La palabra carpelo es un neologismo botánico del s. XIX acuñado en francés con la forma carpelle (propiamente "frutillo"), documentado desde 1817 y que al menos hasta 1842 designó a cada uno de los frutos que provienen de un mismo pistilo, para después referirse sobre todo a la hoja u hojas modificadas que forman un pistilo en las flores de las plantas angiospermas.
El vocablo se tomó del griego καρπός ("karpós", fruto, también muñeca) y se le aplicó el sufijo diminutivo del latín -ellum (en francés -elle). Del griego καρπός hemos formado también vocablos como endocarpio, mesocarpio, pericarpio, epicarpio, carpo, metacarpo y metacarpiano. Se asocia con una raíz indoeuropea *kerp- (recoger, cortar), que también hallamos en el verbo latino carpĕre (coger, arrancar, cosechar un fruto, usufructuar), de donde palabras como carpeta y escaso, y que integra la conocida expresión latina acuñada por el poeta Horacio carpe diem (cosecha el instante, agarra el día o el instante de tu existencia, disfrútalo).
- Gracias: Helena
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