Atalaya es una torre alta de donde se puede observar grandes espacios. La palabra atalaya proviene del árabe "atalayi" que significa los centinelas.
En árabe clásico la palabra طليعة ṭalīˁa significaba "avanzadilla, vanguardia". El plural de esta palabra, طلائع ṭalāˀīˁ se pronunciaba en árabe andalusí ṭaláyaˁ y con artículo, aṭ-ṭaláyaˁ significaba "las avanzadillas", es decir, los soldados que se adentraban en campo enemigo para avizorar los movimientos de su ejército. De aquí viene la palabra atalaya, pero cuál fuera su significado original no está tan claro, porque lo más próximo al sentido del étimo árabe habría de ser el de "hombre que atisba o procura inquirir y averiguar lo que sucede", que en el DRAE ocupa el lugar de la 5ª acepción y la consideración de desusado. Pero, por otra parte, la raíz árabe {ṭlˁ} tenía una connotación muy fuerte de la idea de "lo elevado, lo alto". Así el verbo يطلع / طلع ṭalaˁa / yaṭluˁu significa "subir, ascender, levantarse, alzarse" o "escalar". Por tanto la significación española de atalaya como "torre hecha comúnmente en lugar alto, para registrar desde ella el campo o el mar y dar aviso de lo que se descubre", (DRAE 1ª acepción), y la de "eminencia o altura desde donde se descubre mucho espacio de tierra o mar", (DRAE 2ª acepción), podrían hacernos caer en la tentación de suponer un étimo de la misma raíz pero que recogiera estas connotaciones de elevación. Esto fue lo que le pasó en el siglo XIX a don Leopoldo de Eguílaz y Yanguas, que, en su Glosario etimológico de las palabras españolas (castellanas, catalanas, gallegas, mallorquinas, portuguesas, valencianas y bascongadas) de origen oriental (árabe, hebreo, malayo, persa y turco), Granada 1886, pág. 300, admitía el étimo طليعة ṭalīˁa sólo para la atalaya que significa "vigilante", pero para la atalaya que significa "torre" proponía otro étimo árabe algo diferente, الطالعة aṭ-ṭāliˁa "la ascendente", "que se levanta".
Pero si miramos los cognados catalán y portugués vemos que la acepción de "vigía" precede a la de "torre". El catalán talaia en el Alcover tiene como 1ª acepción y más antigua la de "persona encarregada de vigilar mirant de lluny per prevenir un atac, per informar dels moviments de l'enemic, etc.", de ahí la 2ª, "acció de vigilar de lluny" y, por último, la 3ª, "torre des d'on es pot observar el camp, la mar, etc., i donar avís del que s'hi descobreix"[1]. En portugués atalaia es "pessoa que está de vigia", "sentinela", además de "torre, guarita ou lugar alto donde se vigia". El paso semántico de "vigilante" se da en todos ellos hacia "punto desde donde se vigila", que muy frecuentemente es un lugar elevado.
Por lo que respecta a la revista de los testigos de Jehová que se llama "La Atalaya", y por la que algún visitante había preguntado, no creo que tenga mayor intríngulis porque no parece ser otra cosa que la traducción de la revista estadounidense "The Watchtower". Los que la tradujeron podían haber escogido hacerlo con las palabras "torreón", "mirador" o "torre de vigía", pongamos por caso, pero haciendo uso de su libre albedrío les pareció más adecuado traducir por "atalaya".
Ahora bien, hay otra palabra relacionada que se suele confundir con ésta. Se trata del fitónimo talaya que el DRAE restringe a León y al que da el poco acertado significado de "roble joven". Esta otra palabra se ha interpretado como una aféresis de atalaya, como si los robles jóvenes estuvieran especialmente dotados para servir de atalaya. Pero el étimo aquí es muy distinto. Se trata del árabe dialectal marroquí tlāya, que viene del árabe clásico أثل aṯl y se aplicaba a los tarajes o tamariscos, arbustos del género Tamarix, cuyas agallas se han usado tradicionalmente en Marruecos como curtientes por su alto contenido en taninos. Estas agallas del taraje, son cecidios producidos por un ácaro que se ha llamado precisamente con el nombre marroquí adaptado al latín como nombre específico, Aceria tlaiae (Trabut) Amrine & Stasny [= Eriophyes tlaiae Trabut] y que los produce sobre el taraje norteafricano Tamarix articulata Vahl. [= Tamarix aphylla (L.) Karst.], para denominar al cual en español no sólo se emplea la expresión "taraje de agallas", sino que se ha introducido también el nombre marroquí con esta forma talaya que luego se le ha aplicado a otros tarajes nativos de la Península. Es una trasposición que en zonas montañosas húmedas del Norte de España como León, donde no se da el taraje, y se emplea para curtir los cueros la agalla precisamente del roble, se ha reutilizado la palabra talaya para los robles. Pero en el registro de nombres vernáculos de plantas que tiene el Real Jardín Botánico de Madrid talaya se da como vernáculo tanto de Quercus pyrenaica Willd. (roble) como de Tamarix gallica L. (taraje), y éste es el que primero se llamó talaya, aunque el DRAE haya tomado mal la referencia, pues ni es palabra exclusiva de León ni se refiere, en principio, únicamente al roble.
Nota:
[1] "Persona encargada de vigilar mirando de lejos para prevenir un ataque, para informar de los movimientos del enemigo, etc."... "acción de vigilar de lejos", ... "torre desde donde se puede observar el campo, la mar, etc. y dar aviso de lo que se descubra".
- Gracias: Joaqu1n
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