La palabra musa nos viene del latín, en que se empleaba preferentemente en plural Musae, para referirse a unas divinidades menores inspiradoras de las artes y conservadoras de la memoria. En latín Musa es sinónimo de actividad literaria o poética, y asimismo de canto o poema y con ese valor se emplea. Es préstamo del griego detectado al menos desde la época del poeta Ennio (s. III-II a.C.). Realmente antes de eso los romanos tenían sus propias divinidades con esa función, llamadas Camenas (Camenae), especie de ninfas de las fuentes que inspiraban las actividades poéticas, proféticas y artísticas, y que luego fueron identificadas con las Musas griegas.
La palabra viene pues en último término del griego Μοῦσα ("Mūsa") que en principio era única y representaba la inspiración de cada poeta, artista o creador, que dicta en sus oídos la obra, la dulzura y todas las palabras que pacifican a los hombres. No olvidemos el inicio del primer verso de la Odisea de Homero que dice: Ἄνδρα μοι ἔννεπε, Μοῦσα, πολύτροπον,… (Andra moi énnepe, Musa, polýtropon…), es decir "Háblame, Musa, del hombre de los muchos giros…" (o del hombre muy versátil). Pero la mitología desarrolla con el tiempo la idea de las Musas, divididas en Piérides y Heliconias, que son nueve hermanas, hijas de Zeus y Mnemosine, la diosa de la memoria, que viven junto a Apolo, dios de las artes, en las laderas del Helicón. Y se desarrolla la idea de que cada musa protege una actividad. De ellas, Calíope patrocina la poesía épica, Clío la Historia, Polimnia la pantomima, la retórica, la geometría y la música sacra, Euterpe la música, especialmente la de flauta, Terpsícore la danza, Erato la lírica coral, Melpómene la tragedia, Talía la comedia y Urania la astronomía.
La etimología de la palabra Μοῦσα, que en griego arcaico fue también Μοῖσα, es dudosa dentro del griego, según se entienda su formación originaria como *mont-ya/mont-wa o *month-ya, y según se entienda esa raíz en grado o variante de una raíz como la que se encuentra en griego μένος ("ménos", alma, espíritu) de *men- 1(raíz de las actividades intelectuales, la memoria, etc.), lo que podemos encontrar en Roberts-Pastor y otros. Pero la otra posibilidad, contemplada por Meillet y otros autores, es la hipótesis de que su raíz fuera la raíz indoeuropea *men-2 (proyectar, ascender), que en grado o tenemos en el latín mons, montis (monte), dado que en origen las Musas griegas parecen haber sido unas ninfas o divinidades de los montes.
- Gracias: Helena
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