Mimetismo es un neologismo biológico del siglo XIX que procede del término griego mimetés, que significa 'imitador, el que tiene la habilidad de imitar o remedar', con el sufijo griego -ismos (-ismo en español, como en paludismo y botulismo), que le da al vocablo el significado de 'estado, condición o proceso'; posiblemente sustentado en el antiguo adjetivo latino mimeticus, derivado del griego mimetikós (que posee la capacidad remedar o imitar, lo concerniente a la imitación) originado finalmente de mímesis, 'imitación'. Por lo tanto, puede interpretarse textualmente como "la condición o proceso de imitar algo", que es precisamente lo que sucede con la especie que se asemeja a otra y logra una ventaja adaptativa. No existe nada seguro sobre la vinculación en su origen de estos términos con alguna raíz indoeuropea, por lo tanto, probablemente hayan procedido de alguna otra remota lengua de identidad desconocida. Aunque algunos creen que puede vincularse con un vocablo sánscrito maya ('imágen confusa'), pero lo cierto es que no hay nada claro.
Mimetés y mimetikós (en griego), así como mimeticus en latín, son términos utilizados desde la antigϋedad (siglos antes de Cristo) y durante muchos siglos se empleaban en aspectos de la actuación, en referencia a los imitadores, cómicos y burlescos o bufos. Fue hasta el siglo XIX, que se comenzó a utilizar en biología, surgiendo el concepto de mimetismo tal y como lo explicamos anteriormente. El geólogo y naturalista inglés Samuel Pickworth Woodward (1821-1865), en su obra A Manuall of the Mollusca (1851), utilizó el término mimetic (mimético), al afirmar: "A second class of analogical resemblances are purely external and illusive, they have been termede mimetic.", que se puede traducir: "Una segunda clase de semejanza es puramente externa e ilusoria, la que ha sido llamada mimética". Henry Walter Bates (1825-1892), ilustre naturalista y explorador británico, quien estudiara el mimetismo en mariposas de Brasil, en cuyo honor, a uno de los tipos de este fenómeno biológico se le llama mimetismo Batesiano, escribio en Trans. Linn. Soc. (Actas de la Sociedad Linneana) XXIII. 502: "Mimetic analogies... are resemblances in external appearance, shape and colours between memebers of widely distinct families" ("Las analogías miméticas... son semejanzas en la apariencia externa, forma y color entre miembros de familias muy diferentes"), refiriéndose precisamente al caso de las mariposas que trato de utilizar como ejemplo en el último párrafo. Pero, por fin, la palabra mimetismo, como proceso, estado o fenómeno biológico, dentro del área de la ecología y el estudio de lo que pertenece o compete a la evolución de los organismos (porque los autores anteriormente citados, ya con el sentido biológico, utilizaban mimético), apareció en francés en 1874 (mimetisme).
Asimismo, en farmacología se emplean los términos derivados simpaticomimético y parasimpaticomimético, para dar nombre a medicamentos que tienen un efecto semejante (de imitación) o estimulante de las secciones simpáticas y parasimpáticas del sistema nervioso autónomo.
Mimetismo, en su acepción biológica, es el fenómeno caracterizado por la semejanza externa o superficial entre dos organismos que no están relacionados taxonómicamente. Este parecido confiere una ventaja (por ejemplo, protección contra depredadores, entre otras) a la especie mímica o "imitadora" de otra que suele llamarse modelo (la especie imitada). Un breve ejemplo puede clarificar las cosas: en las selvas amazónicas existe cierta familia de mariposas de sabor desagradable (organismo modelo) para ciertas aves depredadoras, y otra familia apetecible y, por lo tanto, muy buscada por los depredadores; pero por un largo proceso de selección natural, algunas especies de este grupo han adquirido la coloración de las primeras, de tal manera que ya no son perseguidas por los pájaros, porque estos las confunden con las de mal sabor, lo que se traduce en mucho menor número de ejemplares devorados. Pero la semejanza no solamente se refiere a la forma o coloración, sino que también se han encontrado casos interesante de similitud en sonidos, olores, conductas, y hasta en rasgos bioqímicos.
- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rodríguez.
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