La palabra colmillo viene del latín medieval, columella, diminutivo formado de la voz latina columna, más el sufijo de disminución -ellus, -illo*, ya castellanizado, por la forma de este tipo de diente, notablemente alargado. Esta voz latina se vincula a una antigua raíz indoeuropea, *kel-6, que se traduce como 'prominente o culminante', de la que también proceden algunas palabras latinas: collis, 'colina', elevación de terreno de menor altura que un monte o montaña; culmis y culminis, que originaron 'culminar, cima y cumbre'; excellere, 'destacar o sobresalir' de donde derivan excelencia, excelso y excelente; columna, de donde 'columnata, columna y colmillo', al que en este caso nos estamos refiriendo. De *kel-6, también procede la palabra griega colophón, 'término o punto final de algún proceso', que nos dio en español colofón, que es como el remate o final de cualquier obra escrita, donde se describen los detalles y condiciones bajo las que fue impresa; o, en términos generales, lo que marca el fin de algo, como de una fiesta, reunión o asamblea.
Los colmillos son los dientes o piezas dentales cónicas y puntiagudas de los mamíferos, situados entre el incisivo lateral y el primer premolar; típicamente son cuatro (dos superiores y el par inferior), adaptados para desgarrar las presas. Por extensión, también se les llama colmillos a los dientes afilados de algunos reptiles y peces. Así mismo, reciben este nombre los incisivos superiores de los elefantes que sobresalen en forma de cuerno.
Colmilludo se refiere a una persona astuta y sagaz, a la que no es fácil engañar. Aunque nunca he leído el origen de este término, tengo una hipótesis muy personal:
De todos es sabido que cuando una persona envejece, las encías se van reduciendo, lo que da la apariencia que los dientes -y los colmillos- se hacen más largos, es decir, la persona se hace "colmilluda"; y efectivamente, con el paso de los años cada vez resulta más difícil engatusar a un viejo, por la vasta experiencia acumulada en 'la universidad de la vida', como decía un viejo amigo mío.
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.
- Gracias: Helena
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