La palabra pardal viene del latín pardălis, siendo este vocablo préstamo del griego πάρδαλις, que significaba leopardo o pantera y que también se aplicó a un pájaro indeterminado por el aspecto moteado de su plumaje. El término griego es un préstamo de origen oriental. Ya la palabra prestada al latín siguió designando a la fiera, y también probablemente a un tipo de pajarito, de lo que tenemos escasas muestras. Pero el latín a partir de pardălis generó la variante pardus, que según Chantraine fue reintroducida en el griego con la forma πάρδος, y esta fue desplazando a pardălis en la denominación del gran felino, naciendo así la forma leo pardus, y perviviendo en otras denominaciones como guepardo o gatopardo. Pardus también se especializó en designar pelajes moteados o manchados de diversos tonos, y tardíamente, al aplicarse a pelajes más propios de alimañas europeas como el lobo (de lo que da fe Isidoro de Sevilla) o el oso, acabó designando al color que llamamos pardo, entre gris y amarronado. De pardo tenemos pardillo, que designa tanto a un pajarito, como al aldeano ingenuo, bien por el pajarillo o por el color de sus ropajes, o al hombre inexperto y algo bobo, fácil de embaucar. Pardal en castellano puede designar al gorrión o a un pajarillo común en general.
Lo cierto es que por la expansión de pardus en la designación de la fiera a partir del s. I d.C., pardălis progresivamente debió de ir restringiéndose a la designación de un pajarillo, y como en latín tardío la forma passer (que nos dio pájaro), que en latín clásico designaba al gorrión, acabó aplicándose, seguramente por ser el gorrión el pájaro más común en estas latitudes, a la idea de pájaro en general, pardălis acabó designando al gorrión, que en las latitudes europeas es un pajarillo de plumaje pardo y entreverado de diversos tonos.
En castellano pardal, que adquiere también otros significados como el de aldeano vestido de pardo, ha sido desplazado en gran medida por el vocablo gorrión, mientras en gallego y portugués sigue designando tanto al gorrión como al pardillo. En catalán se repitió el proceso que sufrió passer en latín, y así el vocablo pardal, en origen gorrión, hoy preferentemente designa en general a cualquier pájaro, con sus diminutivos y aumentativos (pardalet, pardalot), y también figuradamente al hombre que es un buen "pájaro de cuenta", astuto, taimado y que saca tajada de negocios de todo tipo. Asimismo en catalán en lenguaje familiar designa al pene. La forma pardal es la preferida en el valenciano o catalán del área de Valencia, mientras en Cataluña es más común ocell para designar a un pájaro, forma que procede del latín avicellus, masculino vulgar de avicella, diminutivo de avis (ave).
- Gracias: Helena
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