Etimología de TÁRTARO

TÁRTARO

La palabra tártaro viene del griego Τάρταρος (Tartaros). Originalmente era usada para referirse al lugar donde habitan los espíritus de los muertos, o infierno. Según una etimología popular, la gente de la Edad Media creía que los Mongoles eran seres terribles que provenían del infierno, del Tártaro y por eso le dieron ese nombre con el que aún se designa a los descendientes que poblaron el sur de Rusia.

-Gracias: José Feldmann


El tartatos no era el infierno. De acuerdo a la mitología griega, era el lugar donde fueron encerrados los dioses que fueron vencidos. En la Biblia en tanto, aparece una vez en la 2ª Epístola de Pedro 2:4 y alude a ángeles que pecaron apareándose con mujeres mortales, en el periodo antes del diluviano, que fueron encerrados en ese lugar.

- Gracias: Visitante


La palabra Tártaro que viene del griego no tiene absolutamente nada que ver con el término tártaro referido al conocido pueblo originario del Asia Central. Este último procede remotamente (con préstamos diversos a lenguas intermediarias) del término persa tatar, con que los persas designaban a ciertas tribus de ese pueblo, así que nadie llamó nunca tártaros a los tártaros por creerles procedentes de ningún infierno.

Por otro lado el Tártaro de la mitología clásica era un profundo abismo situado en el mundo de los muertos. El mundo subterráneo de los muertos en la mitología clásica grecorromana recibía los nombres de Hades o Averno (sólo después hay referencias a él como infernus, palabra que se refiere a su situación dentro del suelo o la tierra). El lugar aparece descrito con una topografía muy compleja en la que se distinguen sectores concretos, como los Campos Elíseos que son la morada de los héroes y los "espíritus felices", los campos de asfódelos, etc. El Tártaro es uno de esos sectores, un profundísimo abismo coronado por una fortaleza guardada por Tisífone con su látigo (la más furiosa de las Furias o Erinnias). En este abismo estaban en efecto encerrados los titanes (dioses de la primera generación) que se habían enfrentado con la guerra a Zeus y los dioses olímpicos, así como también algunos grandes criminales del mito. Aparte de los innumerables textos que nos hablan de ellos, la descripción más completa de todo este inframundo mítico se puede encontrar en el Canto o libro VI de La Eneida, del poeta romano Virgilio, que puede leer fácilmente cualquiera que desee ilustrarse mínimamente sobre el tema (la Eneida se ha traducido a todas las lenguas, así que no es preciso que sepan latín, basta con saber leer).

- Gracias: Helena


Hay otro tártaro que se refiere al tartrato ácido de potasio y que según la Academia1 viene del bajo latín tartarum o del árabe hispano ṭarṭar, derivado del árabe durdī, y este siendo un préstamo del persa dordi (hez).

Como vemos en las entradas de Almagesto, binomio y cuscuta, muchos términos científicos usados en Europa se lo debemos a traducciones al latín de libros árabes, algunos que eran en sí traducciones de libros griegos. Bustamante2 explica que el termino latino tartarum deriva de una mala traducción (griego -> árabe -> latín) de la palabra griega τρύξ (tryx = hez de vino).

Pokorny3 asocia τρύξ a con una raíz indoeuropea *ster-8- (agua sucia).

Fuentes:

  1. Diccionario de la Lengua Española - en línea - 2017.
  2. Latín tardío tartărum 'tártaro' - Joaquín Bustamante Costa - Anales de la Universidad de Cadiz - 1990-91.
  3. Indogermanisches Etymologisches Woerterbuch - Julius Pokorny - en línea - entrada 1897.

En La gaya ciencia Nietzsche propone una acepción interesante sobre el origen de tártaro: "No olvidemos que los nombres de los pueblos son generalmente apodos ofensivos. Los tártaros, por ejemplo, a juzgar por su nombre, son «los perros», tal como fueron bautizados por los chinos."

- Gracias: Oscar Cortazar

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