Etimología de CLAVO

CLAVO

La palabra clavo es un cultismo y viene del latín clavus (clavo, también barra o timón, y asimismo franja de púrpura que orla o cierra una toga o una túnica). El vocablo procede de una raíz indoeuropea *kleu- (gancho, clavija), que también nos dio en latín:

Por cierto que en latín se dice un "laticlavus" (un "franja ancha") a los senadores o altos cargos cuya franja de púrpura en la vestimenta era especialmente ancha, y en el argot romano "laticlavus" equivalía a decir "un pez gordo".

- Gracias: Helena


Hay otro clavo de distinto origen pero que ha confluido en la misma forma por etimología popular. Es el clavo de especia que el DRAE define como "Capullo seco de la flor del clavero". Pero añade una explicación que entra de lleno en la justificación de la etimología: "Tiene la forma de un clavo pequeño, con una cabeza redonda formada por los pétalos y rodeada de cuatro puntas, que son las divisiones del cáliz, de color pardo oscuro, de olor muy aromático y agradable, y sabor acre y picante. Es medicinal y se usa como especia en diferentes condimentos". Como puede verse el DRAE ha dado por buena la etimología del latín clavus y lo incluye como una acepción más, la nº 4, dentro del artículo clavo.

Su origen hay que buscarlo en el bajo griego καρυόφυλλον [karyóphyllon] que era el nombre con el que se conocía una especia oriental. Hay quien ha pretendido que debía haber denominado en principio una especia distinta del clavo, quizás las hojas de Cinnamomum citriodorum Thwaites "folio de malabatro", "folio índico", "canela de Malabar", por entender una supuesta etimología de "hojas (phylla) de nogal (karyon)" que pronto se habría desplazado para significar los botones florales de otra especia aromática importada de la India, Syzygium aromaticum (L.) Merr. & Perry [= Caryophyllus aromaticus L. = Eugenia caryophyllata Thunb.] "árbol del clavo", "clavero", puesto que dichos capullos florales, como las hojas de la especie anterior, llegaban al Mediterráneo unos y otros secos y arrollados por lo que no les parecía extraño que se confundieran hojas y flores.

Sin embargo, Chantraine, 501, s.v. κάρυον, acepta para el pretendido compuesto καρυό-φυλλον la propuesta que hizo en 1920 A. Maidhof de que se trata en realidad de la adaptación al griego de un término exótico que remonta al sánscrito kaṭuka-phalam

[A. Maidhof: "Rückwanderer aus den islamitischen Sprachen im Neugriechischen (Smyrna und Umgebung)", en Glotta. Zeitschrift für griechische und lateinische Sprache 10(1920)11: "...Volksetymologie aus kauka-phalam = 'beißende Frucht' entstanden ist" (=...parece ser una etimología popular por kauka-phalam = 'fruto picante')].

Según Maidhof, pues, καρυόφυλλον [karyóphyllon] habría significado siempre "clavo", Syzygium aromaticum (L.) Merr. & Perry, sin que haya que atender la pretendida etimología de "hojas de nogal".

El caso es que en latín se transcribió caryophyllum y tuvo multitud de variaciones léxicas en los textos de los médicos tardorromanos, como cariofilum, gariofilum, cariofolium, cariophalum... incluso una traducción nucifolia evidente calco semántico de καρυόφυλλον [karyóphyllon] que aparece en glosarios bajolatinos (André, 172).

Esta palabra, probablemente a partir de la variante gariofilum o alguna otra similar, es la que se convirtió en garofano en italiano y girofle en francés, pero para explicarse cómo llegó al español clavo y cravo en portugués es necesario acudir a la forma catalana. En catalán y occitano medieval la secuencia de consonantes c-r-ph-ll pasó a c-l-v-l originando el cat. clavell y fue justamente en catalán donde se dio la confusión que provocó la identificación errónea de la etimología popular con clavo (de clavar), pues hay una acepción antigua de clavell "clau de clavar" (esp. clavo de clavar), junto a las de "botó floral de la planta mirtàcia Caryophyllus aromaticus" (esp. clavo de especia) y a la más moderna de "flor i planta de diferents espècies del gènere Dianthus, de la família de les cariofil·làcies" (esp. clavel). Corominas llegó a sospecharlo y, aunque lo filia como un derivado del clavo "clavable" (II 98-99), se cura en salud con una nota que dice

"no debe descartarse la posibilidad de que el cat. y oc. clavel(l) "clavo de especias" venga del greco-lat. caryophýllum → *carvel(l) y que el influjo de clavus sólo interviniera por etimología popular; entonces el cast. clavo, el alem. näglein, etc. serían calcos de la voz cat.-oc."

La homonimia del catalán clavell como nombre de la especia, que estaba derivado del lat. caryophyllum, y coincidía con el nombre de la puntilla de hierro, derivado del lat. clavus, provocó que en español y portugués clavo y cravo se acomodaran también al significado de la especia. Más adelante, al identificar el aroma de las flores del género Dianthus con el aroma de clavo, fue como se les llamó en catalán clavell, en español clavel y en portugués cravo, y a la familia botánica se le dio en el s. XVIII el nombre de Caryophyllaceae, en español cariofiláceas. Y la idea de que el clavo de especia se parece al clavo puntilla provocó que se afianzara la etimología popular en las lenguas hispanas y se extendiera la denominación por Europa, incluso donde ya había un descendiente de caryophyllum, diciéndose en catalán clau d'espècia, en inglés clove, en italiano (chiodo di) garofano y en francés (clou de) girofle.

- Gracias: Joaqu1n

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