que si la mujer era conocida era porque "andaba por ahì". Lo cual tiene bastante sentido histórico, como fundamento de tal acepción del término. Hoy en día esta interpretación puede ser de utilidad cuando uno quiere confundir a un interlocutor circunstancial.

- Gracias: sanmartin


Usted no pudo encontrar nada del origen bíblico de la palabra puta sencillamente porque no tiene ningún origen bíblico. Puta viene del latín y sólo del latín y su raíz no tiene nada que ver con la idea de conocer ni conocida, ni significa mujer conocida. Mucha gente especula con el origen de las palabras diciendo las ocurrencias que les parecen "razonables" y sueltan notorias falsedades, porque aunque sean profesores, sencillamente no son lingüistas y se meten en un campo que no entienden ni es el suyo. De todos modos aquí, creo que más bien a usted la memoria puede engañarle. Quizá ese profesor no le explicó exactamente la etimología de puta, sino el origen de la expresión "mujer pública" que se ha aplicado mucho en tiempos pasados a las prostitutas, lo cual que es diferente. Esta expresión sí se basa en parte en la idea de que una mujer decente y recatada no debe ser conocida ni andar en boca de nadie y vivir en un ámbito privado. Y que la prostituta sí pertenece al público, a lo público, al vulgo y al conocimiento del vulgo. Pero el origen de la palabra pública es completamente diferente al origen de la palabra puta, no tienen nada que ver.

- Gracias: Helena


Desconfío de ciertos dogmatismo respecto a las "leyes" (teorías) fonéticas, pues en realidad todo lo relativo a las filologías o etimologías, está muy lejos de ser ciencia exacta, e incluso diría más, ya que gran parte del conocimiento oficial o establecido y que se enseña en universidades, podría ser en uno u otro grado falaz, como por ejemplo, el mismísimo sacro santo dogma de que las lenguas llamadas romances habrían derivado del latín como origen común. Pues cabe sospechar que el latín mismo no haya sido otra cosa más que una lengua artificial y elaborada por y para una élite instruida, lengua construida de forma racional a partir de una base de palabras y fonéticas de una lengua hablada o "vulgar" de los romanos-etruscos, la cual sería ésta la que se habría extendido y mezclado en cada región del imperio con lenguas quizá ya emparentadas de antemano (y por ello el hebreo por ejemplo no habría podido nunca transformarse en lengua romance), es decir, lenguas "vulgares" parecidas, y en todo caso serían tales mestizajes los que habrían dado lugar a las lenguas que tenemos hoy, castellano, portugués, occitano-catalán, italiano, rumano, etc. ¿A nadie le extraña aún que en NINGUNA de tales lenguas haya quedado algo que pueda considerarse como un vestigio digno de aquella columna vertebral del latín, las declinaciones? (hecho que tiene toda la pinta de un puro artefacto lingüístico artificial para una clase dirigente e instruida, como habría ocurrido igualmente con el griego) ¿Ni siquiera un residuo de declinaciones en el italiano? En efecto todo parece indicar, que el hecho de decir que tales lenguas procederían del latín, podría considerarse un mal análisis filo-lingüístico.

Con respecto en concreto a la palabra "puta", nada nos puede asegurar que no haya algún parentesco entre "puttus-putta" (chiquillo, chicuela) y "puta" de "putare" (podar, considerar, pensar), ya que si ésta última habría "evolucionado" según la teoría fonética hacia "poda", es decir, la u corta ante consonante simple abriéndose en o, mientras que la u larga ante consonante doble de "putta" se quedaría en u, también ocurre que "pullus" habría dado lugar a "pollo" y que "pusus" (muchacho) habría dado "pusilánime". Así que estimo que si las teorías fonéticas podrían considerarse una cierta guía, en ningún caso son evidencia científica. Entonces, si "puttus" podría relacionarse con las raíces indo-europeas "pou-"/ "pau-" , "poco"/ "pequeño", el verbo latino "putare", podría haber sido una variación de lo mismo en el sentido de "hacer pequeño", esto es, el efecto de la acción de podar sobre la planta. Y si en principio a "puta" (poda) se la relaciona con la raíz "peu-" (cortar, golpear), puede que la acción de la raíz en sí, haya sido derivada en origen del efecto de cortar, en tanto que hacer más pequeño. De hecho en griego parece haber una procedencia única de una misma raíz "pai-", ya que tenemos "pais" (niño) y "paio" (cortar, golpear). Así que todas esas palabras podrían en definitiva tener un origen común, esto es, "putare", hacer más pequeño en tanto que cortar, podar, considerar o pensar (y estas últimas como una forma de "podar" o discriminar en el pensamiento); "puta" (poda) y su diosa menor Puta, a la cual se invocaba antes de realizar las consecuentes podas de árboles frutales (acción alimenticia y económicamente de no poca relevancia), y es curiosa la costumbre en la que según caían las ramas al suelo, las mujeres deseosas de quedarse embarazadas se azotaban con ellas, encomendándose a la misma diosa Puta; y "puttus-putta" (chiquillo, chicuela) en tanto que persona pequeña o "recortada" respecto al modelo adulto. Y no creo que sea de extrañar que tales fonéticas y palabras a partir de dichas raíces hayan podido cruzarse más de una vez a lo largo de la historia, y que nuestra palabra "puta" (prostituta), esté en diferente grado emparentada con "putta" en tanto que muchacha, como con cierta cualidad de viveza intelectual, o como con la misma diosa Puta y cierta forma de prostitución sacerdotal. De hecho resulta también curiosa la antigua costumbre de señalar con aquellas mismas ramas de árbol cortadas, un lugar con presencia de prostitutas, de donde derivaría también después el término de ramera.

Fuentes:

- Gracias: YanW


La idea de que las lenguas romances no vienen del latín fue sembrada por Yves Cortez1 y avanzada por otros como Johnny Torres2 y Carme Jiménez Huertas3. Recomiendo el artículo de Alexander Gahr4 que demuestra clara y sucintamente las falacias que llevaron a estos escritores llegar a esa conclusión.

Fuente:

  1. Le français ne vient pas du latin, Yves Cortez, Ed. L'Harmattan, 2007.
  2. El verdadero origen de las lenguas romance - Johnny Torres. 2008.
  3. No venimos del latín - Carme Jiménez Huertas, 2013.
  4. Sobre el origen de las lenguas romances - Alexander Gahr. 2009.

 La verdad es que no hay para mí la menor duda que el origen de este término es el latín putta "muchacha" como bien lo ha explicado Helena más arriba. Otras explicaciones son elucubraciones ajenas a cuaquier rigor lingüístico. En el plano semántico este proceso se da en lenguas como el francés donde garce significa "prostituta", siendo así que su significado originario era "muchacha". Se da además la paradoja de que sus correspondientes formas masculinas gars y garçon (palabra esta última muy habitual) significan simplemente "mozo o muchacho", y "camarero" también en el caso de garçon. Recuerdo ahora que la gran cantante francesa Barbara en una canción apostrofa a "La Solitude" llamándola "la garce", algo así como "la maldita" en un sentido figurado.

- Gracias: Pedro Menoyo Bárcena

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