Etimología de BAMBOLEAR

BAMBOLEAR

El verbo bambolear con el valor de oscilar, de donde también el derivado bamboleo, aparece testimoniado en castellano en 1550. La Academia y Corominas dicen simplemente que se trata de una creación expresiva u onomatopéyica, pero no aclaran demasiado cuándo y dónde surgió esa posible expresión y renuncian a hacer una posible historia de la palabra y de qué es lo que está reflejando exactamente esa vieja onomatopeya, que es bastante más antigua que el castellano.

Parece bastante evidente, y más en una fecha renacentista como 1550 de fortísima influencia del italiano y adquisición de muchos vocablos procedentes de esta lengua, que el verbo es casi seguro un derivado del italiano bàmbola (muñeca, marioneta, títere), que tiene su versión masculina como bàmbolo, y que parece designar a lo que los romanos llamaban oscillum (especie de muñecas de trapo que eran ofrendas que se colgaban de árboles para que se bambolearan al viento, en determinadas fiestas religiosas e incluso funerarias), de donde nuestro verbo oscilar.

La palabra bàmbola es un diminutivo de un antiguo bambo o bimbo en italiano, que también da lugar al diminutivo bambino (niño pequeño). Y este vocablo sin duda tiene relación con formas del latín vulgar y literario como la interjección babae (en origen tonterías y naderías habladas) o balbus (tartamudo), voces que nada menos se llevan a una forma tan antigua como una raíz indoeuropea *baba- con sílaba doble o simple, onomatopeya del ruido de la boca al hablar de forma incomprensible. De modo que la onomatopeya de un vocablo como bambo parece hacer referencia al balbuceo incomprensible de un tierno infante.

Hay quien también ha puesto en relación esas voces con los verbos griegos βαμβαίνω y βαμβαλίζω ("bambaíno y bambalizo") que Corominas cita con el significado de "temblar": pero no, la idea de temblar es en ellos secundaria, porque lo que significan en origen es, el primero balbucear, y el segundo, tanto balbucear como castañetear los dientes, y de los que no tenemos testimonio alguno de que pasaran al latín, pero que se basan en la misma onomatopeya indoeuropea del habla confusa.

De lo que sí puede que tengan cierta influencia o cruce nuestras voces es de vocablos latinos como bambalium (cierto tipo de instrumento de percusión cuyo nombre se basa en un bam-bam y por tanto en un repique o temblequeo), o en formas como bambalio, bambalionis, que debió existir en la lengua común como vocablo corriente, puesto que se constata como apodo (era el apodo del abuelo del famoso Marco Antonio, lugarteniente de Julio César y luego triunviro, amante de Cleopatra y competidor de Octavio Augusto por el poder). Y es posible que esta última voz sí tenga que ver con alguna forma popular prestada del griego βαμβαλίζω.

Del cruce del verbo bambolear con temblar parece nacer el verbo tambalear.

Quizás algunos tengan la suficiente edad como para recordar de su niñez una famosa canción italiana de Patty Bravo, de fines de los años 60, en que una mujer se queja de que su amante pretende someterla a sus caprichosos vaivenes, como si ella fuera un simple títere: la canción se llamaba "La bàmbola" y aquí pueden escucharla.

- Gracias: Helena

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