La palabra ámago (sustancia amarilla con la que las abejas construyen las celdas de los panales) es de origen incierto. Se encuentra escrita con h (hámago) anteriormente a la versión con ella. Por eso el DLE acepta ambas versiones. Se bajaran dos posibilidades:
La primera es que viene del griego compuesta con el prefijo copulativo ἁ-, (ha-, ver: hápax y acólito) y μάγος (magos) en sentido de emplasto o ungüento. Esta estaría relacionada con la raíz indoeuropea *mag- (ablandar, suavizar), presente en magma, masa, masaje y masón.
La segunda explicación sería que viene de un supuesto latín vulgar *amidum (almidón) derivado del latín clásico amylum. El latín la tomó del griego ἄμυλον (ámylon, especie de pan o pequeño pastel, hecho con el almidón obtenido en el agua poniendo en remojo el grano sin moler). Este está compuesto del prefijo α- (a- = (no, sin) sobre la palabra μύλη (myle = piedra molar), pues lo podían preparar sin tener que moler el grano. Este se vincula con la raíz *mel- (moler, refinar), presente en las palabras mola, inmolar y majadero.
No confundir ámago con amago (acción de levantar la mano amenazando un golpe). Este deriva del verbo amagar.
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