Etimología de LIQUEN

LIQUEN

La palabra liquen viene del latín lichen, derivado del griego leichein, que se traduce al español como 'chupar o succionar'; debido a la idea de que los líquenes succionan o absorben sustancias de las superficies en las que crecen. La raíz indoeuropea asociada a estos términos es *leigh-, 'chupar'.

Ya en las obras del médico griego Hipócrates se menciona el término desde el siglo V a. C. para referirse a ciertas erupciones cutáneas.

En su acepción médica, el término liquen hace referencia a ciertas erupciones papulomatosas y pruriginosas de la piel, de aspecto rojizo que además pueden aparecer también en la mucosa bucal. Como habíamos comentado, desde Hipócrates ya se había descrito esta afección, pero fue a mediados del siglo XIX, cuando el médico y dermatólogo inglés William James Erasmus Wilson (1809-1884), la describe con mayor detalle como un padecimiento dermatológico y, seguramente se le llama así por la semejanza a los organismos que crecen sobre tallos y piedras principalmente.

Desde el punto de vista botánico, los líquenes son organismos compuestos por la asociación de un hongo y una alga verde y se encuentran distribuidos prácticamente en todas los climas y latitudes, excepto en el mar.

Los líquenes fueron reconocidos y descritos como plantas por los antiguos griegos y romanos, quienes utilizaron ciertos tipos como colorantes, y en la época Medieval fueron empleados, además, para usos medicinales (por ciertas propiedades antibióticas y expectorantes de algunas especies). Sin olvidar que conforman alrededor del 65% de la dieta de los renos que habitan las regiones árticas.

El estudio moderno de los líquenes se inicia con los trabajos del naturalista sueco Carlos Linneo (1707-1778), quien propuso su clasificación.

Originalmente se creía que se trataba de plantas formadas de un solo tipo de organismos, pero en 1867 el botánico suizo Simon Schwendener (1829-1919), señaló que son organismos de naturaleza dual, es decir, que un tipo de hongo se asocia a ciertas algas fotosintéticas para formar una estructura única. En adelante, siguieron haciéndose más investigaciones que fueron marcando hitos en la liquenología.

- Gracias: Jesús Gerardo Treviño Rdgz.


Liquen en efecto deriva del latín lichen y este es un préstamo del griego λειχήν (leichén). Pero ambas palabras, la latina y la griega, designan tanto en latín como en griego a la lepra (también a veces a ciertas formas de impétigo) y ya en latín y en griego se aplicaron también a los líquenes, por su semejanza con una "lepra" que invadía las superficies de rocas, troncos arbóreos, etc.

No tiene nada que ver con la idea de chupar en el sentido de succionar, sino con la idea de lamer una superficie, que es distinta (se puede chupar lamiendo o succionando y en este verbo no hay ninguna idea de succión). En efecto el vocablo griego λειχήν se deriva del verbo griego λειχειν (lamer), derivado de la raíz indoeuropea *leigh- que también significa lamer y que produjo en latín el verbo linguere (lamer).

- Gracias: Helena

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