La palabra amonestar (advertir, reprender, regañar severamente) viene de un supuesto latín vulgar *admonestare que en el siglo XIII daría amonester en francés y admonish en inglés. Está formado con:
La raíz del verbo monere (hacer recordar, advertir, aconsejar, amonestar), presente también en moneda, monitor y premonición. Se relaciona a la raíz indoeuropea *men-1 - (pensar)
La terminación -stare, influida por el verbo molestare (fastidiar, disturbar, molestar, enfadar), de donde tenemos molestar. Este está formado con:
La palabra molestus (molesto), compuesto con:
La palabra moles (masa, peso, carga, esfuerzo, dificultad), de donde tenemos mole (masa pesada), molécula (pequeña masa) y demoler (derribar, echar una construcción abajo). Se vincula a una raíz indoeuropea *mo- (esforzarse).
El sufijo -tus (participio pasivo, indica que ha rescibido la acción) que pasa al español como -to, como vemos en adulto, exabrupto y absoluto.
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