La palabra biocombustible es un neologismo compuesto con:
El elemento compositivo, bio- (ser vivo), tomado del griego βίος (bios = vida), como en biología, abiogénesis, biografía y biometría. Se vincula a la raíz indoeuropea *gwei- (vivir), de donde nos viene la palabra vida, a través del latín vita.
La palabra combustible (que se puede quemar enteramente), tomada del latín combustibilis, formado con:
El prefijocon- (entero, junto, por completo), como en concepto, consolidar y consumir. Este prefijo cambia a com- cuando está antes de m-, como en: comercio (de commercium), de p-, como en compatible (de compatibilis) y b- como en combinar (de combinare). Se relaciona con una raíz indoeuropea *kom- (junto, cerca de), que nos dio koiné, cenobio, epiceno a través del griego κοινός (koinos = común).
La palabra bustus (quemado) de donde tenemos busto. Deriva del verbo burere (quemar), variante de urere, que encontramos en urente. Se vincula a una raíz *eus- (quemar).
Biocombutstible refiere a un combustible que es creado de materia viva, como vegetales o algas. Esto es en oposición al petróleo que es producido de materia orgánica de animales y plantas que murieron hace millones de años.
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