Etimología de TARUGO
La palabra tarugo (clavo de madera, pedazo gordo de pan o madera, persona gorda, pesada y tonta) viene del latín tardío taratrum (barrena, taladro) y esta del griego τερηδώνα1 (teredona = gusano que hace hoyos en el terreno). Esta se asocia con una raíz indoeuropea *terə- (frotar, moler girando) que nos dio palabras como torno, trastorno, tornado y desatornillador.
Fuente:
De entrada la palabra tarugo, tanto trozo irregular de madera como hombre bruto y torpe, figura en el DLE sin etimología, porque ni siquiera Corominas da con ella. Nadie parece defender que venga de taratrum, porque además es inexplicable una evolución de taratrum a tarugo. Corominas lo que dice es que podría compararse con los términos del latín tardío taratrum y tarinca, de probable origen céltico, por la similitud de la raíz. Y lo que hace Corominas es lo mismo que suele hacer ocasionalmente cuando no resuelve una etimología: imaginar un étimo prerromano inventado *tarucon al que da raigambre céltica y dice que ya es posible que existiera en Hispania prerromana. En semejantes casos de inventiva, más vale no hacer ni caso, valga la redundancia. Y hace bien la Real Academia no haciendo ni caso de semejante alarde de fantasía, con todos mis respetos para Corominas, que muchas veces sí sabe hacer las cosas bien. Además en las Etimologías de Isidoro de Sevilla figura taratrum, pero en ningún lado nada que pueda relacionarlo con "tarugo".
En mi opinión el problema es que muchos etimologistas conocen insuficientemente el latín, tanto clásico como vulgar, tardío y medieval, porque son especialistas en lenguas romances, y los latinistas, que sí lo conocen, rara vez se ocupan de hacer etimologías de palabras romances. Nada serio se ha dicho hasta ahora de tarugo, y sin embargo hay una clara vía etimológica. La palabra tarugo, que desde sus orígenes ha significado clavo de madera o pedazo de madera basta irregular y corta, parece mostrar un sufijo -ugo, procedente de -uco (y este del latín -ucus) que marca en la lengua diminutivos despectivos. Y lo que hay es que buscarle un origen, preferentemente latino, ya que es formación latina o lo parece, a esa raíz tar-.
Resulta que en latín medieval, como recoge Du Cange, tenemos atestiguado un vocablo tarus con el significado de clava. Una clava en latín es tanto un bastón de madera corto y grueso, como también una pieza de madera que sirve para trabar otras, como una puerta o engarces similares. Una forma *tarucus diminutivo-despectiva sería posible para designar tanto un clavo de madera como un trozo de madera, o bien tarus habría podido dar *taro en la lengua romance, y luego esta formar el derivado tarugo.
¿Y de dónde vendría ese tarus medieval?. Pues es muy probable que venga del clásico tarum. Esta voz, empleada por Plinio en el s. I d.C. designa a la madera de áloe o aquilaria, llamado también agálogo o madera de Agar (y que no tiene nada que ver con el áloe vera), un árbol oriental aromático por su resina, que se importaba en gran medida de oriente o de África y se usaba en perfumería o quemándolo como si fuera incienso. Lo característico de esta madera, es precisamente que se comercializaba con mucha frecuencia en varas irregulares, bastos e irregulares tarugos o fragmentos.
Esta palabra tarum es de origen oscuro y extranjero, aunque se piensa que probablemente es un préstamo de una lengua africana que designara a esta madera, o Ernout y Meillet así lo sospechan.
- Gracias: Helena
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