La palabra aporofobia es el miedo o temor irracional a las personas indigentes o muy pobres; una fobia como tantas que existen, por ejemplo, acrofobia, hidrofobia, claustofobia, tonitrofobia, xenofobia, agorafobia, etc.
El término se compone de dos elementos griegos:
Se trata de un neologismo de origen español relativamente reciente. Fue propuesto a finales de los 90 por la profesora de ética y filosofía moral de la Universidad de Valencia, España; Adela Cortina (1947-), como una manera de distinguir este concepto de la xenofobia (temor o rechazo a los extranjeros) y otras conductas de rechazo hacia ciertos sectores de la sociedad.
Fuente:
Es gracioso este término "aporofobia", del que se ve a la legua que es creación actual, producto de la obsesión actual por el lenguaje políticamente correcto y el eufemismo social llevado hasta sus extremos. Y se le ve a Adela Cortina, que es una eximia filósofa, pero no filóloga, y explicaremos por qué. El vocablo ἄπορος ("áporos") jamás significó en griego clásico persona pobre o indigente (en griego moderno sí se emplea a veces con el valor de indigente, como un eufemismo, pero en las acuñaciones léxicas se emplea siempre el griego clásico). Hay diferentes formas de decir en griego clásico pobre, mendigo, indigente, pero ninguna es ἄπορος, adjetivo griego que lo que quiere decir es "sin salida, sin camino, intransitable, impracticable", y que cuando excepcionalmente se aplica a una persona quiere decir "que está sumido en un atolladero, en una situación embarazosa, y no tiene posibilidad de salir o no sabe salir de ella". De ahí también la palabra aporía (razonamiento o expresión inviable, sin salida). Porque el adjetivo es la negación, con prefijo a-/an- (no) de la raíz del sustantivo πόρος ("poros", pasaje, lugar de tránsito, vía, camino, medio o recurso para llegar a algo). ¿De dónde ha surgido pues el valor de pobre o mendigo para ἄπορος?. Pues de la filosofía platónica y a través de un texto secularmente mal traducido o mal interpretado. En el Banquete de Platón o Symposio, diálogo que todos los filósofos han estudiado (aunque no directamente en griego clásico, sino en traducciones), en la intervención de Sócrates, este pone en boca de Diotima un mito filosófico inventado por Platón para el nacimiento de Eros. Se trata de explicar con ese mito la naturaleza intelectual de Eros (el Amor) y se trata de justificar que el impulso erótico se identifica con la filosofía (el amor al saber) y que la búsqueda del saber es un impulso amoroso. El amor es búsqueda, conquista, adquisición. Eros es un filósofo, lo que no quiere decir un perfecto sabio o alguien que lo sabe todo, sino un buscador de saber que no es ni del todo sabio, ni del todo ignorante. Porque el que lo sabe todo, no buscará lo que ya tiene, y el perfecto ignorante tampoco, porque ni siquiera sabe de lo que carece y no sabe que es ignorante. Entonces Eros es algo intermedio que Platón explica simbólicamente a través de su linaje. Recurre para ello a dos entelequias divinas: para ello inventa un dios Πόρος (el dios del recurso, de las salidas, de la riqueza de vías intelectuales, el buscador que tiene todos los medios, el expeditivo), y lo opone a una diosa Πενία ("Penía") que para Platón representa la indigencia intelectual, la pobreza de medios. De la unión ocasional del uno con la otra en los jardines de Afrodita, va a ser engendrado Eros que presentará una mezcla de los instintos de sus padres. Pero como Platón parece que no inventa a la entelequia divinizada Πενία, que ya aparecía en Heródoto un poco antes como diosa de la pobreza material, en multitud de ocasiones, al entenderse que Πόρος era su antónimo, se traduce o considera mal esta metáfora, definiendo a Πόρος con el dios de la riqueza material (que no lo es), y de ahí que sobre todo para un filósofo ἄπορος sea sobre todo la negación del rico, un pobre o un mendigo, dicho con la atenuación "políticamente correcta" que da la lítote de afirmar negando. El vocablo en afirmativo y mucho más correcto debiera haber sido penetofobia, penicrofobia o ptocofobia (formado de cualquiera de los diversos vocablos o adjetivos que designan, desde el pobre que trabaja pero carece de todo, al mendigo total), pero probablemente esto hubiera sido demasiado rotundo para una profesora de "ética contemporánea". Pero los académicos, seguramente más formados en general en léxico que ella, sin duda han de ver la cursilería poco científica de esta acuñación, y por eso no la han asumido hasta ahora (en el futuro veremos, porque a veces las cosas más infundamentadas se imponen). Aporofobia es un compuesto tan abstracto que significa propiamente "miedo patológico a lo intransitable", o si se entiende el "áporos"como una persona, igual podría aplicarse a la minusvalía o merma mental, al falto de recursos intelectuales, de manera ocasional o permanente, dado que el lenguaje técnico ya acuñó la aporía en buena parte con ese sentido, y se prohibe en el lenguaje científico dar otro valor en nuevas acuñaciones a una raíz ya fijada con un sentido muy concreto en el lenguaje técnico. Alguien debería explicarle estas cosas de las normas de acuñación del lenguaje a Adela Cortina, y seguro que una mujer tan inteligente lo entendería.
La palabra griega πόρος contiene la misma raíz, sólo que en grado o, que el verbo griego πείρω ("peirō", atravesar, hacer atravesar), que es la raíz indoeuropea *per- (conducir, llevar), a la que se vinculan palabras latinas como portus (puerto, pasaje), porta (puerta) y el verbo portāre (llevar).
- Gracias: Helena
Pese a tan detallada crítica, sin duda bien fundamentada, sobre la acuñación de 'aporofobia', este neologismo ha sido seleccionado como 'palabra del año 2017' por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y recién fue recogido o incluido por el Diccionario de la lengua española.
Además, consultando algunos diccionarios de griego antiguo, ciertamente encontré estos significados para el término ἄπορος = áporos:
'Impracticable', 'contra lo que nada se puede hacer', 'inaccesible', 'dificultoso', 'callejón sin salida', 'intratable'.
Pero también en obras de escritores griegos de la antigüedad, como Tucídides, Platón, Sófocles, Aristófanes, Lisias y otros, veo que utilizaron la palabra con los significados de 'carente de recursos', 'pobre', 'indigente', 'necesitado', que en latín equivale al adjetivo ĭnops (pobre, necesitado, débil), y el sustantivo ĭnŏpĭa (pobreza, indigencia, de donde deriva en español inopia). Precisamente el sentido con el que Adela Cortina acuñó la palabra.
Fuente:
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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