La palabra pupila que designa a la abertura por donde penetra la luz en el centro del iris del ojo, viene del latín pupilla, diminutivo de pupa. Pupa significaba niña y muchacha, a veces incluso muñeca, de modo que pupilla es muchachita o muñequita (en algunos contextos, también significaba prostituta jovencita). Existe también la forma masculina pupus, y diversos derivados diminutivos, como pupulus o pupula. Todos estos vocablos fueron empleados ya por los romanos y por los autores de la literatura latina para referirse a la pupila del ojo, y la explicación etimológica dada aduce el hecho de que la superficie del ojo actúa como un espejo convexo, en cuyo centro negro, la pupila, vemos nuestra propia figura deformada y reflejada a un tamaño diminuto, cuando miramos a la pupila de alguien, de modo que parece verse un "muñequito" o "muñequita" o una pequeña criatura humana.
Con el valor de pupila del ojo vemos usado pupilla en Lucrecio (4, 249) o Plinio (11, 148). Cicerón y Apuleyo en cambio usan pupula, con este valor.
Por supuesto también en Cicerón y otros muchos autores aparece pupilla y pupillus, con el valor de menor de edad tutelado jurídicamente por un adulto.
- Gracias: Helena
La palabra latina pupa (niña) se relaciona a una raíz indoeuropea *pap- (idea de hinchar o de pezón), presente también en pápula, papila, papiloma y pupilo.
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