Según el DRAE, macanudo viene de macana y este de una voz caribeña.
Dicen que un emigrante escocés, de apellido McCanna, instaló un bar en Buenos Aires. El bar fue muy popular por las fantásticas historias que contaba McCanna. Estas historias tenían tanta fama, que en Argentina la palabra "macana" quiere decir mentira o exageración. Más adelante, "macana" dio luz a la palabra "macanudo" como sinónimo de estupendo o magnífico.
Esta etimología podría ser falsa. Rodolfo Cerrón-Palomino (lingüista fundador de estudios de lenguas andinas) sostiene que "macanudo" proviene de "maqana", que en quechua significa 'garrote', 'porra', que a su vez viene de "maqay" 'golpear'. Según esto, "macanudo" tendría un significado cercano a 'algo impactante'.
- Gracias: Agustín Panizo
La etimología de la palabra macana, en el sentido de "garrote", es discutida. Otros lingüistas dicen que nos viene del taíno (no del quechua).
Otra versión dice que macanudo viene del mal pronunciar "Marca Nudo", una marca de alambre de púa (ver la explicación larga más abajo en esta página).
En México macanudo, en sentido sexual, denota a un hombre bien dotado de su anatomía viril. "Macana" también es el garrote que usan los policías antimotines.
- Gracias: Gabriel E. Vega M.
Corría la segunda mitad del siglo XIX, y en el extremo sur del continente Americano se avecinaban grandes cambios. Extensas llanuras y fértiles valles esperaban vírgenes al labrador, y varios millares de vacunos que se reprodujeron libremente durante más de 250 años, vagaban en territorios con horizontes infinitos y donde lo que más abundaba era pasto tierno.
Tierra promisoria que abría sus puertas a la inmigración, recibiendo a colonos de diversas nacionalidades europeas. Así, en una primera gran oleada, comenzaron a misturarse con el criollo y el gaucho, galeses, ingleses, italianos, rusos, polacos, alemanes; denominados todos genéricamente como "gringos". Serán los ingleses, que por ese entonces se ocupaban de gran parte de la actividad comercial e industrial, quienes protagonizarán esta historia.
La agricultura y la ganadería tomaban forma organizada a medida que se iban distribuyendo tierras para su trabajo. Una de las necesidades era cercar el perímetro de las propiedades y la subdivisión en parcelas dedicadas a sendas actividades, especialmente la actividad ganadera, al recomenzar la cría organizada del ganado vacuno y ovino. Las extensiones de las propiedades eran muchísimo más vastas a las acostumbradas en Europa y, desde Inglaterra, llegó la solución: el alambrado.
Extensos rollos de alambre y postes de madera acabarían con el problema. Así, muy pronto, el ganado que antes deambulaba libremente y sin propietario, se encontró cercado, clasificado, marcado, y sus vidas tenían ahora un nuevo destino, que no era precisamente la culminación natural de su ciclo vital. Pero la excelente solución llegada del viejo continente no tendría aquí los mismos resultados exitosos que lo popularizaron en Gran Bretaña.
Hubo detalles que no se tuvieron en cuenta. En primer lugar, este sistema de alambrado, no había sido experimentado en perímetros de varias hectáreas, y no contaba aún con los sistemas de "tensores" y "torniquetes" (usados hoy) que permiten mantenerlo tenso y rígido; pero el mayor problema, no contemplado e inesperado eran, nada menos que las vacas. Las reses que aquí habitaban eran muy distintas a los vacunos europeos domesticados ininterrumpidamente durante varios cientos de años. Ganado "cimarrón", sin dueños ni territorio, con naturaleza nómade que, al igual que los naturales aborígenes, que elegían el territorio que más se adaptaba a sus necesidades momentáneas, acababan una y otra vez derribando estos cercos y escapando a la libertad perdida.
El problema parecía no tener solución. Lo que era excelente, harto probado y con resultados garantizados por parte de ganaderos europeos, en Sudamérica resultó un tremendo fracaso. Parecía imposible mantener unidos y dominados a estos animales "salvajes". Anécdotas de colonos confiados en su experiencia y habilidosos en el manejo del ganado que se vieron burlados por estos chúcaros animales se cuentan por miles. Pero la solución habría de llegar, de la mano de un invento...criollo.
Nadie sabe a ciencia cierta quién fue, pero lo cierto es que, quizá preocupado por encontrar la solución, o producto del ocio creativo, mediante un sistema más que elemental, descubrió que la solución al fracasado sistema europeo de alambrado estaba en ...¡el mismo alambre! Así, comenzó a cortar tramos pequeños de este elemento y a atarlos en longitudes regulares a lo largo del alambre, dejando ambos extremos de esta atadura abiertos o en punta. Nace el alambre de púas.
Las primeras pruebas fueron todo un éxito; se cuenta, con dudosa veracidad, que fue cercado un caserío con este nuevo invento y luego se lanzó una estampida hacia esa dirección y ningún animal atravesó el cerco.
Lo cierto es que el alambre de púas se usa actualmente y es bastante efectivo, las púas amedrentan al animal y le hacen abandonar el intento. Pero volvamos a la historia.
Su producción comenzó a industrializarse y, por fuerza, nace una marca; el primer alambre de púas se llamó "Marca Nudo", por asociación o semejanza a los nudos incorporados en el alambre. Su uso continuó extendiéndose y popularizándose como un muy buen producto de la industria nacional.
Así, en un territorio de criollos y gringos de distintas nacionalidades e idiomas, con lógicos problemas para hacerse entender, este invento, cumple doble función; la primera, ya la sabemos, ...pero la segunda...
Imaginemos a un gringo, precisamente un inglés, pronunciar esta marca, su dicción sería más o menos así: "ma_ca nudou", y convengamos que, este alambre de púas era sinónimo de algo bueno, aceptable, estupendo, magnífico; coincidentemente, el mismo significado que hoy tiene, por deformación, la palabra "macanudo".
Siempre surgen dudas, o distintas versiones acerca de la etimología de una misma palabra, por lo cual, la tendencia natural es tomar la más aceptable, y esta no sería una excepción.
Otras versiones (ya mencionadas arriba en esta página), apuntan a la palabra macanudo como derivación de macana (mentira, historia poco creíble), también, en algunos países macanudo hace referencia al miembro viril, reflejado en la macana o garrote utilizado por policías o fuerzas de seguridad.
Una historia habla de un bar instalado en la ciudad de Buenos Aires por un escocés apellidado Mc Canna, hombre muy afecto a relatar fantásticas historias, cargadas de tal exageración y por supuesto, poco creíbles, aquí surgiría, lógicamente la palabra "macana" (mentira, fabulación); la cual tiene una etimología muy distinta a la primera.
Por último, es de esperar que el lector no considere, lo leído hasta aquí, una "macana". El deseo es que le haya resultado "macanudo".
- Gracias: Eduardo Schustik
Muy entretenida la historia de Eduardo Schusti, pero no parece ser verdadera.
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