El adjetivo claro viene del latín clarus-a-um (brillante, luminoso, claro, ilustre, famoso, célebre, todo lo que llama la atención, y es evidente e inteligible). De ahí también los vocablos clarificar, esclarecer, declarar y preclaro. Tal adjetivo se asocia a una raíz indoeuropea *kel-4 (gritar) que también da en latín:
El verbo clamare (gritar, exclamar, dar voces), del que derivan clamar, clamor, llamar, declamar, exclamar, reclamo y proclamar.
El vocablo concilium (concilio, reunión, llamamiento conjunto), que muestra prefijo con- y la raíz con apofonía -cil-, que nos da concilio, concejo, conciliábulo, conciliar y reconciliar.
La palabra Kalendae, nombre romano del primer día de cada mes en que se proclamaba públicamente por parte de los pontífices la serie de días fastos o significativos de ese mes. De ahí nuestro vocablo calendario.
El arcaico verbo calare (convocar, llamar) que además de la palabra kalendae, da lugar en latín a otros vocablos que conservamos, como intercalar, nomenclátor y nomenclatura.
La palabra latina classis (clase, división del pueblo, flota), que en origen se refiere a los que han sufrido un llamamiento o convocatoria conjunta. De ella vienen clase, clasificar y desclasado.
- Gracias: Helena
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