La palabra semita se refiere a las personas descendientes de Sem. Esto incluye a los árabes y judíos. Sem era uno de los hijos de Noé (Génesis 10: 21, Lucas 3:36).
El sufijo -ita indica procedencia o pertenencia como en Baalita, gabaonita, jesuita y sunnita.
Los antiguos habitantes de Palestina veían que en su entorno se hablaban distintas lenguas, unas que se parecían entre sí y otras que no se parecían, y las dividieron en tres grupos. Con la mentalidad tribal de aquella época denominaron cada grupo lingüístico con el nombre de un personaje epónimo y los tres grupos los explicaron como los descendientes de los tres hijos de Noé:
Cuando en el siglo XIX se empezó a estudiar diacrónicamente el acervo lingüístico mundial se acuñaron expresiones derivadas de estos nombres:
La estupidez humana, que es mayor de lo que a veces creemos, dio en considerar "razas" a estos grupos de lenguas, como si las personas llevaran información lingüística en los genes. Y así es como muchos se obstinaron en llamar "semitas" a los europeos de religión judía, que cultivaban la lengua hebrea de la Biblia como lengua litúrgica, y a considerarlos de otra raza distinta a la de los europeos de religión cristiana cuya lengua de culto, si alguna tenían, era el latín de los católicos romanos. Los europeos cristianos, pues, eran según estos erróneos criterios de la "raza" aria y los judíos de la "raza" semita. Esta majadería, a pesar de la derrota de los que la sustentaban mayoritariamente, no ha desaparecido del todo como idea.
Para evitar meterse en berenjenales se ha desestimado en lingüística el empleo de la palabra ario, que está demasiado manchada, y en su lugar se emplea el término indoeuropeo para referirse al grupo de lenguas en el que han escrito personas de orígenes étnicos tan dispares como Wole Soyinka, San Lucas, Vidiadhar Surajprasad Naipaul, el Inca Garcilaso, Rabindranath Tagore, Tahar Benjelloun, Rigoberta Menchú, Amin Maalouf o Edward Said.
En lugar de "lenguas semíticas", "lenguas camíticas", o la suma de ambas "lenguas camitosemíticas", actualmente se prefiere hacer la referencia a "lenguas afroasiáticas". Sin embargo, como una herencia del pasado nazi europeo, aún se sigue llamando "antisemita" al que odia a los judíos.
- Gracias: Joaqu1n
- Gracias: Francesc
Y para más colmo de la estupidez, sólidos estudios actuales de carácter demográfico y genético (tan poco sospechosos de tendenciosidad antijudía alguna que algunos de los principales investigadores implicados incluso son judíos) revelan que más del 90 % no tienen nada que ver en sus orígenes con la tierra de Israel, ni son hebreos, ni cananeos, ni semitas (ni desde el punto de vista lingüístico, ni desde la desorbitada locura que ve en semita un término racial). Los judíos americanos proceden de los europeos, centroeuropeos sobre todo. Y estos, salvo algunas pequeñas comunidades sefardíes del Mediterráneo cuyos ancestros procedían en parte de la diáspora en época romana (también muy mezclados y que son una minoría) y algunos de origen africano que sí se emparentarían algo más con la antigua Judea, en realidad son jázaros, cosa que la gente no suele saber. Los jázaros fueron un pueblo mezclado de tribus esteparias que generaron finalmente un Estado bastante extenso a fines de la antigüedad y en la alta Edad Media, asentado entre el Mar Negro y el Mar Caspio. En tiempos muy remotos, incluso en la época de estancia de hebreos en Babilonia con Nabucodonosor, y después en época helenística, recibieron allá unos pequeños grupos de judíos que se asentaron. Ellos expandieron allá su religión, de manera que poco a poco la población jázara se convirtió masivamente al judaísmo, lo que al final afectó incluso a sus grupos gobernantes. Fueron diversas circunstancias las que acabaron con el Estado jázaro y sobre todo la presión de los mongoles en el s. XIII lo que provocó el masivo desplazamiento de su población al oeste, cuyos habitantes emigraron masivamente a Europa y generaron los importantes grupos de judíos por toda Europa oriental y central, en esa época y posteriormente. Concretamente todos los judíos llamados askenazíes, que son abrumadoramente mayoritarios, son jázaros de origen. Sólidos estudios genéticos basados en la población jázara del s. XII, la caucásica actual y la actual judía lo avalan. Es falso que los judíos centroeuropeos procedan de una emigración de judíos de Judea o Israel a Centroeuropa cuando los musulmanes conquistaron la zona en los s. VII-VIII. No hubo tal emigración, la población se quedó, y si la hubiera habido sería tan ínfima que ni en doce o trece siglos hubiera podido generar la gran masa de población judía europea de siglos posteriores (el territorio de Judea, pequeño, tuvo siempre una ínfima población). La barbaridad de nazis y otros antijudíos al identificarlos con semitas es descomunal (y ni siquiera hablaban una lengua semita).
Pero eso provoca también otra de las horribles contradicciones y barbaridades que en nuestros tiempos vivimos. Los verdaderos judíos, habitantes de Israel, de la antigua Judea, o sus descendientes actuales, deben de ser en realidad, como es natural en todas partes, los palestinos que habitaron siempre la zona, sólo que acabaron convirtiéndose al Islam y arabizándose, y que son desplazados de su tierra de toda la vida por unos señores cuyos verdaderos ancestros estaban en el Cáucaso, y que la han ocupado y se expanden allá a costa de los otros, sólo en nombre de la religión que profesan.
En cuanto a la clasificación y crítica trasmitida por Joaquín, debo discrepar en pequeños detalles. El término ario para lo lingüístico ya se desestimó mucho antes de que los nazis mancharan el vocablo considerándolo una "raza" y una raza superior: ya se prefirió indoeuropeo para lo lingüístico, ario se dejó para lo cultural y antropológico (arios: denominación de variados pueblos que presentaban una facies cultural común y que extendieron unas hablas que llamamos indoeuropeas, sin que exista ninguna raza en ello). En cuanto a la denominación semíticas y camíticas, y al supergrupo semito-camítico, ni tiene nada de insultante, ni está desterrada: son denominaciones vigentes en taxonomía lingüística y bien claras. Poco importa si derivan de un episodio legendario bíblico y de los nombres de los hijos de Noé. Tenemos en la lengua mil palabras derivadas de referencias culturales varias que han formado parte de nuestra cultura, y así decimos grito estentóreo a partir de Estentor (un guerrero gritón de la Ilíada), y llamamos apolíneo a un joven bello y bien conformado (por Apolo, un dios de la mitología greco-latina). Lo de afroasiático lo emplean algunos lingüistas que en terminología "se la cogen con papel de fumar", como decimos aquí (y no me refiero claro, a nuestro apreciado y sapientísimo Joaquín que sólo traslada el hecho). Todos empleamos lenguas semíticas y sabemos técnicamente a qué nos referimos, independientemente de que quienes acuñaran el término estuvieran pensando en la Biblia o en lo que fuera. Todos usamos lenguas camíticas y sabemos qué familia lingüística designamos. Igual me equivoco, pero le auguro poco futuro a lo de "afroasiático" que no quiere decir absolutamente nada, pues es vocablo confuso y acientífico: ¿no es el vietnamita una lengua asiática?, y resulta que no está en este grupo. ¿No es la lengua de los bosquimanos una lengua africana?, y resulta que no está en este grupo. ¿Cuál es el criterio científico para la denominación "afroasiática"?. Ninguno. Esa denominación no se sostiene ni por el forro.
- Gracias: Helena
- Gracias: frobri
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