Etimología de MISA

MISA

La palabra misa viene del latín missa (cosa enviada, mensaje), pues al terminar la ceremonia se decía "Ite, missa est" o sea, "Váyanse, este es el mensaje", a lo que los fieles contestaban "Deo gratias". Missa viene del verbo mittere, que se parece a "meter" (pues meter también viene de mittere), pero significa "enviar" y "arrojar". Este verbo se asocia con la raíz indoeuropea *smit (tirar, arrojar).

Añadiendo un prefijo a mittere se forman los siguientes verbos:

El supino del verbo mittere es misssum, de ahí missa. Así tenemos también:


Propiamente "ite, missa est", significa "marchad, (la asamblea) ha sido disuelta". Se trata de una forma del verbo mittere que además de enviar significa dejar marchar, disolver o despedir un grupo.

- Gracias: Helena


La palabra misa; como significa una ceremonia peculiar del culto católico, y dicha religión ha sido la obligatoria durante muchos siglos en los estados donde se hablaba español; se ha convertido en una palabra hondamente arraigada en la lengua y se ha prestado a muchos giros y modismos, generando también léxico derivado.

A la acción de celebrar la ceremonia se suele llamar decir misa y esta locución tomó un sentido coloquial que significó más o menos negar valor a lo que otro dice, pues se jugaba con los dos sentidos, el literal y el específico religioso. Cuando se dice "Fulano puede decir misa" se está desautorizando lo que dice Fulano, porque puede sin impedimento decir la palabra misa, pero eso no implica que pueda celebrar la ceremonia de la misa. En la época en la que no ser católico implicaba un serio peligro para la integridad personal muchos de los insultos e improperios hacían referencia real o supuesta a la diferencia entre ser cristiano de grado o por fuerza, y así, cuando Quevedo se arrebata a insultar ciego de ira a Juan Pérez de Montalván, después de haberlo llamado simultáneamente moro y judío, al uso de la época ("rabí con fondo abencerraje"..., "el non plus ultra perros y judíos"), le espeta un sarcasmo del calibre de "atiende, que no es misa lo que digo", con lo que le retuerce el doble sentido: Lo que digo es importante, no es decir misa, sumado a que como eres, por muy cura que seas, descendiente de conversos, la misa te entra por un oido y te sale por el otro, porque los de tu condición vais a oir misa para que os vean, pero no atendéis.

Cuando un cura dice misa por primera vez se dice que la "canta" y de ahí se han formado las palabras la cantamisa para la ceremonia y el misacantano para el celebrante. El libro de los ritos y liturgias para la misa es el misal. Más raras o coloquiales eran, para decir la misa el cura y oirla los fieles, el verbo misar y el sustantivo misario, que se decía del monaguillo que ayudaba en misa.

- Gracias: Joaqu1n


Me parece un error algunas de las cosas que plantea Joaquín en la intervención anterior. Es falso que la misa sea un rito peculiar del rito católico, lo es del rito de todas las ramas cristianas desde mucho antes de su diversificación: armenios, coptos, ortodoxos, anglicanos, protestantes, etc. celebran misa exactamente igual que los católicos, con la única diferencia de detalles del ritual (de cara o de espaldas a los fieles, con más o menos cantos, etc.). Puede variar la denominación del ritual que se llama "santa misa" tanto para los católicos, como para anglicanos o la mayoría de protestantes, mientras otros lo denominan "divina liturgia" o "eucaristía". Pero es idéntico en todo, en los rezos y plegarias que se pronuncian y en todas sus partes. En todas partes la realizan los curas o sacerdotes y en todas partes el cristiano en determinados días tiene la obligación de acudir a ella.

Otra cosa que puede llevar a una visión parcial (y falsa por parcial) es afirmar, como si fuera un hecho exclusivo de los estados donde se hablaba español, que " dicha religión (la católica) ha sido la obligatoria durante muchos siglos en esos estados" y además que hubo "una época en la que no ser católico implicaba un serio peligro para la integridad personal", como si eso fuera una característica exclusiva, bien del catolicismo, bien de los estados españoles. Sin duda eso es todo cierto, pero hay que decirlo todo. Y es que en las épocas tratadas de los s. XVI y XVII, de enconamientos político-religiosos, tan obligatoria era la religión católica en los territorios de habla española, como en Italia o Baviera, y tan peligroso para la vida o la integridad era no ser católico en los países católicos, como no ser anglicano en Inglaterra, no ser protestante en Suiza, el norte de Alemania u Holanda, por ejemplo. Hablamos de un mundo de credos enconados y uso político de las religiones, hablamos de las épocas de la más cerrada intolerancia, pero para todos o para casi todos, no exclusivamente para españoles o para católicos. Afortunadamente en Europa y en la cultura occidental en su conjunto, esas etapas se superaron hace mucho. Lamentablemente en otras culturas la sociedad en buena parte se halla en un estado previo a la Ilustración, y desde luego se corre un serio peligro siendo ateo, e incluso, perteneciendo a minorías religiosas de antiquísimo arraigo (si no que se lo digan a los cristianos coptos de Egipto en la actualidad), lo cual sí resulta completamente anacrónico en el s. XXI, cuando en el XVI y XVII era la tónica habitual para casi todos.

- Gracias: Helena


Un solo comentario a la última intervención de Helena con respecto al vocablo "misa", es que éste no es usado por los protestantes o evangélicos. Ellos usan mucho la palabra "culto", o simplemente "reunión de adoración". Pero rechazan muy enfáticamente el uso de la palabra "misa" para sus reuniones religiosas.

El formato de sus "cultos" es mucho más simple, evitando caer en ritualismos misteriosos. Básicamente oran (no rezan), cantan, estudian la Biblia, ofrendan y terminan. Es muy simple, más enfocado en la reflexión basada en las Escrituras Sagradas.

Y aunque es cierto que la intolerancia religiosa se dio en toda Europa en tiempos de la reforma, y con mucho acento en la Inglaterra anglicana (de los cuales, huyendo, surgieron los "Bautistas"), la contrarreforma católica española tuvo una violencia inusitada en toda su cultura. El lenguaje de Quevedo lo refleja con creces. En cambio, en los países que se abrieron a la Reforma, el desarrollo civilizatorio fue potenciado en todos los ámbitos. La ciencia es fruto de ese espíritu reformado, también la democracia, el abolicionismo de la esclavitud, la educación sin discriminación de género (en Alemania se alfabetizó a niños y niñas por igual, para que pudieran leer la Biblia por sí mismos en libertad). No fue la Ilustración, la cual era elitista, sino el cristianismo reformado el que educó a Europa central y boreal, trajo orden civil, propició el arte, la cultura y la ciencia.

El prejuicio anticristiano de nuestra cultura actual oscurece la comprensión de la historia y minimiza algunos hechos fundamentales, en los que el protestantismo tuvo un rol incontestable.

- Gracias: Visitante240119 desde Arica, Chile 

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