Etimología de SANTIAGO

SANTIAGO

El apóstol Santiago no se conoce con ese nombre en inglés, en francés, en italiano o en otros idiomas (en inglés James; en francés Jacques; en italiano Iacomo). En el proceso de escuchar-pronunciar fue cambiando de Iacomo a Iaco a Iago a Tiago.

Todavía existe el nombre Tiago (sobre todo en Portugal y en Brasil). Existen las islas de São Tiago cuyo nombre se puso como homenaje al apóstol Tiago. De San Tiago se pasó a Santiago.

Algunos traducen el nombre James como Santiago, como en el caso de James Watt que se traduce a Santiago Watt.

- Gracias: F.J.Urzúa


San Jacob o, como se escribía en castellano antiguo Sant Iaco se une dando lugar a la palabra Santiago. Yago, Diego, Jaime, Jacobo, Jacob, todos son el mismo nombre y se refieren al mismo apóstol: San Jacob. De la misma forma que Juan se transforma por escritura en Ivan, ya que la jota se escribe como una I y la U como una V. En castellano esa V pasa a transformarse en B y así nace el apellido Ibañez (Hijo de Iban).

- Gracias: Enrique de Burgos


Los nombres Yago, Tiago, Diego, Santiago, Jacobo, Jácome y Jaime son variaciones todas del Jacobus latino, una adaptación del griego de la Septuaginta (la antigua traducción de la Biblia al griego hecha por setenta sabios) donde estaba transcrito como Ἰακώβ [iakṓḇ] del hebreo יַעֲקֺב [yaˁ(ă)qō], nombre del patriarca que, según la Biblia, dio origen al antiguo pueblo hebreo, padre de los doce fundadores de las doce tribus que formaron en la Palestina de la Antigüedad las dos entidades políticas que se conocieron con los nombres de Judá (uno de sus hijos) e Israel (su propio sobrenombre). El nombre de Jacob en hebreo, יַעֲקֺב [yaˁ(ă)qōḇ], significa "agarra por el talón [עָקֵב ˁāqeḇ]". Este nombre se dice en el Génesis (25:26) que se le dio porque nació después que su hermano gemelo, Esaú, pero que lo agarraba del talón como no queriendo que se le adelantara, ese sentido de agarrar por el talón al que va delante derivó hacia el significado de "suplantador", el que se pone en el lugar de otro, como hizo Jacob cuando se disfrazó con pieles de cabrito para que su padre creyera que era el velludo Esaú y lo bendijera a él en lugar de su hermano, al que le había comprado la primogenitura por un plato de lentejas y luego le robó la bendición que lo instituiría como jefe de la tribu.

La raíz {ˁqb} es muy antigua y originaria de las lenguas semíticas, en acadio ˁeqbu(m) es el "talón" o la "planta" del pie o de las patas de los animales, también es la "huella", y de la idea de la huella sale la idea del seguimiento, por eso da también en significar "sucesión" y de ahí es de donde viene luego la idea de ponerse en el lugar de otro. En arameo siriaco la palabra de la misma raíz ܥܶܩܒܳܐ [ˁeqbō] significa "talón", "pezuña", "huella" y de ahí "resultado" y el nombre propio del patriarca bíblico se dice ܝܰܥܩܽܘܒ [yaˁqūb], pronunciado igual que en árabe, يعقوب [yaˁqūb], lengua esta donde la raíz sigue usándose y da lugar a palabras como عقب [ˁaq(i)b] "talón", pero también "consecuencia", y otras con sentidos parecidos o derivados y el nombre propio, يعقوب [yaˁqūb], curiosamente, se usa además para denominar al macho de la perdiz: Este uso es antiguo y probablemente venga de que hay muy poco dimorfismo sexual en la perdiz y la manera de distinguir a simple vista una perdiz macho de otra hembra es su comportamiento: si "le va detrás" a las demás perdices es probablemente un macho.

El nombre propio, sacralizado por las tres religiones monoteístas, el יַעֲקֺב [yaˁ(ă)qōḇ] de los judíos, Jacob de los cristianos y يعقوب [yaˁqūb] de los musulmanes, es uno de los nombres propios más usados en todas las lenguas y han salido de él multitud de derivados.

En español lo habitual es mezclar el nombre derivado Yago con el adjetivo Santo para formar Santiago, que es el nombre que se le da al apóstol, aunque hay también la forma con las dos palabras separadas, San Diego, para referirse a otros santos del mismo nombre.

- Gracias: Joaqu1n


Santiago es la capital de Chile, pero el primer Santiago de América es Santiago de los Caballeros que queda en la República Dominicana.

- Gracias: Miguel Cuevas de León


El nombre de Santiago es por primera vez mencionado por escrito en el poema del Mio Cid donde Dice:

Los Moros llaman Mafomat e los christianos Santi Yagú.

Santiago, hijo de Zebedeos, "el mayor", fue confundido con el apóstol Santiago de las escrituras, mencionado como el hermano menor de Cristo. Transformado de pacífico apóstol a feroz guerrero se vuelve un icono en la España del siglo VIII, donde será enterrado en Compostela e idolatrado por esta santa y feroz dualidad.

- Gracias: Luis de Alemania


Según el cronista Pedro Mariño de Lobera, Santiago de Chile fue intitulado (primeramente como Santiago del Nuevo Extremo) por la supuesta aparición del apóstol Santiago en la batalla posterior a la fundación de Santiago. Supuestamente el apóstol salvó a Valdivia y a su hueste durante la batalla, cosa que corroboran otros cronistas de la época, entre ellos, Alonso de Ercilla. Al igual que la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, intitulada así por la aparición de la ''reyna del cielo'' en batalla, (momento histórico del día).

- Gracias: Andres Eduardo Gonzalez Hidalgo


El Santiago Mataincas.

Así es, en la fundación de Santiago murieron muchos mapuches, bajo la vigilia de este santo. Pues no todos los santos fueron tan santos. Tenemos el apellido "Matamoros", pobrecitos de los que profesan la religión musulmana, pero también tuvimos a "Santiago Mataincas". Así vemos en esta pintura del siglo XVII que muestra al santo Yago, o Santiago, matando indefensos indígenas en el Perú. Los conquistadores españoles justificaban esta matanza pues pensaban que tenían la protección de Dios, por medio de este santo.

Santiago Mataincas - Pintura del siglo XVII o XVIII en el museo Blanton de Austin, Texas. Foto tomada por Valentín Anders en Septiempre del 2019

El cuadro de arriba fue hecho unos 200 años después de la conquista del Imperio Inca. Los españoles y los criollos leales a España fomentaban este estilo de arte en el Perú, para que el pueblo se acordara lo que le sucede a los que desafían el dominio español.

El grito que dio Pizarro para iniciar el ataque en Cajamarca en la que capturó a Atahulapa en 1532, fue ¡Santiago!. Durante este ataque los conquistadores usaron falconetes y arcabuces. El ruido de estas armas de fuego, que sonaban como truenos, provocó pánico entre los incas. Esto fue un factor importante en la masacre, pues causó un gigantesco atropellamiento. Mientras los incas se aplastaban contra una pared tratando de escapar, los conquistadores, montados en sus caballos, los acuchillaban por detrás con sus estoques.

Por el grito de guerra (¡Santiago!) y el tronar de la artillería y los arcabuces, los indígenas peruanos asociaron a Santiago con Illapa, el dios del trueno. Cuando los españoles forzaron a los indígenas a convertirse a la religión católica, igual que los negros sincretizaron sus deidades para crear la santería, estos sincretizaron a Santiago con Illapa.

Los mismos españoles también asociaban a Santiago con el trueno. Uno de los apodos del apóstol Santiago el Mayor era Boanerges, del griego Βοανεργές (Boanerges = Hijo del trueno), tomado del arameo בני רגז‎ (ben regesh = hijo del trueno). Ver Marcos 3:17.


El Santiago Matalenin.

Como hubo un Santiago Matamoros y un Santiago Mataincas, la mentalidad española ancestral del patrón Santiago Mataenemigos tuvo una singular manifestación en la Sierra de Aracena, en la provincia de Huelva, en la población de Castaño de Robledo, donde se estuvo venerando durante el franquismo una imagen de Santiago Matalenin.

Se sacaba en procesión en su día y constaba de un belicoso Santiago que le daba su merecido a un Lenin ataviado a la bolchevique, con abrigo de tres cuartos y gorra budiónovka con las orejeras subidas, y su estrella roja al pecho con la hoz y el martillo. Estaba el Lenin tirado boca arriba defendiéndose inútilmente con la mano izquierda mientras en la derecha portaba la tea incendiaria criminosa.

La historia de esta imagen, según me contaron, comienza con el incendio de la iglesia parroquial de Santiago el Mayor en 1936. En aquel tiempo, cuando la Iglesia Católica se sumó a la sublevación de Franco contra la República Española, fueron muchos los incendios de templos que se sucedieron a lo largo del país; un episodio de la llamada en España «quema de iglesias», tradición con la que el populacho solía castigar las veleidades filoconservadoras de los curas, pero que desde la Guerra de Franco para acá ha caído francamente en desuso total.

Al llegar la noticia del incendio de la iglesia de su pueblo, el arzobispo de Santiago de Compostela, don Tomás Muniz Pablos, montó en cólera y, en cuanto ganaron la guerra, ordenó que sustituyeran la imagen de Santiago por una de la nueva advocación creada por él de Santiago Matalenin.

Me lo había contado un nativo del pueblo, que de niño veía la procesión pasar. Allá me fui con Charo, que no creía nada, pensaba que esas cosas eran leyenda urbana. Preguntamos antes en la Oficina de Turismo de Aracena, que se ocupaba entonces de toda la Sierra, y una amable joven nos dijo que no tenía noticia de ningún Santiago que matase a Lenin, y no creía que eso fuera cierto, porque si no, decía, ellos serían los primeros en poner en valor una imagen tan peregrina, que podía ser una excelente atracción turística. No obstante, por si acaso, nos acercamos a Castaño de Robledo y cuando entramos en la iglesia de Santiago nos decepcionó que en el altar mayor lo que había era un Santiago Matamoros. Pero había una notoria disfunción de estilos. Santiago y su caballo blanco eran de hechura tradicional pero el moro no. Era un moro de attrezzo, un Otelo de ópera, más parecido a los disfraces de las fiestas de Moros y Cristianos que a los habituales moros subjacobeos.

Le pregunté al párroco, le dije que si era cierto que allí había habido un Santiago Matalenin y su respuesta evasiva, diciendo que él no tenía nada que ver, que todo eso había pasado antes de que él llegara allí destinado, hizo que Charo abriera mucho los ojos. Era cierto. Nos recomendó que preguntásemos a Doña Carmen, una señora que, al parecer, tenía mucha mano allí, y, como era la víspera de la Purísima, por allí andaba disponiendo la colocación de flores y otros elementos de adorno. Doña Carmen nos dijo que, vamos a ver, Lenin Lenin no se podía decir que fuera, lo que sí que era un comunista, pero es que los comunistas nos quemaron la iglesia y el arzobispo de Compostela, que era natural del pueblo, mandó hacer la imagen esa como castigo. Lo que pasa es que cuando se murió Franco nos dio miedo de que lo fuesen a considerar una provocación y volvieran los comunistas a quemar la iglesia; entonces, por si las moscas, le quitamos el cuerpo de ese que dice usted que era Lenin, pero que no lo era, y le pusimos un moro. ¿Y el Lenin ese adónde fue a parar? Eso lo sabrá Antoñito. Era este un sacristán jovencillo y cojito, que nos acompañó solícito a un desván que habían improvisado en lo que pudo haber sido un coro en un piso alto sobre la puerta de entrada de la iglesia. Allá subimos y entre maromas, alfombras viejas, cubos de pintura semivacíos y otros cachivaches estaba allí en el suelo, desconchado, con su perilla y una de las entonces llamadas «nariz de judío» no fortuita, mirando aterrorizado hacia arriba, donde ya no estaba el caballo del colérico Santiago, ni le venía otro castigo que no fuera el del cielo.

Le hizo una foto Charo, que es esta:

Santiago Matalenin. Foto cortesía de Charo Aranda Agar. Castaño de Robledo.

Pero, más tarde, cuando hemos confirmado por internet que seguía estando, en la foto que se publica le han cortado la mano derecha que sostenía la tea:

Santiago Matalenin. Foto cortesía de estatuasdelenin.blogspot.com. Castaño de Robledo.

Y, por último, con el paso del tiempo parece ser que también le acabaron quitando aquel sustituto moro de utilería, porque tampoco era políticamente correcto, y al final lo han dejado sin nada.

No he encontrado foto de este nuevo Santiago Amagaynodá, que resultaría un Santiago Mataenemigoinvisible, que en estos tiempos que corren bien podría actualizarse en un Santiago Matavirus. Sugerencia que brindo.

- Gracias: Joaqu1n

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