La palabra eccehomo se refiere a una persona llena de lesiones y en lamentable estado. Esto es así porque recuerda a ciertos iconos religiosos que presentan a Jesucristo semidesnudo con grandes magulladuras, coronado de espinas y con las manos maniatadas sujetando una caña, y ese tipo de imagen se conoce como un eccehomo.
Su nombre es ese porque pretende representar el momento en que según los evangelios, Jesús, después de haber sido latigado y coronado de espinas, es presentado por Pilatos al pueblo judío con la intención de justificar que ya lo ha castigado suficiente y que cese la petición de crucifixión para el hombre. Y al presentarlo Pilatos dice en latín: Ecce homo! (he aquí el hombre!, aquí tenéis al hombre en cuestión!). La fusión de esa expresión es el vocablo eccehomo.
La interjección latina ecce o eccum parece proceder con una asimilación consonántica de et (y) y la partícula deíctica enclítica -ce (aquí), vinculada a una raíz indoeuropea *ke-/ko- (aquí, ver Pokorny, pág. 609).
La palabra homo, homĭnis (ser humano, hombre en el sentido de especie). Parece compartir raíz con humus (tierra del suelo), de donde humilde, humillar y también el adjetivo humano (del latín humanus). Todas estas voces se asocian a una raíz indoeuropea *dhghem- (tierra). En general muchas culturas definen al hombre como un ser nacido de la propia tierra o país. Es en buena parte eso lo que quiere decir la palabra "autóctono" de origen griego (nacido por sí mismo-auto-, de la propia tierra que habita, de su tierra -cton-). Es por eso que muchos mitos de creación hacen a los primeros hombres fruto de un moldeado divino con el barro de la tierra. Así, entre los griegos, aunque hay sucesivas creaciones míticas de seres humanos, es el titán Prometeo el que moldea al primer hombre del barro de la tierra, y así lo tenemos en fuentes griegas, y en las romanas, por ejemplo en las Metamorfosis de Ovidio, obras todas anteriores a la aparición del cristianismo que fue el que difundió en occidente las versiones bíblicas judías antes desconocidas para griegos y romanos. En los antiguos relatos mesopotámicos también es así. En la Biblia, en el Génesis, también se narra la creación de Adán por Jehová, del barro de la tierra. Todas estas son visiones mitologizadas del concepto de la autoctonía del ser humano.
- Gracias: Helena
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