La palabra verdolaga designa a una planta cuyo nombre científico es Portulaca oleracea, que es comestible y se consume en diversos países, si bien en España mayoritariamente se considera maleza o mala hierba que sale espontáneamente en huertos. Los griegos antiguos la consumían bastante y para los romanos parece que su consumo estaba bastante asociado a usos medicinales.
La palabra parece que nos llega del romance andalusí berdiláqaš, con influencia de la palabra verde, y en tal romance procede del latín portulaca. Era esta una de las variantes del nombre de esta planta en latín, que en principio se llamaba porcastrum, de donde se derivan las formas porcillaca, porcillago, porcacla y portulaca. Esta planta es abundantemente citada por Varrón, Columella, Celso, Nonio Marcelo, Plinio, Apuleyo y Rufino, entre otros autores. Según Ernout y Meillet el nombre parece que podría derivarse de porcus, pero no en el sentido de cerdo, sino en el otro sentido vulgar que tenía esta palabra para referirse a la vulva femenina, al sexo de la mujer. Recuérdese que también se empleaba por su similitud para designar a ciertas almejas y sus conchas, de donde la palabra italiana porcellana, que primero emplearon los italianos para referirse a conchas marinas de interior nacarado y luego aplicaron a cierta cerámica muy fina de origen chino, que a partir de la palabra italiana llamamos porcelana.
De este modo el vocablo porcastrum que daría después la variante portulaca, vendría a significar "la hierba de la vulva" o "la hierba de la matriz", lo que justifican Ernout y Meillet por el uso que esta hierba tenía, según Plinio (Historia Naturalis, XX, 210) como remedio medicinal para las purgaciones y menstruos de la mujer, y contra las hemorragias posibles posteriores al parto. Bien es verdad que si vamos al texto de Plinio que utiliza la variante porcillaca del vocablo, podemos ver que ni mucho menos es ese un único y característico empleo de la planta. Podemos leer allí una larguísima literatura sobre los usos de esta hierba en distintas preparaciones como remedio medicinal: se diría que es la panacea universal pues sirve para casi todo, desde contra los venenos de flechas y serpientes o el estreñimiento, hasta favorecer que el neonato desprenda su cordón umbilical, dolores, usos oftalmológicos y un sinfín de aplicaciones entre las que se encuentran las ginecológicas citadas.
- Gracias: Helena
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