Algunos dicen1 que la palabra "criollo" deriva de "crío", que es como llamaban los españoles a sus hijos nacidos en las indias. Claro que otras fuentes 2, 3 dicen que viene del portugués "crioulo", como le decían a los esclavos nacidos en América, distinguiéndolos de los traídos directamente del África.
Corominas y la mayoría de los filólogos coinciden que es una derivación del verbo "criar". Es la misma raíz que la palabra "criado" que era usada para llamar a los sirvientes y esclavos. "Criar" viene del Latín "creare", que quiere decir "engendrar". Es la misma raíz indoeuropea (*ker-) de otras palabras tales como crear, cereal, y crecer.
La palabra criollo es usada para referirse a los hijos de padres europeos o africanos nacidos en América. Es usada para resaltar las cualidades autóctonas y la devoción a un país americano. No es usada para referirse a las personas de raza mezclada. A los hijos de españoles con aborígenes los llamaban "mestizos", del latín mixticius (mezclado). A los hijos de españoles con negros los llamaban "mulatos" de "mulo".
En lingüística, la palabra criollo también es usada para referirse a "lengua mixta, creada sobre la base de una lengua determinada y con la aportación de numerosos elementos de otra u otras, que surge con frecuencia en antiguos territorios coloniales y que, a diferencia de los pidgins, se transmite de padres a hijos, convirtiéndose así en lengua de una comunidad", (DLE). Gimeno lo hace sinónimo de amalgama.
Fuentes:
El vocablo criollo también tiene una acepción lingüística, de manera que algunos hablan (impropiamente) de lenguas criollas. No hay lenguas criollas, sino dialectos criollos de determinadas lenguas (como el español, el inglés, el francés o el portugués), especialmente frecuentes en América y otros lugares. No afectan a la lengua (al sistema lingüístico) sino al habla. Las variantes de habla llamadas criollas nacieron porque una comunidad de personas, bien trasplantadas por esclavitud, bien de diferentes orígenes territoriales autóctonos y de diversas lenguas autóctonas, se ven obligadas a convivir y comunicarse. Entonces nacen las hablas criollas en un proceso algo discutido:
Son hablas criollas, por ejemplo, el criollo nicaragüense o el beliceño (dialecto del inglés), el criollo de la Guayana francesa (dialecto del francés), el criollo forro de Santo Tomé (dialecto del portugués) o el criollo chabacano de Filipinas (considerado dialecto del español). En realidad las clasificaciones no son exactas ni muy científicas, pues algunos atienden masivamente al léxico para clasificar la lengua, otros a la estructura gramatical. Algunas de las hablas criollas tienen la estructura y sistema de la lengua propios del inglés, francés, portugués o español, y por tanto son un dialecto de estas lenguas. Otras en cambio tienen la estructura de lenguas nativas africanas, americanas o asiáticas, y como tales han de ser consideradas dialectos de alguna de estas lenguas, teniendo en cambio el léxico propio del francés, el inglés, el español, etc.
Generalmente las estructuras lingüísticas sólo excepcionalmente muestran algún caso de fusión de formas o de innovación, en casos muy aislados y concretos, generalmente no se mezclan las estructuras generales.
- Gracias: Helena
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