Antes de centrarnos en la problemática que plantea su etimología, es necesario que nos paremos, siquiera brevemente, a explicar el significado de la palabra capullana. Las capullanas fueron, en la hermosa región del actual departamento de Piura1, en el noroeste de Perú (donde florecieron pueblos preincaicos tales como los tallanes, vicús o ayahuacas), las jefas tribales, dotadas de un gran poder y que gozaron de un enorme respeto entre la población, para quien su palabra era la ley. Cabe mencionar que las capullanas aparecen, amén de en los documentos de la época de los conquistadores, en recientes novelas y publicaciones, como es el caso de: Mi primera vez, de Santiago Roncagliolo (Madrid, Debate, 2012); El espía del inca, de Rafael Dumett (Madrid, Alfaguara, 2021); así como en cada vez más documentales y testimonios dedicados a explicar el rol tan importante que desarrollaron estas mujeres en la susodicha zona peruana de Piura.
En los textos de los cronistas y de los religiosos españoles del siglo XVI que se adentraron por dicho lugar se da a entender que las capullanas fueron, además, grandes conocedoras del uso de las plantas y de las raíces, con las que hacían potentes medicinas y filtros; y, tal vez con la intención de manchar su imagen, se dijo que uno de estos bebedizo hizo perder la razón a uno de los hombres de Francisco Pizarro, Pedro de Halcón, que se enamoró perdidamente de una de estas capullanas y al que tuvieron que llevárselo entre varios compañeros, y a la fuerza, de vuelta a su nave2.
En de rigor referir que la particularidad etimológica que plantea esta palabra es el gran número de propuestas para su etimología que se le han otorgado. Por ejemplo, y entre otras más que veremos a continuación, sin realizar un análisis exhaustivo, el intelectual peruano Juan Rómulo Cúneo Vidal (1856-1931) hace derivar el término capullana de la unión de los vocablos quechuas: apu: "juez", "gobernador", "dirigente"; e: illana, "hija del trueno", porque se creía que habían sido engendradas por el mismo dios Illapa3. Pero aún hay versiones más dudosas y curiosas. Existiendo un accidente geográfico llamado Punta de las Capullanas, en Talara, siempre en la región de Piura, parece que quien se ocupó de la literatura geográfica obvió por completo la histórica, puesto que en un peculiar libro se afirma en referencia a este lugar que: "La existencia de las Capullanas se explica por su etimología, que deviene del término caca = roca, peña y del zarzo pullulluna4 = burbujear, cuyo significado implica las fumarolas eruptivas antiquísimas del Pucará5"; si bien, interesante, lo dicho no guarda relación alguna con las mujeres que gobernaban en la citada parte de Perú.
Hay quien dice, como es el caso de Jacobo Cruz Villegas, que capullana tendría que ver con el nombre de la bonita ciudad de Sullana, también en el distrito de Piura, por lo que capullana/s sería algo así como vecina/s o perteneciente/s a esta ciudad, capital de la provincia homónima. En el libro de Cruz Villega se llega a afirmar que capullana no sería un adjetivo, sino un nombre propio, que habría sido el de una tal señora doña Isabel Capullana, que fue quien gobernaba como cacica en aquella región6. En un documento colonial se hace referencia que en 1578, en la época en la que el virrey era Francisco de Toledo, se recoge que dicha cacica se negó a aceptar el nombramiento del padre Melchor Morales como párroco de Catacaos, por lo que el religioso hubo de quejarse a sus superiores, ya que los habitantes seguían los dictados de la capullana y no los de las autoridades españolas.
Volviendo a lo que nos ocupa, el Capullana como apellido, nos parece que fue invento de los españoles, y resulta al menos seductor pensar que fuese el nombre dado por los castellanos a una indígena que tenía como oficio el de capullana, y que pasó más tarde a ser apellido, como Herrero, Sacristán, Vaquero... acuñados todos a partir del oficio desarrollado por quienes lo portaban.
En cuanto a la versión que asegura que capullana derivaría del término español "capuz", por el largo vestido que llevaban estas mujeres -una versión con un sabor muy hispanocentrista, si se me permite la expresión, y que, como en otros ejemplos, parece indicar que no hubiese nada allá donde antes no hubiesen pisado los españoles-, ha sido puesta en duda, entre otros, por Miguel Godos Curay7 profesor en la Universidad Nacional del Piura y etnólogo. Además, no olvidemos que en algunos testimonios de principios del siglo XVII se las describe con un bellísimo pelo largo que dejaban crecer y caer sobre sus espaldas, lo cual no permitiría el uso del capuz:
"[Las capullanas8] Usaban hermosos vestidos con faldas largas y elegantes, que arrastraban, ostentosamente, por la arena:
«Traían los cabellos sueltos por las espaldas sin trenzarlos y pónense por afeites un poco de bermellón o de almagre pintándose las caras de mil maneras. (Santa Clara)»"9.
Y varios expertos, tales como la profesora María del Carmen Martín Rubio, perteneciente a la Asociación Española de Americanistas, han afirmado que: "[...] en lugares de la costa norte del actual Perú gobernaban estas mujeres llamadas en la lengua tallán10 capullanas [...]11", por lo que parece probado que antes de que llegasen los españoles a esta parte del continente americano a las cacicas de allí ya se las nombraba así, sin necesidad de recurrir al idioma español.
Sin embargo, poniendo en cierta cuarentena la procedencia del vocablo tal y como lo expone la profesora Martín Rubio, ante la falta de datos concluyentes sobre la muy poco conocida lengua tallán, y porque está bien documentada su interacción con el quechua12, la teoría que parece más plausible es que todo parece indicar que el término capullana procede del quechua13, en concreto del verbo kapuy/tiyapuy ("tener todo", "poseer la totalidad de algo"14), lo que es coherente con la autoridad y el estamento privilegiado que ocupaban estas mujeres15 (que me parece justo traducir o asimilar a la palabra "señora"16, tal y como queda definida en el Diccionario de la Real Academia Española en su primera acepción), a lo que se sumó luego la forma del sufijo castellano (-ana/-anas), con la que quedaría modificada y en un aspecto híbrido, entre quechua (sin negar un posible sustrato anterior) y español, como quedaría la sociedad del Perú toda, y no sólo, sino toda Latinoamérica, con la llegada de los españoles y hasta nuestros días.
Mapa de las lenguas del área andina que entraron en contacto con el quechua. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Lenguas_quechuas#/media/Archivo:Andean_Languages.png (última consulta: 28/11/2021).
<> Bibliografía.Notas.
1 Piwra suyu, en lengua quechua.
2 Es el extremeño Pedro Cieza de León, en su Crónica del Perú, el que nos proporciona tal información.
3 Palabra que en el quechua cuzqueño significa, precisamente "rayo", aunque también "relámpago".
4 En la variante norteña del quechua o kichwa ecuatoriano.
5 Teoría de: GRANDA ROMERO, Martha & GONZÁLEZ ARCINIEGA,Vicente Napoleón, Sur occidente de Loja, Loja, Editorial Amazonas, 1995, p. 53.
6 En: CRUZ VILLEGAS, Jacobo, Catac Ccaos:origen y evolución histórica de Catacaos, Piura, Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, 1982, p. 40.
7 Léase para esto: https://www.elregionalpiura.com.pe/index.php/columnistas/175-miguel-godos-curay/12090-la-mujer-en-la-historia-peruana (última consulta: 27/11/2021).
8 La cursiva es mía.
9 En: PUIG-TARRATS, Esteban, Breve diccionario folclórico piurano. Piura, UDEP, 2007, p. 28.
10 Las distintas lenguas del grupo tallán-sechura (también denominadas tallanas, tallancas o catacoanas), hacen referencia a un grupo de lenguas desgraciadamente muy poco documentadas, localizables en la Sierra Norte de Perú, del que nos quedan muy poco testimonios.
11 En: MARTÍN RUBIO, María del Carmen, Francisco Pizarro: el hombre desconocido, Oviedo, Ediciones Nobel, 2014, p. 146.
12 Léase para esto el interesante trabajo de: RIVAROLA RUBIO, José Luis, "Aproximación histórica a los contactos de lenguas en el Perú", Lenguas en contacto en Hispanoamérica: nuevos enfoques (Klaus Zimmermann ed.), Madrid y Fráncfort, Vervuert Iberoamericana, 1995, pp.135-159. (Véase también el mapa que se adjunta a este trabajo).
13 CONTRERAS OYARZUN, Constantino, Visión de América en el léxico de la "Apologética" del Padre Las Casas (tesis doctoral defendida en la Universidad Complutense de Madrid), 2015.
14 PUIG-TARRATS, Esteban, Breve diccionario folclórico piurano. Piura: UDEP, 2007, p. 28.
15 Véase para esto: ROSTWOROWSKI, María, La mujer en el Perú prehispánico, Lima, IEP (Documento de trabajo nº 72. Serie de etnohistoria, nº 2), 1995.
16 Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: "1. adj. Que es dueño de algo; que tiene dominio y propiedad en ello"; en: https://www.rae.es/drae2001/se%C3%B1or (última consulta: 26/11/2021).
- Gracias: Fernando Cid Lucas.
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