La palabra tenacidad que expresa el empeño, la constancia y la obstinación, viene del latín tenacitas, tenacitatis (cualidad del tenaz), y esta palabra se deriva de tenax, tenacis (en sentido primitivo, el que tiene fuerte tendencia a agarrar algo, sujetarlo y no soltarlo, tenaz), adjetivo formado con sufijo -ax (-az en castellano) de fuerte tendencia, sobre la raíz del verbo tenere (sujetar, sostener, poseer, dominar, tensar). De este verbo proceden muchas palabras, como tener, tenaz, tenedor, tenaza, tenis, atenerse, abstener, contener, continente, mantener, sostener o rienda. Su raíz indoeuropea *ten- (tender, estirar), dio también en latín:
- Gracias: Helena
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