La palabra cilio puede referirse en zoología a diminutos orgánulos celulares filiformes que crecen hacia el exterior, usualmente capaces de agitarse rítmicamente posibilitando la locomoción y además pueden participar en la ingestión de alimento en ciertos protozoos o gusanos pequeños, o bien, el movimiento de fluidos en ductos de animales superiores. En botánica también se llaman cilios a pequeños procesos filamentosos, que se proyectan desde ciertas células, formando una especie de fleco, como en el borde de algunas hojas.
El término proviene del latín cilium (plural cilia), que primero significó 'párpado inferior', el que protege y recubre al ojo por abajo, mientras que el párpado superior y las pestañas, como lo cita el escritor romano Celso (25 a.C.-50 d.C.), se llamaban palpebra (de donde proviene el término palpebral, lo relacionado con los párpados). Pero con el paso de los años, cilium terminó por referirse a ambos párpados, generándos el vocablo supercilium, para nombrar al párpado superior. El hecho de que cilio (cilium, cilia), como tecnicismo se utilice para nombrar a los orgánulos celulares arriba explicados, que muestran la apariencia de pelos diminutos con funciones locomotrices, de alimentación o excretoras, se debe a que precisamente cilium se utilizó en cierto tiempo en latín para nombrar a las pestañas. En cambio, cilium, con el significado de ceja es el más tardío de todos, y aparece para ello en su forma de plural neutro cilia (de donde procede directamente entoces la palabra ceja) como lo menciona el escritor romano Cornelius Maximianus Gallus hacia finales del siglo V d.C.
A cilium se le vincula con la raíz indoeuropea *kel- (cubrir, ocultar), también asociado a las palabras latinas: clam (a escondidas, en secreto, de donde clandestino); cella (hueco de los panales, choza de los pobres, de donde deriva célula). Y en griego, koléos (vaina, estuche, de donde proceden coleóptero, coleóptilo y coleorriza) y kaliptein (cubrir, que nos dio apocalipsis y caliptra).
De cilium también se derivan ciliado, ciliar, superciliar, protociliado, euciliado, etc.
Fuentes:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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