Etimología de JITANJÁFORA

JITANJÁFORA

La palabra jitanjáfora nació como un juego de palabras. En el siglo pasado el poeta y diplomático cubano Mariano Brull (1891-1956) durante el período de entreguerras organizaba en su casa de París veladas de poesía y un día, en 1929, dio a recitar a sus niñas un poema que había compuesto con palabras inventadas por el mero placer de los sonidos encadenados:

Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveola jitanjáfora
liris salumba salífera.

Olivia oleo olorife
alalai cánfora sandra
milingítara girófora
zumbra ulalindre calandra
.

Al literato mexicano y también diplomático Alfonso Reyes (1889-1959), que estaba presente, le encantó el ingenio de Brull y la gracia de sus hijas y, según cuenta, se dedicó primero a llamar a aquellas niñas las "jitanjáforas", hasta que se le ocurrió denominar así esas palabras de fantasía, como las de aquel poema, que no significan nada pero cuya sonoridad les da valor estético y podemos jugar a darles el sentido que queramos como los niños hacen cuando convierten un embalaje en automóvil o un tarugo en muñeca.

Desde entonces -incluso desde antes- muchos literatos han jugado con jitanjáforas con gracia variable. En las canciones infantiles siempre las ha habido, como la de Macacafú, o en las coplas de carnaval, recuerdo una que se remonta a finales del s. XIX o principios del XX porque me la cantaba mi bisabuela de su juventud y tenía un estribillo que rezaba:

Pichirichi la manguachi
currinati arropía del paló

chulapó
pimpano del paipai
requesó

Un maestro de las jitanjáforas ha sido siempre el poeta cubano Nicolás Guillén (1902-1989), y como de muestra vale un botón, aquí va un poema de su libro Sóngoro cosongo (1931), que ya en el título luce una bella jitanjáfora, se titula "Canto negro":

¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo,
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.
El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.
Acuememe serembó
aé;
yambó,
aé.

Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!

¿Desean ustedes una etimología de jitanjáfora? No hay más que hablar, de inmediato se la sirvo, pues es evidente, la propia palabra nos muestra su virtud: Seguramente viene de un compuesto de gitano y de metáfora, pues es como una metáfora vestida de gitana que baila un rítmico zapateado haciendo llamear su traje de volantes. ¿Y la segunda jota? Es el pilar del compuesto, sin ella la metáfora perdería el compás.

- Gracias: Joaqu1n


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