Etimología de BIRRIA

BIRRIA

La palabra birria designa a un mamarracho, cosa de lamentable facha o adefesio estrafalario, y también a algo muy malo o de poco valor, así como a un vestido ridículo y grotesco. También sabemos que birria se aplica en México a un rico plato de carne sobre todo de la gastronomía de Jalisco, traslación seguramente caprichosa de su significado. Y que en algunos lugares de América sobre todo es sinónimo de obstinación, afición excesiva, capricho, con un sentido próximo a tirria. Si vamos al DRAE encontraremos que nuestros académicos no se atreven a dar explicación alguna sobre el origen del vocablo, seguramente porque no son convincentes los intentos de explicarla hasta el momento.

Corominas se esfuerza en demostrar que birria, que considera de origen leonés, vendría en último término de un latín vulgar *verrĕa, derivado de verres (verraco, cerdo semental), con el significado de terquedad, rabieta o capricho, de donde cosa despreciable. Y desde luego no consigue ser muy convincente, pues no se entiende el paso de rabieta a cosa despreciable. Eso sí, constata que la palabra se documenta en Guillén de Segovia en 1475 y que el padre Isla habla de "el birria" en 1757, lo que me interesa especialmente. Otros intentos etimológicos son aún menos aceptables, como el que trata de vincular el vocablo, directa o indirectamente, al menos por un supuesto sufijo -irria, a un origen vasco[1]. Se sugiere aquí que el hipotético leonesismo «birria» vendría influenciado por «tirria», partiendo de la afirmación de que «tirria» se documenta primero (en 1517), como cosa de entrada falsa, pues «birria» aparece testimoniado en castellano en 1475, y se añade que habría que considerar un origen vasco para «tirria», cosa también inaceptable. Este trabajo, que atribuye de forma generalizada todas las terminaciones (no necesariamente sufijos en todos los casos) en -arro, -erro, -irro, -orro y -urro a un supuesto influjo vasco de base en el castellano, muestra una visión parcial, ignorando que las secuencias finales en -rr- también son características del celta y del celtibérico, que sí es un sustrato mucho más generalizado en la península y, sin duda alguna, en la zona de generación del romance castellano, e incluso se documentan en ibérico. Además hay que estudiar el origen y evolución de cada palabra, antes de afirmar que en todos los casos se trata de un formante sufijal y no de parte de su lexema, sin descartar que en efecto existan voces que presentando esa forma procedan o puedan proceder del vasco.

Refutado esto, vamos a ver el origen de birria. Si inspeccionamos un poco las tradiciones folclóricas, veremos que especialmente en tierras leonesas existe un personaje grotesco que sale en procesiones del Corpus y festejos carnavalescos muy antiguos, allí llamados "antruejos" con el nombre de "el Birria". Así se da por ejemplo en la villa de Tábara, en la provincia de Zamora. Es una especie de diablejo con careta de narices prominentes, y atuendo de lo más estrafalario. Y no es el único "Birria" en el folclore de la zona. Estas celebraciones están vinculadas a diversas manifestaciones teatrales populares que arrancan de la Baja Edad Media, no sólo representaciones religiosas sino también del teatro popular profano, que muestra interferencias entre distintos géneros. Y el personaje de Birria, que aparece por las áreas astures y leonesas hasta las provincias de Palencia y de Salamanca, adopta a veces como variante de su nombre las formas Birria, Birrio, Guirria, Gurrio. En cualquier caso todos los autores que se han fijado en este personaje de las mascaradas han pensado que su nombre se debe a su carácter estrafalario de adefesio y no se les ocurre razonar al revés, cuando es obvio que las primeras apariciones de la palabra en castellano no aluden a ese sentido abstracto actual, sino al personaje carnavalesco, y no se les ha ocurrido pensar que se trata de su nombre propio, también por desconocimiento general de la literatura medieval en latín.

Las manifestaciones teatrales populares bajomedievales están sujetas a diversas influencias. Un género extraordinariamente influyente del teatro medieval son las llamadas comedias elegíacas, género más bien escolar y universitario, en principio escrito en latín, que nace en la Francia del s. XII y se extiende a otros territorios de Europa, entre ellos España, desarrollándose especialmente en los siglos XII y XIII. La comedia elegíaca, escrita en dístico elegíaco, contamina y recrea a base de los autores latinos Plauto y Terencio.

Pues bien, el autor quizá más notorio en este género, de mediados del s. XII, es el francés Vital de Blois, cuyas dos obras de verdadero éxito y amplia difusión fueron Querolus y un Amphytruo, obra que traducida, es también llamada "Comedia de Geta", o "Geta y Birria". Esta última tuvo un gran éxito y es una reelaboración del conocido Anfitrión de Plauto, en que el esclavo Sosias será sustituido por una pareja de esclavos, figuras altamente cómicas, que son Geta y Birria, que monopolizan todo el protagonismo. Geta es la parodia de un fámulo escolástico medieval, cargado de libros y pedantería, que se opone constantemente a Birria, un ínfimo esclavo grosero, lerdo e ignorante, pero que acaba triunfando sobre su compañero que tiene el seso estropeado de tanto silogismo vano.

Es así como Birria pasará a ser un tipo cómico ampliamente usado también incluso en otras obras perdidas de las que hay indicios indirectos, y, alcanzando la cumbre de su popularidad en el s. XV, en que se documenta la variante Birra de su nombre a inicios del siglo en el Cancionero de Baena, pasa al teatro popular, a la mascarada y a la lengua vernácula. Birria es un esclavo perezoso y grotesco, cobarde, zafio y burdamente caracterizado con andrajos o atavíos ridículos. Es un personaje habitual y paradigmático. Y eso tuvo que dar lugar a expresiones como "esta hecho un Birria" o "este es un Birria". Una vez olvidado quién fue ese Birria y completamente desconocido ya el origen de la palabra, sin duda la lengua popular, encontrándose con un vocablo acabado en -a, lo entendió como femenino y cambió su género, y de ahí que hoy se diga, por ejemplo, o "esto es una birria".

Del mismo modo el Birria carnavalesco de esas muy antiguas mascaradas tiene una clara función fustigadora o persecutoria en los carnavales, azuzando a otras máscaras o al propio público, de donde el vocablo portugués birra de acceso de furia, obstinación, pertinacia y manía, y sin duda la variante castellana tirria, que se documenta como dirria en 1475 en la Gaia Ciencia de Pedro Guillén de Segovia.

El nombre del esclavo Birria lo toma Vital de Blois del comediógrafo romano Terencio: es un personaje esclavo de la comedia Andria de Terencio (s. II a.C.), lo que también prueban los comentaristas medievales. El nombre Birria o Byrria aparece en Roma designando a esclavos y gladiadores. También tenemos atestiguada la variante Burria, y formas de cognomina Byrrius, Birrius y Birrianus, seguramente en linajes ciudadanos procedentes de libertos.

El nombre Birria, como además prueba el gramático romano Prisciano, es una latinización con sonorización de la labial del nombre-apodo griego Πυρρίας ("el Rojo", "el Pelirrojo"), nombre o apodo característico de esclavo que habitualmente se daba a los esclavos tracios y era profundamente despectivo, como testimonia Aristofanes en Las Ranas (730 y ss). Y es sabido que los tracios eran para los griegos bastante bárbaros, incivilizados, estrafalarios y zafios.

El nombre contiene la misma raíz que Pirro, nombre que se dio primero a Neoptólemo, el hijo de Aquiles, o Pirra, nombre dado por la mitología a la hija de Pandora, primer elemento femenino en la raza humana, esa Pirra que casó con Deucalión y se libraría en un arca del diluvio enviado por Zeus, o que Pirro el rey del Epiro, el de las victorias pírricas. Esa raíz es la de la palabra πῦρ, que designa al fuego, y forma derivados que no sólo remiten al fuego, sino a su color rojo anaranjado característico. La raíz de la palabra πῦρ está ya atestiguada en griego micénico, en tablillas anteriores al 1.200 a.C. Se vincula a una vieja raíz indoeuropea *pūr- que designa al fuego, y que tenemos en palabras como antipirético y pirotecnia.

La palabra birria no es un leonesismo patrimonial, como pretendió Corominas, sino un cultismo irradiado desde el ambiente generado por la universidad de Salamanca (fundada como tal en 1218 y existente antes como escuela catedralicia) y quizá también por las viejas escuelas catedralicias del antiguo reino de León (León, Astorga, Zamora) y el Estudio General de Palencia, centros que enseñaban artes retóricas. En efecto la comedia elegíaca se empleaba en principio en las clases, en escuelas y universidades para la enseñanza de las artes retóricas, y la vigencia y popularidad de la de Geta y Birria se explica por las arduas polémicas que durante los siglos XIII, XIV y XV enfrentaron a los defensores y detractores del silogismo escolástico, dado que la obra supone una mordaz crítica a los excesos dialécticos.

Bibliografía:

[1] IRIBARREN ARGAIZ, M.C., «Influencias vascas en la sufijación castellana. Morfología y contacto de lenguas». Anuario del Seminario de filología vasca «Julio de Urquijo». XLIV, 1. 2010.

[2] PINGARRÓN SECO, Elena, "Esto es una birria. Una aportación del teatro clásico a la literatura dramática medieval y al léxico castellano". LEMIR, 18. Universidad de Valencia, 2014.

- Gracias: Helena

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