Etimología de PULGA

PULGA

La palabra pulga viene del latín vulgar, 'pulica', y este del latín 'pulex', 'pulicis' ('pulga'), atestiguado en varios escritores romanos, entre otros, Plinio, Plauto y Celso. Así mismo, este término latino, parece estar relacionado con la raíz indoeuropea *blou- / bhlou- / plou, que propone Pokorny (página 102). Sin embargo, Chantraine menciona la raíz *b(h)lus- y agrega que estos nombres populares presentan raíces muy modificadas. Existen otros términos vinculados a esta raíz, por ejemplo: blusá en lituano; bluşi en sánscrito, flea en inglés, así como ψύλλα = psylla en griego, también con el significado de 'pulga'.

Las pulgas son insectos holometábolos, es decir, con metamorfosis completa, que pertenecen al orden de los sifonápteros (del griego, siphon, tubo o sifón y a-pterón, 'sin alas', literalmente "un sifón o tubo sin alas"). Esta denominación se debe a que todas las pulgas son insectos que en su estado adulto carecen de alas y son ectoparásitos, porque para alimentarse, pican y succionan la sangre de aves y mamíferos; mientras que las larvas viven alejadas del huésped y se alimentan de restos orgánicos incluyendo las heces de las pulgas adultas.

Merece especial mención la especie Tunga penetrans (Tunga, es un término latino que proviene del portugués "Tupi", nombre de un grupo humano Tupi-Guaraní, que vive en los valles de Tapajos, Araguaia y Xingu, en la región del Amazonas) y la palabra penetrans en latín, hace referencia al hábito de esta pulga de penetrar a través de la piel (a veces se le llama 'nigua', término de origen caribeño), la cual parasita al hombre y otros animales en países tropicales de América y África; la hembra hace galerías en la piel, especialmente de los pies y, una vez dentro, su abdomen crece hasta el tamaño de un guisante, pudiendo ocasionar infecciones que a veces llegan a provocar gangrena.

Es interesante señalar también que, al menos en la región fronteriza estadounidense con México, al sur de Texas, Nuevo México, Arizona y California, donde se habla mucho español, existen las famosas "pulgas" o "flea market" (literalmente "mercadeo de pulgas, o de cosas que tiene pulgas), donde se venden una gran variedad de objetos usados, muy visitados tanto por los mexicanos que residen ahí, como por los mismos estadounidenses, y los que llegamos desde México de compras. Este término (en inglés y en español) tan popular para denominar a estos sitios de mercadeo, parece haber tenido su origen en la expresión francesa "marche aux puces", con el mismo significado, que debe haber surgido hacia 1917 en París, para describir jocosamente a los objetos de segunda mano o usados que se venden al aire libre, de los que se dice atraen a las pulgas, donde el comprador tiene que hurgar entre cosas revueltas por doquier. Pues "puce" significa literalmente en francés pulga y en inglés se traduce como algo de color pardo rojizo, que es precisamente el que poseen las pulgas. La expresión en inglés "flea market", traducción directa del francés comenzó a utilizarse en los años 1920's.

Finalmente, existen ciertas especies de crustáceos acuáticos pequeños a los que también se les llama "pulgas de agua", que avanzan a pequeños saltos, recordando a las pulgas de la clase insecta.

Otras palabras con el mismo origen etimológico son:

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.

No es que Chantraine mencione *b(h)lus- como raíz genérica, que dicho así puede parecer que es la raíz indoeuropea reconstruida para pulex, y no es así. Menciona esa forma entre otras muchas posibles.

Vamos a ver, lo cierto es que pulga viene, con una síncopa y sonorización de c intervocálica, de un latín vulgar *pulĭca variante del clásico pulex, pulĭcis. En el mundo indoeuropeo sí se pueden observar paralelos remotos de la palabra, que lo que tienen en común en la raíz es una labial inicial que puede ser sonora, sorda o aspirada, y un timbre vocálico u/y, con un elemento -l- y un probable elemento -s-. De forma que en griego tenemos ψύλλα ("psylla", pulga), en sánscrito plusi, en antiguo eslavo blŭxa, en lituano blusà, etc. Como señalan los etimólogos del latín Ernout y Meillet, estas formas no son reductibles a un radical común fijo, y nadie prácticamente lo hace. En latín lo que se puede observar es un sufijo gutural -ec-s/-ic-, común a otros nombres de insectos como cimex o culex. Walde y Hoffmann también señalan una gran variabilidad radical (ver página 1385). De Vaan por su parte da para el caso concreto del latín una muy hipotética formación alternante *plus-/ puls-.

Chantraine, el etimólogo del griego, sobre ψύλλα que se forma en griego con un sufijo -ya, por su parte advierte que todos estos nombres populares de la pulga, están en todas las lenguas tan popularmente alterados por metátesis y cambios, que, aunque evidentemente emparentados, es imposible reconstruir un radical único y común, que podría ser *plus-, *puls-, *b(h)lus- , *psul- o *bhsul-, según la lengua de la que partiéramos, y no es posible saber de estas formas cuál sería la originaria y cuales las alteradas, de las que la griega, muy probablemente es forma alterada por la etimología popular.

Es importante consultar las fuentes lingüísticas directamente para no trasmitir al lector elucubraciones sin sentido o incluso meras patrañas: de lo que se afirma, lo cierto es que sí, que Chantraine deja ver que estos nombres populares tienen raíces muy modificadas.

- Gracias: Helena


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