Etimología de SARCOFÁGIDO

SARCOFÁGIDO

La palabra sarcofágido, literalmente "que devora o se alimenta de carne", se aplica para designar a los insectos dípteros (como las moscas, mosquitos y típulas) que pertenecen a la familia Sarcophagidae, y comprende unas 2500 especies. Se trata de moscas semejantes a los califóridos (véase en este diccionario), de color que varía del gris al negruzco, pero nunca metálico, que presentan como rasgo distintivo unas rayas o franjas longitudinales en el dorso del tórax, y en el abdomen unos cuadros que semejan un tablero de ajedrez. Las hembras suelen ser ovovivíparas, es decir, en lugar de depositar huevecillos, depositan pequeñas larvas en su primera fase de desarrollo. Mientras que los adultos se alimentan de néctar, savia o jugos vegetales, casi todas las larvas se nutren de algún tipo de materia animal: muchas son carroñeras, algunas parasitan otros insectos, y unas cuantas especies parasitan vertebrados (incluyendo al hombre), sobre heridas de la piel o cavidades corporales, produciendo miasis o gusaneras, de donde viene el nombre de la familia (Sarcophagidae en latín, sarcofágido ya en español), pues el personaje que propuso el término taxonómico, lo aplicó a una mosca del género Sarcophaga, con esos hábitos alimenticios.

El vocablo sarcofágido proviene del griego sarkophagos, (formado por sarkos, genitivo de sarx, 'carne', y phagein, 'comer, devorar', literalmente "que come o se alimenta de carne". El término pasó después al latín como el adjetivo sarcophagus, para designar la condición o propiedad de "comer carne en general" de donde se tomó para denominar a estos insectos, con solo agregar el sufijo griego -idae, que da la idea de pertenencia o filiación genética, de tal modo que Sarcophagidae (sarcofágido) puede traducirse literalmente como "los insectos dípteros que pertenecen (-idae) a la familia del género Sarcophaga", que fue el primero en ser así nombrado, porque las larvas de esos insectos se alimentan de la carne de los mamíferos a los que parasita, ya que en realidad, la mayoría de las especies de sarcofágidos no se alimentan de la carne de un vertebrado vivo, sino que son carroñeras, como ya se explicó anteriormente. No obstante, esta forma de alimentarse no es privativa de estos animales, pues existen otros géneros de dípteros, incluso de familia diferente que también exhiben los mismos hábitos, por ejemplo, Dermatobia, Lucila, Oestrus, Cochliomya, etc.

Conviene hacer algunas precisiones sobre la esencia del significado sarkophagos en griego: originalmente este vocablo se refiere a los carnívoros de acuerdo a Aristóteles y otros escritores de la época, lo que significa, por ejemplo, que para ellos, animales como el león, coyote, lobo, lince, etc., eran sarcófagos, pues consumían la carne de sus presas. Tiempo después se aplicó a cierta clase de piedra caliza para elaborar féretros de piedra o sarcófagos; pero debemos remarcar que se aplicaba el nombre a esa caliza, porque se creía que tenía la capacidad de consumir las carnes del cadáver, pero no al féretro construido con ella. El sarcófago de piedra en Grecia es propio del helenismo de Asia Menor a partir de los siglos IV y III a.C., siendo una costumbre no griega tomada de aquella región. A esa piedra (no al receptáculo), la llamaban los romanos lapis (piedra) Assius, porque la encontraban en Assos, una antigua ciudad cerca de la isla de Lesbos, en la Península de Anatolia (ahora parte de Turquía). Por su parte, los romanos no introducen la costumbre de la inhumación (antes era más común la cremación), hasta casi el siglo III d.C., y entonces se inicia la moda del receptáculo (féretro) de piedra. Es el latín el que toma del griego el adjetivo sarcophagus, con el significado de 'poseer la cualidad de comer carne', pero además crea el sustantivo sarcophagum, ahora si para designar al receptáculo de piedra que recibe al cadáver, y no ya a la piedra, pues los sarcófagos romanos se elaboran con todo tipo de rocas. Esta costumbre o tradición del sarcófago, tomada como herencia del bajo Imperio Romano, continúa durante toda la Edad Media y el Renacimiento, pero no para inhumar a la gente pobre, sino para personas distinguidas o adineradas, como eclesiásticos, reyes, caballeros y nobles.

Sarkos, sarx, están vinculados a la antigua e hipotética raíz indoeuropea *twerk- (cortar), también asociada a thwarǝs en avéstico, con igual significado. Mientras que a phagein se le vincula con la raíz indoeuropea *bhag- (compartir, dividir en partes, repartir), que también parece tener vínculos con otras voces: bhajati (el que reparte), en sánskrito; bakhsh- en avéstico y bakhshēdan, en persa, con significados similares.

El nombre del género Sarcophaga fue propuesto en 1826 por el entomólogo alemán especialista en dipterología, Johann Wilhelm Meigen (1764-1845). Y en 1834, otro dipterólogo, pero francés, Justin Pierre Marie Marquart (1776-1855), continuó identificando insectos con las mismas características del género y al fin estableció la familia Sarcophagidae en el sistema taxonómico entomológico.

Fuentes.

  1. Century Dictionary on line. 2001-2014. Global Language Resources.
  2. Elena Pingarrón Seco. Comunicación personal.
  3. Johnson F. Norman et al. 2004. Borror and Delong Introduction to the Study of Insects. USA.
  4. Webster's New World College Dictionary. 2002. Fourth Edition. USA.

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.

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