Etimología de AUTONOMÍA

AUTONOMÍA

La palabra "autonomía" viene del griego αὐτονομία (autonomia). Sus componentes léxicos son:

• αὐτός (autos = por si mismo), ver: autobiografía y autodidacta;
• νόμος (nomos = regla), como en astronomía y economía;
• el sufijo -ια (-ía = cualidad), como en cronología y etnofobia.

Según Fox¹, los griegos tenían un claro sentido de la palabra y está relacionada con la libertad en un sentido político. Primero fue usada en un contexto de comunidades y su protección contra el control de poderes extranjeros. Su primera aplicación (que sepamos) para un individuo fue para una mujer representada como Antígona, en una tragedia escrita por Sófocles.

Fuente:

1. The Classical World - Robin Lane Fox - 2006.

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No se entiende qué quiere decir "su primera aplicación fue para una mujer representada (?) como Antígona". Sófocles escribe su famosa tragedia Antígona cuya protagonista es Antígona, la hija de Edipo, y no "una mujer representada como Antígona". Heródoto ya emplea el adjetivo αὐτόνομος tanto hablando de Estados como de personas, adjetivo que significa "que se rige por su propia ley, independiente". Y Sófocles en efecto dice de Antígona que es "autónoma", pues Antígona es un símbolo universal del conflicto moral existente cuando una ley se opone a la moral del individuo, y de la valentía del individuo para actuar según su propia norma moral, aunque le vaya la vida en el oponerse a la ley. Antígona es la piadosa hija de Edipo que le acompaña hasta su muerte en su vagabundeo, mendigo y ciego, una vez expulsado de su trono de Tebas. Sus hijos, Eteocles y Polinices, despreocupados de su padre, se disputan el poder en Tebas. Teniendo el trono Eteocles, Polinices provoca una guerra contra Tebas y ambos hermanos se matan mutuamente en un duelo singular ante las murallas. Entonces Creonte, tirano que asume el poder en Tebas, entierra a Eteocles, pero decreta que el cadáver de Polinices se deje insepulto, expuesto a los animales de rapiña, y prohibe que cualquier tebano lo entierre bajo pena de muerte. Nadie se atreve a oponerse a la ley de Creonte, excepto Antígona, joven y además mujer, que cumpliendo el deber moral de no dejar a sus parientes insepultos, lo enterrará con sus propias manos. De ahí la calificación de "autónoma".