Etimología de JORGE

JORGE

'Jorge', nombre propio presente en muchas lenguas, tiene un origen griego: el 'geôrgos', que la complicada ortografía francesa transcribe 'Georges', es el labrador, es decir el que trabaja ('ergon' єργου) la tierra ('geo' γή). La raíz ('ergon') nos ha dado una gran cantidad de voces con sus diferentes variantes: ergonomía - cirugía - liturgia - energía - órgano - orgia…

- Gracias: Philippe Vicente


Muchas palabras están compuestas a partir de γαῖα, γῆ (gea, ge = tierra), por ejemplo: geografía. apogeo, geocéntrico, etc. Se asocia a una raíz indoeuropea *ge- (tierra).

La palabra ἔργον (ergon = acción, trabajo) se relaciona con una raíz *werg- (trabajo), presente en las palabras órgano, orgía y argón.


El nombre Jorge responde a multitud de santos posibles y está extendidísimo a partir de su vocablo griego de origen (George, Georges, Giorgio, etc.). Hay multitud de santos llamados Jorge. Pero el primero de ellos es un tal Jorge de Capadocia o de Bitinia, cierto mártir soldado del s. III cuya leyenda, muy simple, surgió en el s. IV y del que sabemos que recibía culto en Lydda, ya en esa época, en el imperio oriental. Se cree que es pura leyenda y se duda de su existencia, y después hay otros (obispos, cristianos griegos, etc.).

Pero asociada a ese S. Jorge de Capadocia surge una leyenda popular extendidísima desde la Alta Edad Media, que nos muestra a S. Jorge como un caballero justiciero y santo, que vive en distintos reinos exóticos, en que el episodio más notorio es su lucha contra un terrible dragón que habitaba junto a las aguas de una fuente, para aplacar al cual había que ofrecer a un ser humano para que lo devorara. Realizado un sorteo, le tocó ser ofrecida al dragón a la bella princesa, hija del rey de aquel reino, que fue encadenada a la espera de ser devorada. Pero apareció S. Jorge montado en su blanco y veloz caballo y luchó contra el terrible dragón, salvando a la princesa. La leyenda oral, como otras, la recoge el dominico Jacobo da Varazze en el s. XIII en su obra "Leyenda Aúrea" (ver Cristóbal).

Estatua de San Jorge en Nueva York, EEUU

En realidad los estudios demuestran que se trata de un importante mito griego cristianizado. Es el mito del héroe Perseo. El rey de Argos, Acrisio, tenía una bella hija adolescente, pero ningún hijo varón. Consultó a un oráculo acerca de cómo obtener descendencia masculina, pero el oráculo le respondió que el no tendría hijos, y que su hija Dánae daría a luz un niño que acabaría con la vida del propio Acrisio. Éste decidió pues encerrar a su hija con su nodriza en una cámara subterránea, para que nunca pudiera concebir. Pero Zeus, enamorado de la bella joven, se transformó en lluvia de oro, atravesó la cámara y fecundó a la joven Dánae, que dio a luz a un niño ayudada por su nodriza. El servidor que les llevaba los alimentos oyó el llanto del niño y alertó a Acrisio, que decidió acabar con ellos, pero no atreviéndose a matar directamente a su hija y nieto, encerró a la madre y al niño en un arca de madera que lanzó al mar. Ésta fue a la deriva y llegó a la isla de Sérifos, donde un pescador llamado Dictis halló el arca y los salvó, dándoles refugio y sustento. El tirano de la isla, llamado Polidectes, prendado de Dánae, quería hacerla su concubina. El niño, Perseo, que ya tenía 16 años fue invitado a un banquete por Polidectes, quien le obligó a hacerle un regalo. Como Perseo no tenía recursos, Polidectes le hizo prometer que le traería la cabeza de Medusa, una terrible Gorgona, o de lo contrario se apoderaría de su madre Dánae. Perseo aceptó el encargo para salvar a su madre, y no sabiendo qué hacer se encomendó a los dioses. Y Hermes y Atenea decidieron ayudarle.

Las Gorgonas eran tres hermanas con alas y garras, cabezas de mujer y cabellos de serpientes, con el terrible poder de petrificar con su mirada a todo el que osara acercarse a ellas, y vivían en los confines de Occidente. De las tres hermanas, sólo Medusa era mortal. Tras muchas peripecias para hallar el camino, Perseo pudo matar a Medusa, acercándose a ella de espaldas y usando el bruñido escudo de la diosa Atenea como espejo retrovisor para poder verla, le cortó la cabeza, la metió en un saco mágico prestado por las ninfas, y huyó volando gracias a las sandalias aladas del dios Hermes, pues se las había prestado. Del cuello cercenado de Medusa salió un fantástico caballo alado llamado Pegaso, hijo de Medusa que ella no había podido parir al ser convertida en monstruo.

En su vuelo de regreso a Sérifos, equivocó su rumbo y llegó a Etiopía, donde algo terrible estaba sucediendo. La reina Casiopea, demasiado vanidosa, se había reído de las nereidas del mar, afirmando que su belleza era mayor. Poseidón, el dios del mar, envió un terrible dragón marino que aparecía por las aguas y siempre devoraba a algún habitante. Los sacerdotes del lugar convencieron al rey Cefeo de que la única posibilidad de acabar con la ira de ese dragón era ofrecerle como tributo y cebo a su propia hija, la bella princesa Andrómeda. Y así fue encadenada a un acantilado o una roca de la costa. Así la vio Perseo al llegar, y, dirigiéndose a Cefeo, le hizo prometer que le daría en matrimonio a su hija, si lograba destruir al dragón luchando con él. Así se enfrentó al dragón con sus sandalias aladas y sus armas, y acabó con él finalmente, con ayuda también de la cabeza de Medusa que llevaba, con la que finalmente logró petrificar al dragón y deshacerlo en mil pedazos. Casado con Andrómeda volvió con ella a Sérifos, se presentó ante Polidectes que ya había apresado a su madre y lo petrificó mostrándole de frente la cabeza de Medusa.

Este héroe se consideraba un luchador de defensa de mujeres y débiles, y en sus representaciones se contaminó con otra leyenda. Un héroe llamado Belerofonte domó al caballo alado Pegaso, con el que mató al monstruo llamado Quimera. Como Pegaso estaba vinculado a la historia de Perseo y Medusa, pronto llegaron a confundirse en parte estos héroes, de manera que en representaciones plásticas y relatos del mundo clásico más tardío, se representa a Perseo luchando con el dragón, no con las sandalias aladas, sino montado sobre el caballo Pegaso.

Conservamos a Perseo, Cefeo, Casiopea y Andrómeda, en nombres de constelaciones o nebulosas.

San Jorge, el Perseo cristianizado, fue desde la Alta Edad Media el patrón de la caballería, en especial de caballeros andantes, cruzados, y otros caballeros que juraban la defensa de los débiles. Para ser armados caballeros debían jurar en nombre de San Jorge y el arcángel Miguel. También es el origen de tantos cuentos, en que magníficos y valientes príncipes rescatan a princesas prisioneras de dragones.

Como en el caso de San Cristóbal, el papado declaró en 1969 la irrealidad de esta leyenda, aunque conservó el muy extendido culto a este santo imaginario.

- Gracias: Helena


Información complementaria del autor de este sitio

A mi me encanta explicar la vida usando mi modelo de cambio de paradigma. Así que pienso que esta historia de la matanza del dragón es sólo un reflexión de la evolución. Representa una nueva tecnología que da un cambio de balance de poder. En el caso de Jorge fue el caballo y la lanza con la que atravesó al dragón. En el caso de Perseo fue su espada y escudo que usó como espejo. En 1916, durante la primera guerra mundial, tenemos al piloto de 21 años, William Leefe Robinson, usando balas incendiarias para destruir los gigantescos zeppelines germánicos. Incluso en el antiguo testamento podemos leer la historia de como David usó su honda para darle un piedrazo al gigante Goliat.

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