La palabra toga designa hoy una amplia vestimenta en general negra que suelen ponerse magistrados, jueces, y catedráticos y doctorados en actos académicos ceremoniales. La palabra viene del latín toga, que era la prenda de vestir más característica del ciudadano romano, y cuyo uso era obligatorio en actos civiles y políticos. Se trataba de una prenda de cobertura exterior que se colocaba encima de la túnica, consistente en una gran pieza de tela, la mayoría de las veces semicircular, que se enrollaba en torno al cuerpo y sobre un hombro, sujeta por una fíbula o hebilla de metal, y que siempre bien planchada quedaba cayendo hasta casi los tobillos en forma de pliegles. La toga podía ser blanca, cruda o coloreada. Los niños y los altos cargos políticos llevaban una toga con una franja color púrpura en el borde. En invierno la toga era de lana fina, y servía de abrigo. En las estaciones cálidas se utilizaban tejidos ligeros.
Esta palabra se forma sobre la raíz indoeuropea *(s)teg- (cubrir). Las raíces indoeuropeas presentan un vocalismo alternante e/o, y en el caso de toga tenemos la raíz con timbre o. Esta raíz dio también en latín el verbo tegere (cubrir, proteger), de donde proceden las palabras techo, teja (del latín tegula), tegumento, detectar, detective, proteger y tugurio (de tugurium, "cabaña", "algo techado o a cubierto").
- Gracias: Helena
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