Etimología de GRUESO

GRUESO

El adjetivo grueso viene del latín grossus-a-um (primero grande, luego grueso o gordo), con la característica diptongación en ue de la o breve tónica. De ahí también grosor y grosero. Suele aceptarse que en grossus, como en crassus (gordo, grueso), la doble ese es el resultado de una geminación expresiva de carácter popular, fenómeno frecuente en latín.

Existe cierta polémica sobre su origen pues en latín existe un sustantivo grossus-i, atestiguado antes que el adjetivo (en concreto aparece por primera vez en la obra agronómica de Catón, hacia finales del s. III a.C. o inicios del s. II a.C.), que significa higo inmaduro, higo que no madura por ser demasiado precoz o demasiado tardío. La forma adjetiva grossus-a-um aparece por primera vez en Columela (s. I d.C.) y para ciertos autores en Columela significaría inmaduro y solo significaría grande y grueso tardíamente en autores tardíos del s. IV d. C. como Tertuliano y otros. Pero esto no parece cierto, pues de las dos ocasiones en que aparece el adjetivo en Columela, al menos en una de ellas, referida a los granos de las uvas, es forzoso entenderlo como grande y grueso, pudiendo significar quizá inmaduro en la otra cita, referido a las manzanas, pero no en la primera, en que entender el adjetivo como inmaduro generaría una contradicción. He aquí las citas:

Grossa variaque sunt acina (Res rustica, XII, 44, 7-8): los granos de uva están gordos y coloreados (con su color de maduración).

Sed cavendum est, ne, quae in melle custodire volueris, inmatura mala condantur, quoniam grossa si lecta sunt, ita indurescunt ut usui non sint (Res rustica, XII, 47,8): Pero hay que tener cuidado de no condimentar inmaduras las manzanas que quieras conservar en miel, puesto que si se han recolectado inmaduras se endurecen de tal modo que no sirven para el consumo.

Para la mayoría de los etimologistas latinos, el sustantivo grossus (higo inmaduro) y el adjetivo grossus en el sentido de grande o grueso, son dos palabras diferentes y de diferente origen aunque homófonas, y las tratan en entradas separadas. Sólo el diccionario etimológico de De Vaan (edición de 2008), las da en una entrada única. Lo curioso es que el sustantivo grossus (higo inmaduro), con una morfología propia de un masculino, es usado por algunos autores como Plinio, con género femenino, como les sucede a ciertos nombres de árboles que suelen ser préstamos preindoeuropeos antiguos, y no sería descabellado pensar en un posible préstamo muy antiguo que no tuviera nada que ver con el grossus adjetivo y que fuera un término que se refiriera a ciertas higueras silvestres bordes, cuyos higos no maduran. El latín con el tiempo creará también la variante grossum para el higo, puesto que los frutos regularmente suelen ser neutros.

Un artículo de Brent Vine (Los Ángeles, California), trata el tema de grossus. Se esfuerza en demostrar que grossus tendría la misma raíz originaria que crassus (gordo, grueso), que no sería otra más que la raíz del verbo latino crescĕre (crecer), para lo cual recurre a larga y compleja explicación fonética, factible pero compleja de cada formación específica. Pero asimismo defiende la identidad de origen del grossus (higo) y el grossus (grande, gordo). Para él el origen de ambas formas sería un adjetivo arcaico no atestiguado que significaría "en crecimiento, que crece", y que por un lado se especializaría en indicar lo que aún está en crecimiento y por tanto inmaduro, que justificaría el adjetivo de Columela y el nombre del higo inmaduro como un derivado sustantivo del adjetivo, y por otro lado, de la idea "que crece", pasaría a la idea de grande y gordo. Aparte de la identidad radical o no de crassus y grossus, una pega a esta argumentación es que el derivado sustantivo grossus de un adjetivo regular difícilmente hubiera sido empleado como femenino.

Para Ernout y Meillet y otros autores, el adjetivo crassus no tiene paralelos muy claros y su raíz es poco identificable en el mundo indoeuropeo, y no es en principio la misma que la de grossus. Pokorny vincula crassus con *kert- (girar, doblar) y grossus (grande, grueso) con *gʷretso- (grueso, grande) que daría también groβ en alemán. Por otro lado la raíz de crescĕre a la que alude Brent Vine, sería la raíz indoeuropea que Pokorny da como *k̂er-2 y Robert-Pastor como *ker-3 (crecer), si bien Vine la plantea como dotada de una laringal final.

- Gracias: Helena

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